Joaquín Javaloys es conocido en las Redes Sociales
por su libro El Ocaso de las Autonomías, ampliamente promovido por
“Recortes para Todos” y “Red de Blogs Comprometidos”. Ha escrito
innumerables artículos que han sido publicados en la prensa digital y ha sido
entrevistado en varias ocasiones en prensa escrita, radio y TV.
Pero Joaquín es
bastante más que el autor de “El Ocaso de las Autonomías”. Su faceta de
historiador y escritor es también muy interesante y reconocida entre público
especializado. Destacan sus obras El origen judío de las
monarquías europeas, publicado en 2000, El grial secreto de los
cátaros, de 2001, Yo Parsifal, de 2006 y Yo Juan de
Austria, de 2009.
-
¿Son, Joaquín, los libros como los hijos y se quiere a todos igual,
o tienes un preferido entre tu obra?
R.: A los libros que he publicado yo los valoro y
aprecio desigualmente. De ellos, mi preferido es El origen judío de las
monarquías europeas por su temática y por sus originales conclusiones.
Se trata de un libro controvertido, basado en una concienzuda labor
de investigación y documentación, que ha aportado una nueva luz a la
explicación de la Historia de Europa y que cuestiona planteamientos tales como
el sionismo, el antisemitismo o “la limpieza de sangre”. La crítica
lo acogió positivamente y lo calificó de “el mayor secreto de la Historia”
(Juan Tomás de Salas, director-editor de la revista Historia16, en el editorial
de su número 275). Ese libro mío se encuentra ahora en todas las bibliotecas
importantes del mundo. Fue un best-seller.
-
¿Estás actualmente preparando algún nuevo libro? ¿Puedes adelantarnos algo
sobre él?
R.: Acabo de terminar un nuevo libro, que yo
considero mi obra cumbre. Ya lo tiene mi editorial y espero que lo
publique pronto, en los próximos meses. Se trata de una fascinante biografía
histórica, dedicada a un personaje excepcional. Se titula Carlomagno,
el carismático fundador de Europa. La biografía se dedica a una
persona carismática que, más allá de sus hazañas como guerrero, fue arquetipo
del fundador genial; pues él fue la instancia originaria del
renacimiento cultural carolingio y de un conjunto de poderes e instituciones,
tanto a nivel local –monasterios, condados, Marca Hispánica, por ejemplo- como
a nivel estatal –Francia, Alemania, Italia…- y al supranacional –la
Cristiandad, el Imperio, Europa-.
La obra de Carlomagno, el padre de Europa, pervive
actualmente porque, a pesar de que vivió en una época en la que la fuerza
primaba sobre el derecho, se impuso la misión de hacer prevalecer la justicia
y, en base al universalismo cristiano, reguló jurídicamente las relaciones
entre los hombres e instauró una cultura y una ética social en el continente
europeo que todavía orientan algunos de nuestros
comportamientos. Pero su más perfecta obra vital fue su desarrollo
personal, ya que el palurdo juvenil que era se convirtió
en un brillante alumno de su escuela palatina y, posteriormente, llegó
a ser un sabio emperador romano-germánico.
-
¿Cómo se compatibiliza la economía con la Historia? ¿Qué te interesó antes?
R.: Yo soy una persona multifacética y siempre me
han interesando simultáneamente la literatura, las ideas políticas, la economía
y la Historia porque, en mi opinión, están interrelacionadas. Aunque no me
gusta la especialización, tuve que centrarme primero en lo que me ofrecía un
medio de vida seguro a corto plazo, la economía, y me convertí en
economista del Estado y en profesor universitario de política económica.
Yo soy un economista clásico porque me gusta la
economía política, la de la polis o ciudad-estado;
es decir, hablando con terminología actual, la macroeconomía. Pero la economía
política acabó confundiéndose con la política económica, en la que la economía
deja de ser lo sustantivo y se convierte en lo adjetivo, en un
apéndice de la política. Entonces, en mi evolución personal-intelectual me vi
inmerso más que en la política propiamente dicha en las ideas políticas y en su
evolución histórica; por lo que, en vez de quedarme simplemente en la historia
económica, di el salto a la Historia porque, en el fondo, a mí más que las
ideas me gustan los personajes, los protagonistas de la Historia.
