Ayer recibía un correo electrónico que contenía la
siguiente frase: “El presupuesto debe equilibrarse, el Tesoro debe ser
reaprovisionado, la deuda pública debe ser disminuida, la arrogancia de la burocracia debe ser moderada y controlada, y la ayuda a otros países
debe eliminarse para que no vayamos a la bancarrota”.
Nada nuevo, es lo que se viene escuchando desde que
la crisis se hizo más presente. El gobierno está trabajando en equilibrar el
presupuesto, en disminuir la deuda, a fin de que el estado tenga más pulmón.
También hemos de controlar la arrogancia de la burocracia, de aquellos que se dedican a la cosa pública, incluidos los
políticos, lógicamente. Y acaba la frase diciendo que la ayuda a otros países
debe eliminarse. Todas estas medidas para evitar la bancarrota. Posiblemente si
se aplicara lo que se dice se conseguiría mejorar bastante la situación del
País y de nuestra economía.
Pero lo que más me llamó la atención, lo que me dejó
“fuera de juego”, fue el autor de la frase. Muchos pensarán que la frase puede
haber sido pronunciada por Merkel o por Rajoy, pero no, la frase es mucho más
antigua. Esta afirmación fue realizada por Cicerón, en el año 55 Antes de
Cristo.
Muy fuerte, ¿no? que hace ya más de 2000 años se
dijeran estas cosas solo demuestra que no aprendemos, que siempre cometemos los
mismos errores.
Y yo pienso que somos tan soberbios que pensamos que
somos los más listos de la historia, que lo sabemos todo y que nadie nos puede
dar lecciones de nada. Pues lo dicho, resulta que un señor hace más de 2000
años ya nos dio la receta, aplicando sentido común y diciendo lo que cualquier
persona que lleve la economía de su casa ya conoce y aplica. Va a resultar que nuestros
políticos nunca han gestionado su economía familiar, han de leer a los clásicos.
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