Algo que siempre he temido es lo provisional, las
situaciones provisionales que se convierten en perennes, en definitivas. Y eso
ha ocurrido muchas veces en mi ciudad, Córdoba.
Córdoba es una ciudad amable, fácil de visitar,
cómoda. Los cordobeses son atentos con los visitantes de fuera. El turismo para
Córdoba es una fuente de ingresos muy importante y se ha de potenciar, pues,
desgraciadamente, esta Ciudad cuenta con poca industria.
Pero uno de los grandes problemas de la Ciudad de
los Califas es que tiene demasiados proyectos pendientes, demasiadas
situaciones provisionales.
Y la última es la relativa al Palacio de Congresos,
que tiene una relación directa con el turismo. Córdoba siempre se ha vendido
como una ciudad de congresos, un lugar en el que se fijan muchas empresas,
asociaciones e instituciones para organizar actividades congresuales. Y el
problema es que el Palacio de Congresos de nuestra ciudad deja mucho que
desear.
Su enclave es único, frente a la Catedral, en pleno
barrio de la judería, pero son unas instalaciones pequeñas que no están
preparadas para lo que realmente demanda la organización de congresos
importantes.
Hace unos años se presentó un proyecto de Palacio de
Congresos, un proyecto muy ambicioso, como todo lo que se hace en Córdoba, la
pena es que quedó en eso, en un proyecto. Se encargó el mismo a un arquitecto
de renombre internacional, Rem Koolhaas (al que se le ha pagado una pasta
por no hacer nada) y se llegó a presentar la maqueta del futuro Palacio del Sur
en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, viaje que le pagamos a la alcaldesa
Rosa Aguilar y algún acompañante más.
El caso es que al final este proyecto quedó en eso,
en proyecto. Se han barajado otras posibilidades de palacio de congresos para
Córdoba, y ahora resulta que la solución es ampliar el actual de forma
provisional. Si, de forma provisional, o sea, definitiva, porque Córdoba no
tendrá palacio de congresos nuevo en unas cuantas décadas, como mínimo.
Igual está ocurriendo con el aeropuerto, con la
ronda, con la otra ronda, igual ocurrió durante mucho tiempo con el
conservatorio, con el Campus de Rabanales, con el estadio de El Arcángel…
Córdoba es una ciudad de proyectos inacabados, de provisionalidades perpetuas
Algunos se acaban, pero tarde y mal, porque cuando se terminan ya se han
quedado pequeños o vetustos. Acabemos de una vez con los proyectos y empecemos
a construir la Ciudad del futuro, sin que lleguemos tarde.