Desde entonces, para mí ha sido fácil y lógico
compatibilizar mi medio de vida, la economía, con mi afición a la Historia (el
pasado) porque explica la política (el presente) que condiciona y determina los
comportamientos de una colectividad nacional. Y ahora, como escritor, doy
preferencia a lo sustantivo: las ideas políticas de los personajes históricos,
sobre lo adjetivo: los medios económicos que utilizan para llevar a cabo sus
objetivos. Por supuesto, me encuentro más cómodo y más a
gusto escribiendo sobre política o narrando sobre personajes históricos que
haciéndolo sobre temas económicos.
-
¿Qué obra de otro autor te ha impactado, ha dejado huella en tu persona?
R.: No tengo un único autor favorito. En mi ya
larga vida hay diversos autores cuyos libros me impactaron. Además de La
Biblia recuerdo ahora algunos, que cito cronológicamente: El
miedo a la libertad, de Erich Fromm; Obra Escogida, de
Rabindranaz Tagore; Historia de la Teoría Política, de George
H. Sabine; Mística ciudad de Dios: vida de la Virgen María, de
María de Jesús de Agreda; El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en la
época de Felipe II, de Fernand Braudel; Charlemagne, de
Arthur Kleinclausz; Los Reyes Sabios, de Manuel Alejandro
Rodríguez de la Peña; y Postguerra: una historia de Europa desde 1945,
de Tony Judt.
-
Respecto a tu obra “El Ocaso de las Autonomías” sabemos que es producto de un
seguimiento de años a la evolución de este invento político. Poca
gente sabe que hace años escribiste un profético libro sobre el mismo tema.
Cuéntanos sobre ese trabajo, por qué te interesaron las autonomías y
cómo surgió el interés por escribir acerca de esto, entonces y ahora.
R.: Al terminar la dictadura franquista, el
Gobierno aprobó el 14 de junio de 1976 una ley que regulaba el derecho de
asociación política. La primera asociación política que se aprobó se denominó
Partido Popular (que no tiene nada que ver con el actual Partido Popular), del
que yo fui uno de los 60 fundadores, y sirvió de embrión del importante partido
Unión de Centro Democrático (U.C.D.), que se crearía posteriormente y que acabó
siendo presidido por Adolfo Suárez.
Entonces, para los españoles que comenzábamos a
disfrutar de una incipiente democracia, la autonomía se nos presentaba como
algo deseable y factible, como un buen camino que nos iba llevar a… ¡la
libertad, al desarrollo, a dar vitalidad a las comunidades políticas
territoriales!, en oposición al centralismo despótico. La descentralización
política se presentaba como una profundización de la democracia y de la
libertad individual. Y los novatos demócratas de 1978 nos lanzamos con ilusión
a demandar una desconocida autonomía que, sin embargo, nos atraía
¡sentimentalmente!. Y nos dejamos llevar de los nacionalistas, del consenso
entre los partidos y de lo políticamente correcto. ¡No todos!. ¡No completamente!.
Yo mismo tenía dudas: la autonomía ¿era la solución de la cuestión regional o,
más bien, un problema?.
Por supuesto, no hubo un debate sobre la autonomía.
Nadie advirtió entonces de que la autonomía tenía inconvenientes, ¡y grandes!.
Solo unos pocos expertos manteníamos ciertas reservas sobre la bondad del
resultado del proceso autonómico. Yo publiqué en abril de 1978 un libro
titulado La Autonomía Regional ¿solución o problema? en cuyo
prefacio decía que “la autonomía regional, en sí misma, ni es el problema
regional ni es su solución; la autonomía regional es precisamente el camino
entre el problema regional y su solución. La autonomía regional será buena
cuando nos acerque más a la solución de la cuestión regional. La autonomía
regional será mala si nos aleja de tal solución. Por eso, la autonomía es,
sobre todo, la esperanza, el camino, que ha de hacerse bien, con tiento”.
