Según he leído en diversos medios, el pasado 17 de
julio tuvo lugar un almuerzo en la Embajada francesa en Madrid, en el que
coincidieron el Ministro de Justicia, Sr. Ruiz Gallardón, y el expresidente del
Gobierno, Sr. Rodríguez Zapatero.
Y al parecer, durante el ágape, el Ministro le dijo
a José Luis Rodríguez Zapatero: “Estarás contento, hoy he evitado que un
ultraconservador presida el Tribunal Supremo”, en referencia a José Ramón
Ferrándiz, Magistrado de la Sala Civil del Tribunal Supremo que pertenece a la
Asociación Profesional de la Magistratura (APM).
Un ejemplo más de la politización de la Justicia, de
la que todos los partidos políticos participan, a los que todos interesa. Además
la actitud del Ministro de Justicia es la de un fanfarrón que se piensa que el
Estado está a sus pies, que él puede hacer y decir lo que quiera porque para
eso pertenece a la casta. En cualquier país serio ya se estaría planteando su
dimisión.
Según establece la Constitución de 1978, al
Presidente del Tribunal Supremo lo nombra el Rey, a propuesta del Consejo
General del Poder Judicial. Pero a tenor de las afirmaciones del Ministro de
Justicia, resulta que el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General
del Poder Judicial se nombra conforme a los intereses del Gobierno.
Esta es otra de las reformas que necesitamos, la de
la verdadera separación de poderes. Los máximos representantes del Poder
Judicial se dedican a hacer política, a hacer méritos para quedar bien con el
partido que les interesa, y esta situación se debe evitar. Se han de poner los
medios para que el Poder Judicial esté totalmente separado de los poderes
Ejecutivo y Legislativo, pero para que eso ocurra el Poder Legislativo, al
menos, lo ha de decidir, cosa que veo muy complicada, pues a la mayoría le
gusta controlarlo todo.
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