Mucho
se ha hablado estos días del servicio de hostelería del Congreso de los
Diputados. Resulta que la Mesa de la Cámara Baja está tramitando el concurso
para la concesión de dicho servicio y las condiciones impuestas son, cuanto
menos, curiosas.
Para
empezar resulta que al servicio de bar y restaurante se le exige unos precios “económicos”,
y lo económico llega a todos los productos incluso a las bebidas alcohólicas.
Por
ejemplo, un gin-tonic Larios no podrá costar más de 3,45 euros, ni un cubalibre, más de 3,40 euros y una Copa de Ron Havana Club de 5 años 4,10 euros. ¡Menudos precios!
Pero
ahí no queda la cosa, no se trata de unas meras condiciones a una concesión,
que en ese caso se podría entender, aunque no veo lógico que unas personas tan
bien pagadas y con mejores dietas tengan derecho a esos precios, pero bueno… Lo
que indigna, lo que ha enfadado a muchos ciudadanos es que para garantizarse
estos precios “populares” el Congreso de los Diputados subvencione el servicio
de restauración de nuestra cámara legislativa, con un total de 4.287.500 euros durante los años
2013 al 2017, a fin de que se puedan ofrecer esos precios.
Esto
es lo que ocurre en el Congreso de los Diputados, pero ¿y en los parlamentos
autonómicos?, ¿y en el Senado? Imagino que el sistema es muy similar, por lo
que no quiero ni pensar la millonada que se nos va al año en subvencionar las
comidas y demás dispendios de nuestros políticos.
Y
además se da la paradoja de que los diputados ya cuentan con ayudas para el
ejercicio de sus funciones. Además de contar con todos los gastos de transporte
abonados por el Congreso, los diputados de circunscripciones de fuera de Madrid
cuentan con una “indemnización” de 1.823,86 euros mensuales, y los de Madrid de
870,56 euros al mes, más una tarjeta para gastos de taxi en Madrid de 3.000 euros
anuales. Indicar que el sueldo mensual bruto de un diputado “raso” es de
2.813,87 €. Estos datos han sido extraídos de la página del Congreso de los
Diputados.
Vistos
estos importes, ¿necesitan nuestros diputados que se les subvencione también el
servicio de comidas (y bebidas) del Congreso?
España
no está para estos dispendios. Nuestros políticos han de ser los primeros en
dar ejemplo, algo que actualmente no ocurre, porque somos los ciudadanos los
que estamos soportando todos los esfuerzos y sacrificios de una crisis
provocada por los políticos, mientras estos siguen viviendo una vida
subvencionada.