Los “padres” de la Constitución, incapaces de llegar
a un consenso en lo relativo a los preceptos reguladores de las autonomías,
elaboraron un Título VIII que dejaba indefinido un modelo autonómico que,
finalmente, quedó abierto.
Esa apertura del modelo ofrece un potencial factor
de inestabilidad y de enfrentamiento incesante entre el Estado central y las
comunidades autónomas, porque no se estableció un techo o límite de
competencias transferibles, pues incluso las competencias exclusivas del Estado
podían llegar a ser transferidas.
El proceso autonómico español se caracterizó por la
improvisación, el desconocimiento técnico, la componenda, el cortoplacismo y la
ignorancia de las futuras consecuencias de la generalización de las autonomías.
El intenso proceso de traspasos de competencias se realizó de una manera
precipitada, sin analizar previamente qué servicios pueden prestarse mejor en
el ámbito nacional y cuales en el ámbito autonómico, tal vez porque ese
análisis no interesaba a los políticos.
Hoy, treinta y tres años después, es posible
comprobar ya si se ha hecho bien o mal el proceso autonómico y si, en
consecuencia, existen o no problemas y tensiones territoriales, motivados o no
por la partitocracia avasalladora imperante.
Por ello, a finales de enero de 2012 publiqué El
Ocaso de las Autonomías donde hago un balance de resultados del Estado
de las Autonomías durante los últimos 34 años, que es más bien negativo.
-
Toda tu obra tiene una característica común, son libros
extraordinariamente bien documentados. Eso requiere una labor de
investigación enorme. ¿Cuánto tardas en escribir un libro como por
ejemplo, Yo Juan de Austria?
R.: Para hacer una novela histórica como Yo,
Juan de Austria tuve que llevar a cabo una profunda labor
de investigación antes de comenzar la narración. Esa investigación duró
bastante más de un año. Posteriormente la redacción de la novela me
llevó unos ocho meses, por lo que en total la elaboración de Yo, Juan
de Austria me ocupó casi dos años.
Sin embargo, cuando he escrito obras de historia
pura, como El origen judío de las monarquías europeas, o la
biografía histórica que he terminado recientemente, Carlomagno, el
carismático fundador de Europa, he tenido que dedicar varios años a
una rigurosa labor de investigación, más otro año aproximadamente a la
redacción de cada obra.
-
Podríamos decir que tu obra en general, y especialmente El Ocaso de las
Autonomías, tiene una función didáctica, y en general mucho de
lo que haces últimamente está dirigido a advertir a los ciudadanos acerca del
daño que a nuestras cuentas ha provocado este modelo de Estado. ¿Por qué restar
tiempo a tu verdadera pasión que es la historia para advertir a una sociedad
que renuncia a ejercer de ciudadanos sobre los perjuicios que nos ha ocasionado
una estructura de estado que parece que a la mayoría ni le va ni le viene?
R.: Por un elemental sentido de responsabilidad y
de justicia social. Yo creo que los intelectuales, que tenemos información y
formación, aunque no tengamos aspiraciones políticas personales,
debemos ayudar a los que carecen de formación o de información a reclamar y a
conseguir sus derechos cívicos. Yo no puedo permanecer indiferente a
los problemas que tienen mis conciudadanos, en una España empobrecida por la
ineptitud y el egoísmo de unos políticos elegidos endogámicamente por sus
partidos, cuando hay millones de parados, suicidios por injustos desahucios
y miles y miles de personas que tienen que acudir a Caritas para no morirse de
hambre. Yo no puedo ver a mis hijos y a los de mis amigos, todos
ellos magníficamente preparados, buscar vanamente puestos de trabajo y tener
que emigrar por no encontrarlos. Yo no puedo ver pasivamente que el crédito de
las entidades financieras no se da a las empresas, a los
emprendedores y a las personas que los necesitan porque se conceden
a las Administraciones públicas a cambio de que el Estado rescate a los Bancos
insolventes con fondos europeos que se consolidan como una deuda del Estado que
habrá que amortizarse con el dinero de unos contribuyentes cada vez más
esquilmados.
