Ayer
leía una noticia en El Día de Córdoba que me llamó mucho la atención, según
publica este diario los cordobeses son los que más gastan en el periodo
navideño.
Según
un estudio de la Unión de Consumidores de Andalucía, “cada cordobés destina una media de 582 euros en las compras navideñas.
Esta cifra, aunque es menor que la del año pasado -entonces se invirtieron 722
euros- es la más alta de toda Andalucía. De hecho, Córdoba se sitúa 200 euros
por encima de la media de gasto andaluza que, según el estudio, está fijada en
387 euros”.
Córdoba
es una de las provincias con más porcentaje de parados, por lo tanto una de las
provincias más pobres de España. Pero parece que no es así, parece que hay
mucho más de lo que parece.
Lógicamente
el mencionado estudio es una mera estadística, puede ser que mientras un
cordobés se gaste 1.164 €, otro no se gaste nada. Por lo que este gasto podría
estar muy concentrado en un reducido porcentaje de la población.
No
obstante he de decir que tampoco me extraña. Córdoba es una ciudad muy
especial, en la que hay mucha economía sumergida, en la que se producen muchos
fraudes laborales, son cosas que se conocen. Por lo tanto corre mucho el dinero
negro, lo que se demuestra en este tipo de estadísticas.
También
he de decir, por mi experiencia, que muchos cordobeses prefieren reducir gastos
en otras partidas a renunciar al ocio y las salidas fuera de casa, e imagino
que esta actitud también influirá en esta estadística.
Pero
como comentaba, la causa principal, me temo, se debe a la economía sumergida
que sufrimos, algo que debería ser erradicado, pues a la larga solo está
trayendo problemas. Y aquí es donde han de actuar las administraciones,
desarrollando las políticas necesarias (de una forma seria) para que la
economía sumergida desaparezca de nuestra sociedad.