En la vida, tener que
soportar a mediocres es complicado; todos los que habéis tenido algún jefe
mediocre sabéis de lo que estoy hablando. Y lo mismo ocurre con los que tenemos
que soportar políticos mediocres, algo muy habitual en nuestros días, desgraciadamente.
Aunque estas situaciones pueden traer cosas positivas, como ha ocurrido esta semana
en Córdoba.
Y es que resulta que en
la Ciudad de los Califas se lleva ya varios años planificando, discutiendo,
haciendo y deshaciendo para llevar la Carrera Oficial de la Semana Santa cordobesa
al entorno de la Mezquita Catedral, con entrada de las estaciones de penitencia
en la misma Catedral. Y he añadiendo el deshaciendo porque aunque muchos están
trabajando para que se produjera este cambio, cambio que sin lugar a dudas
mejoraría el valor de nuestra Semana Santa, otros se han dedicado a poner
piedras en el camino, paralizando, boicoteando y tomando decisiones contra este
proyecto, como ha hecho la consejera de cultura de la Junta de Andalucía, la
cordobesa Rosa Aguilar, esta semana, que ha paralizado el proyecto de apertura
de una puerta en la Mezquita Catedral para consultar a la Unesco si se puede
retirar una celosía instalada hace cincuenta años, consulta que puede tardar
unos dos años en resolver este organismo internacional.
Con esa decisión se
podría haber paralizado durante mucho tiempo el cambio de la Carrera Oficial.
Pero como decía al principio, las decisiones de los políticos mediocres a veces
traen cosas positivas, y esa ha sido la decisión de la Agrupación de
Hermandades y Cofradías de Córdoba de ir a la Catedral en la Semana Santa de
2016, sin esperar al informe de la Unesco y sin que se haya abierto el nuevo
acceso.
Una decisión muy
positiva, que hará más grande nuestra Semana Santa y que, a buen seguro, tendrá
una gran repercusión. Y muy positiva porque la actitud de unos políticos mediocres
ha conseguido la unión de todas las cofradías cordobesas. Y es que gracias a políticos
mediocres nuestra Semana Santa será más grande.
Es cierto que hay que aguantar a politicos mediocres pero lo malo es votarlos y conseguir que arruinen al pais, hasta dejarlo con una deuda superior a su PIB. Sin contar los indices de pobreza, desempleo, corrupcion, etc.
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