Aunque yo no pertenezca a ningún partido ni tenga
aspiraciones personales políticas tengo que luchar, con los medios a mi
alcance, por la justicia social, por la regeneración democrática de España y
por la desaparición de unas ruinosas y superendeudadas Autonomías, que son
cotos de caza, pesca y caciqueo de los políticos, a costa de unos empobrecidos
contribuyentes. Ahora, en la dramática situación que padece esta España en
crisis económica, política y ética, algunos nos sentimos obligados a
ser levadura que movilice la masa aborregada de unos españoles a los que han
convertido en súbditos, antes una dictadura personal, y desde hace 34 años una
dictadura oligárquica de partidos políticos. Los “borregos” deben abandonar su
silencio, porque ha llegado la hora de que los súbditos se conviertan en
ciudadanos con plenitud de derechos cívicos.
Si el tiempo que dedico ahora a la lucha
ciudadana contra la opresora Partitocracia he de quitárselo a mi dedicación a
los estudios o a las investigaciones históricas, lo hago gustosamente; pues yo
estoy ya jubilado y no vivo de esas investigaciones, que son ocupaciones
prescindibles y que pueden hacerse ahora o más tarde. Lo que no se puede
demorar más es la lucha ciudadana porque es urgente y necesario que se mantenga
el Estado del Bienestar y que se margine el bienestar del Estado
autonómico, que es lo único que interesa a los políticos.
- El
Ocaso de las Autonomías nos documenta la sangría que significan estas
instituciones para el erario. ¿Tu preferencia personal sería eliminarlas,
modificarlas, convertirnos en estado federal? ¿Qué camino propones para
implementar tu preferencia?
R.: Mi preferencia es lo de menos, lo que importa
es que el pueblo soberano tenga la ocasión de decidir democráticamente lo que
quiera sobre el futuro de las ruinosas Autonomías. Dicho esto, no me importa
“mojarme” exponiendo mi preferencia: como en España no hay recursos económicos
para financiar las autonomías territoriales hay que retornar a un Estado
centralizado que, a pesar mío, habrá de ser asimétrico para encajar las
aspiraciones de las mafias nacionalistas de Cataluña, Euskadi y Galicia.
Convertirnos en estado federal sería consolidar lo peor del disgregador
autonomismo e iniciar un proceso desintegrador de España como el que tuvo lugar
en el siglo XIX, con la primera República, en que la federalización se
generalizó y degeneró en un caótico cantonalismo antiespañol, pues hasta
ciertas ciudades se declararon independientes de España e incluso Cartagena
llegó a solicitar su integración como nuevo estado en…¡los Estados Unidos de
América!. Menos mal que ya sabemos, por sus antecedentes históricos
que el federalismo sería un suicidio anunciado de la nación
española. Actualmente, ciertos antiespañoles y bastantes ignorantes quieren
llevarnos a un federalismo que tampoco llegará a ser aceptable para las nacionalidades,
porque los nacionalistas de Cataluña y de Euskadi solo quieren una España
confederal integrada por tres estados: Catalunya (que comprenda todos los
países catalanes), Euskadi y Navarra, y la restante España. Eso sí, los
nacionalistas quieren formar parte de una Confederación española para seguir
formando parte de Europa y para mantener su mercado en toda España, así como
los privilegios de un concierto económico fiscal, como el que tienen ahora el
País Vasco y Navarra.
-
Los políticos, denominados en las redes sociales como la “casta política”, y
últimamente como la “elite extractiva”, utilizando terminología del libro “Why
Nations Fail?”, son el tercer problema de los españoles, después de la
situación económica y el paro. ¿Qué ha pasado para que personajes como
Ortega y Gasset, Manuel Azaña o Unamuno, tengan en el congreso sucesores como
José Blanco, Isabel López i Chamosa o Celia Villalobos?
