Hace
unos días el Presidente del Banco Santander afirmó que “está llegando dinero a
España por todas partes”. En los grandes números no le falta razón, fondos
extranjeros están comprando deuda pública, se han producido refinanciaciones en
grandes empresas como El Corte Inglés, importantes movimientos corporativos, ¿y
a nivel micro qué?
Pues
a nivel micro aún no llega el crédito, la banca no está, ni se le espera, fondos
de préstamos a emprendedores del Gobierno han estado bloqueados hasta octubre,
y todo se limita a las 3 F como fuentes de financiación. Es decir, Friends,
family and fools (los amigos, la familia y los locos).
Y
es que en España los inversores particulares (business angels o como quieran
llamarlos), casi no existen, y los fondos de capital riesgo suelen ser para
medianas o grandes empresas. El español es capaz de invertir todos sus ahorros
en un producto por el hecho de que se lo ofrece un banco, y le pone la etiqueta
“preferente”, por no hablar de invertir en sellos, o en tercera vivienda vacacional
en decimoquinta línea de playa; pero es incapaz de invertir 1.000 € en una
fábrica que puede tocar y ver, o en la que ha trabajado toda la vida.
¿Y
la banca? Pues le dirán que no existe “demanda de crédito solvente”. Es decir,
varón de 65 años, con piso pagado, 100 mil euros en el banco, 1.900 € de
pensión, y que pide mil euros para ir de vacaciones con el Inserso, pagando el
10 % de interés. Sus depósitos de 100 mil, por supuesto, se los retribuyen al 1
%. Póngale el lector el adjetivo.
Pero…
¿qué hace el banco del señor Botín?, pues lo que todos. Recoger lo prestado en
España (no se olvide que más del 95 % de españoles con hipoteca la sigue
pagando), y prestarlo en otros países, o lo que es peor, prestarle a las
Administraciones Públicas. Por no aburrir con datos: los créditos a clientes en
España a octubre de 2013 de dicho banco son de 165 mil millones, en diciembre
de 2007 eran 190 mil millones. Entre 2011 y 2012, se produce una diminución del
crédito a particulares y empresas -19,3 mil millones, y un aumento del crédito
a las Administraciones Públicas de 4,7 mil millones. Entre septiembre de 2012 y
2013, se han reducido -8 mil millones en particulares y empresas (-5 mil
millones solo en empresas), y, esta vez sí, reducido -1 mil millones en Administraciones
Públicas.
Si
aún así consigue que le escuche un banco, le pedirán garantías… pero no se
precipite. Si aporta un piso como garantía, le dirán que no quieren más activos
inmobiliarios. Si aporta dinero en efectivo como garantía… desconfiarán porque “¿si
tiene dinero en efectivo para qué quiere un préstamo?, ¿este nos querrá
engañar?”. Luego le dirán, “es que nosotros queremos que el empresario se
comprometa con el proyecto”. Eso, traducido, significa: oye, pon más pasta en
esto que el banco, y fírmame aquí como avalista (solidario, por supuesto). Y
también que me avale tu mujer (vaya que intentes quitar del medio tu dinero
pasándoselo a ella), y si no eres muy mayor, pues tus padres, que te han
criado, y si ellos no confían en ti… ¿lo va a hacer este nuestro banco? Un
consejo si va a ser empresario, no se case, y diga que no tiene pareja. Así
evitará que le pidan su aval.
¿Qué
nos queda? Pues lo dicho, familia, amiguetes y algún loco. Porque claro, además
al banco o al fondo de capital riesgo, le gusta que estos le hayan prestado
dinero… así se demuestra que alguien más cree en usted. Y no se deje llevar por
la publicidad, en 2013 un 14 % se han financiado con dinero de familiares,
amigos y conocidos, un 46 % con financiación propia y un 20 % sin financiación.
Moraleja:
Penique ahorrado, penique ganado. (Benjamin Franklin).