R.: Los actuales políticos se caracterizan por su
mediocridad y por su ineptitud. Ello se debe a que, por imperativo de la
vigente Ley electoral, son elegidos por los partidos en función de su docilidad
a la cúpula del partido, en lugar de serlo por su mérito y capacidad. La
tradición endogámica en la selección de nuestros políticos hace que sean cada
vez más mediocres e ineptos, pero más obedientes a sus partidos y más
displicentes con los ciudadanos, a los que no quieren servirnos porque no
dependen de nosotros. En realidad los actuales políticos electos son algo así
como empleados de unos partidos que han secuestrado la voluntad popular.
Representan únicamente a sus partidos, aunque se atribuyen la representación de
los ciudadanos. Los españoles no elegimos a los diputados, solo elegimos a un
partido político, porque –conforme a la Ley electoral vigente- estamos tutelados
por los partidos; tal vez porque el legislador considera que estamos en minoría
de edad política; o sea, que todavía somos más bien súbditos que ciudadanos en
plenitud de derechos cívicos.
-
Nos ha pasado que conversando sobre muchos de los problemas de nuestra
democracia, hemos concluido que si los ciudadanos ejerciésemos un
voto nominativo muchos de esos problemas no existirían, ¿Qué te parece a ti?
¿Solucionaríamos algo si pudiésemos votar directamente a nuestros
representantes?
R.: Desde luego si se quiere regenerar la
democracia española lo fundamental que debe hacerse es reformar la Ley
electoral para que los ciudadanos elijamos directa y nominativamente
a nuestros representantes políticos, sobre todo a diputados y a senadores. Para
mi lo ideal sería que una nueva ley electoral instaure un sistema abierto y
mayoritario de representación política, por circunscripciones o distritos
electorales, a doble vuelta, como en Francia, para elegir nominativamente a
nuestros representantes, a los que en su caso podríamos exigir
responsabilidades directas y, por supuesto, no volver a votarlos en el futuro
si nos defraudan. Pero otro buen referente, en cuanto a elección directa de
diputados, es el caso de Alemania porque combina el sistema mayoritario –típico
del Reino Unido, donde en cada distrito se elige a un representante
correspondiente a la papeleta uninominal más votada- con el proporcional, ya
que en cada demarcación se elige a un número de representantes según el volumen
de población.
En todo caso, en España debe abrirse ya un
periodo transitorio, en el que se proceda a una rápida e intensa demolición del
ruinoso e inservible Estado autonómico, con un gradual desmantelamiento del
Régimen político de 1978 y la subsiguiente instauración de una verdadera
democracia, que se concretará en la futura Constitución de una España europea.
Entonces los ciudadanos volveremos a reconciliarnos con los políticos, porque
sí que serán genuinos representantes nuestros al haber sido elegidos
directamente por los españoles, de acuerdo con una nueva Ley electoral
auténticamente democrática.
-
Cuál es el camino para comenzar a salir de la crisis, más autonomía, más España
o más Europa?
R.: Lo primero es diagnosticar la naturaleza de la
crisis, para aplicar las medidas adecuadas. En España la crisis no es solamente
económica, sino más bien política e institucional, e incluso ética, dada la
generalización de la corrupción existente. Lo peor para España es que,
actualmente, no se vislumbra la solución para salir de la crisis múltiple que
padece; ni en lo político, ni en lo social, ni en lo económico. Ningún partido
tiene un plan a largo plazo o una estrategia para sacar a España de la crisis,
que incluya crecimiento económico a corto plazo para que disminuya el paro. Por
ello la gente, que está harta de recortes sociales, copagos, repagos y mayores
impuestos, expresa su profundo malestar en manifestaciones callejeras, cada vez
más frecuentes. La mayoría de los españoles estamos convencidos de que la
crisis la sufrimos los más débiles y de que apenas la pagan los políticos, las
entidades bancarias y los más ricos.
En consecuencia, la fórmula para salir de la crisis
yo la enunciaría así: más Europa, sí; pero logrando tener una España más
centralizada y menos autonómica.
-
Existe una creciente separación entre la sociedad real, la de los ciudadanos, y
la clase, o casta política. ¿A qué crees que se debe?
R.: En principio, se debe al inmenso malestar
social generado por la crisis económica y la incapacidad de los dos últimos
gobiernos de España (del PSOE y del PP) para resolver los graves y crecientes
problemas económicos, sociales y políticos que nos aquejan, pues han generado
un gran problema de desconfianza en nuestro sistema político.
Los dos grandes partidos acusan un gravísimo
desgaste, tal vez por la ineficacia de sus dirigentes, por lo que aumenta cada
vez más la divergencia entre los ciudadanos y los ineptos políticos. Los
españoles no tenemos ya confianza en nuestros políticos: hemos perdido la fe en
el Gobierno y en la oposición, porque estamos convencidos de que a la clase
política lo único que le guía es el mantenimiento de sus privilegios.
El Barómetro del Centro de Investigaciones
Sociológicas (CIS) del mes de octubre pasado, recientemente publicado, concluye
que ningún político español consigue el aprobado de los ciudadanos y que la
práctica totalidad de los políticos pierden nota.
Los ciudadanos estamos convencidos de que la
Partitocracia es la culpable de la brecha existente entre los políticos y la
sociedad civil española, que cada vez agrandan más su divorcio. Ahora apenas
quedan ya políticos con sentido de Estado dispuestos a ceder sus privilegios
para que retorne el bienestar a los ciudadanos. Los españoles somos
conscientes de que se ha iniciado el ocaso del Régimen porque la ineptocracia
de nuestra clase política es tan enorme que son incapaces de sacarnos de la
crisis. Por ello, nadie pide ahora nuevas elecciones generales: todos estamos
seguros de que ni el actual Gobierno del PP, ni un futuro gobierno del PSOE
sabría sacarnos de la crisis. Ante esta trágica situación política, muchos
españoles comprendemos que nos encaminamos irremediablemente hacia el final del
Régimen político de 1978.
Dado el creciente divorcio entre los ciudadanos y
los desprestigiados políticos, es preciso recordar que la soberanía reside en
el pueblo y que nuestros representantes políticos son simples mandatarios
nuestros; porque somos un pueblo que tiene mayoría de edad política y no
necesita ser tutelado por los partidos, como ocurre actualmente.
En esta dramática situación política somos los
ciudadanos los que tenemos que tomar la palabra y, en lo posible, el timón de
España para encarrilar su rumbo y salvar lo salvable de esta nación arruinada.
Es urgente hacer ya una reforma política que permita encaminarnos hacia la
necesaria Constitución democrática mediante la convocatoria de unas Cortes
constituyentes que instauren un modelo de Estado satisfactorio para la inmensa
mayoría de los españoles.
-
¿Cómo te definirías políticamente?
R.: Como centrista, porque odio los
extremismos. Pero dado que el centrismo no es una ideología sino una
actitud política, yo acepto las cosas que me parecen buenas tanto de la derecha
como de la izquierda. No soporto los sectarismos, vengan de donde vengan. Por
eso, no pertenezco a ningún partido. Prefiero mantenerme libre. Soy simplemente
un intelectual preocupado por la miserable situación de España que nos ha
dejado la egoísta Partitocracia y cooperaré intensamente con todas las personas
y las organizaciones que trabajen eficazmente para sacar a España adelante
dentro del marco de una Europa verdaderamente confederal.
Preguntas
desde los blogs de la Red de Blogs Comprometidos:
- Desde el blog http://lascosasdetannhuser.blogspot.com.es/ te
preguntan:
¿Crees
que si triunfase en España un movimiento pro eliminación de las autonomías,
nuestros "aliados" europeos y norteamericanos permitirían que las
eliminásemos, cuando son, precisamente la mejor garantía de que jamás podamos
ser un competidor serio para ellos?.
R.: Ciertamente algunos “aliados” nuestros,
europeos y norteamericanos, no quieren una España poderosa que les pudiera
hacer competencia; pero tampoco quieren una España miserable que sea una carga
económica, financiera y política para la España del euro y para el capitalismo
occidental. Por ello, esos “aliados” quieren ahora que España mejore
su situación económica y, en consecuencia, es preciso que haga reformas
estructurales y que adelgace su gigantesca y ruinosa administración
territorial. Precisamente el Banco Central Europeo, la Unión Europea y el Fondo
Monetario Internacional quieren rescatar a España, pero a condición de que,
entre las reformas estructurales exigidas, exista el compromiso firme del
Gobierno español de reducir sustancialmente las Autonomías, sus presupuestos y
su endeudamiento; entre otras cosas para que España tenga un mercado interior
único y homogéneo donde sea más fácil operar para las
empresas extranjeras. Por lo tanto, si en España triunfase un
movimiento pro eliminación de las autonomías, creo que esos “aliados” nuestros
no solo lo permitirían sino que, además, lo estimularían.
- http://mortalcontribuyente.blogspot.com.es envía
esta pregunta:
Si
tuvieras la ocasión de ser Presidente del Gobierno y la situación económica y
social cuando accedes al cargo se encontrase en las mismas circunstancias que
ahora, ¿Cuál sería la primera medida que tomarías en tu primer consejo de
ministros?
R.: La de controlar lo mejor posible la totalidad
del gasto público. Con tal fin procedería a obligar a todas las
administraciones públicas a reducir sus gastos para ajustarlos a sus
disponibilidades presupuestarias, prohibiéndolas endeudarse y castigando,
incluso penalmente, a los gestores incumplidores. Paralelamente las obligaría a
preparar sus próximos presupuestos en base cero; es decir, teniendo que
justificar debidamente todas y cada una de sus partidas de gasto. Y finalmente,
abriría un proceso de análisis y auditoría de todas las empresas públicas y
entes autonómicos y municipales (incluso TVs autonómicas y locales) para
proceder a suprimirlas, salvo que se demostrase fehacientemente que
son totalmente necesarias.
- http://rebuznometro.blogspot.com/ te
pregunta:
¿Qué
es lo que más te duele de la España actual?
R.: La generalización de la corrupción a todos los
niveles, especialmente la de los que tienen cargos públicos, cuyo
comportamiento debería ser ejemplarizante. Para los particulares, sí que existe
el Código Penal. Desde luego, la peor de las crisis que padece España es la de
carácter ético que, además, es muy lamentable en el caso institucional, porque
suele salir gratis a los infractores, generalmente políticos. En esta España de
hoy es impensable que un cargo político tenga que dimitir por haber
mentido; por conducir borracho; por abuso, sexual o de otra
clase, de una persona subordinada suya en la escala política o militar
(presunto uso de coacción); por dar una subvención pública indebida a
familiares o amigotes; por no atender correctamente un cargo electo a los
electores de su circunscripción; por presunta omisión de su deber con resultado
de muerte de una o más personas; etc.
- Preguntas de http://elparnasillo.blogspot.com.es/ :
-
¿Consideras las redes sociales como la única herramienta que tienen en este
momento los ciudadanos para acercarse a los políticos en la democracia?
R.: La redes sociales no son la única manera de conectarlos. Todos podemos dirigirnos a ellos individualmente por correo postal o electrónico, e incluso por teléfono. Lo que ocurre es que posiblemente nos hagan poco caso individualmente. Por ello, siempre que sea posible, conviene dirigirse a ellos a través de una asociación o de una organización o colectividad, por ejemplo asociaciones de consumidores, de vecinos, de usuarios, etc. o bien organizaciones empresariales o sindicales, colegios profesionales, etc. Los diputados y senadores tienen despachos en los edificios de las Cortes y, en principio, pueden recibir allí personalmente a los ciudadanos que lo soliciten.
R.: La redes sociales no son la única manera de conectarlos. Todos podemos dirigirnos a ellos individualmente por correo postal o electrónico, e incluso por teléfono. Lo que ocurre es que posiblemente nos hagan poco caso individualmente. Por ello, siempre que sea posible, conviene dirigirse a ellos a través de una asociación o de una organización o colectividad, por ejemplo asociaciones de consumidores, de vecinos, de usuarios, etc. o bien organizaciones empresariales o sindicales, colegios profesionales, etc. Los diputados y senadores tienen despachos en los edificios de las Cortes y, en principio, pueden recibir allí personalmente a los ciudadanos que lo soliciten.
- ¿Clasificas
tú también a los políticos como el tercer problema de los españoles, después de
la situación económica y el paro?.
R.: Sí, pero hay que tener en cuenta que el paro y la situación económica son dos aspectos, el personal y el general, de un mismo problema, ya que el paro se genera precisamente por la mala situación de la Economía. Si se analizan las últimas encuestas del CIS veremos cómo se está agudizando cada vez más la consideración de los políticos como problema. En efecto, los barómetros del CIS de septiembre y de octubre pasados cuantifican el aumento de la desconfianza de los españoles en sus políticos; pues aunque la clase política y los partidos políticos siguen siendo el tercer problema principal que existe hoy en España, la preocupación de los ciudadanos por la clase política está aumentando, como se observa en el siguiente cuadro:
R.: Sí, pero hay que tener en cuenta que el paro y la situación económica son dos aspectos, el personal y el general, de un mismo problema, ya que el paro se genera precisamente por la mala situación de la Economía. Si se analizan las últimas encuestas del CIS veremos cómo se está agudizando cada vez más la consideración de los políticos como problema. En efecto, los barómetros del CIS de septiembre y de octubre pasados cuantifican el aumento de la desconfianza de los españoles en sus políticos; pues aunque la clase política y los partidos políticos siguen siendo el tercer problema principal que existe hoy en España, la preocupación de los ciudadanos por la clase política está aumentando, como se observa en el siguiente cuadro:
Concepto Septiembre Octubre
- La clase política, los partidos
políticos 26,9
% 30,5
%
- El Gobierno y partidos o políticos concretos 3,2
% 3,3
%
- “Los
recortes” 4,8
% 6,7
%
-
Desde que comenzaste con tus trabajos de investigador
histórico-político, ¿Ha cambiado el interés de los españoles por la
política?
R.: Sí, actualmente, hay mayor interés de los
ciudadanos por la política, ya que anteriormente, en la dictadura franquista,
estaba mal considerado “hacer política”; y en la democracia, tras el periodo de
la Transición, los ciudadanos dejaron que la política la hicieran solo los
políticos profesionales, mientras la Economía y el Estado del bienestar
funcionaba más o menos bien. Es, sobre todo, a partir de la crisis económica
cuando los españoles empiezan a preocuparse seriamente por la política ya que
el Gobierno y los partidos parece que no saben enfrentarse a la crisis ni al
creciente paro, y que comienzan a recortar el Estado del bienestar, a
establecer copagos y a subir los impuestos. Entonces, ante el evidente fracaso
de nuestros políticos los ciudadanos nos hacemos algunas preguntas: ¿son esos
políticos idóneos y capaces de resolver nuestros problemas económicos y
sociales?; ¿hemos elegido bien a nuestros representantes políticos?; ¿no serán
ineptos porque tales políticos han sido elegidos por sus partidos y no
directamente por los ciudadanos?. Si los partidos no eligen a profesionales que
sepan gobernar y resolver eficazmente los problemas sociales y económicos,
¿será porque el Sistema falla?. ¿es eficiente o no el Régimen político de 1978,
el Estado de las Autonomías, para solucionar los problemas que tiene ahora
España? ¿es preciso que se instaure un nuevo modelo de Estado con una
modificación sustancial de la Constitución?.
En los últimos años, al intentar obtener respuestas
a estas cuestiones, es cuando se intensifica el interés de los españoles por la
política, pues nos afecta negativamente cada vez más.
- Finalmente Joaquín, una muy documentada pregunta
de http://pandacongafas.blogspot.com.es/ :
Hace un tiempo, mi padre me enseñó un libro de su
niñez sobre la historia de España escrito por Jose Luís Comellas. En
el libro se narra un pasaje bastante desconocido de la historia de nuestro
país.
Los hechos se produjeron durante los primeros años
de la 1a Republica, cuando el Gobierno aprobó el “federalismo” como modelo a
seguir por España. Paso a relatarlo literalmente como
aparece en el libro:
Se ensayó "una república de republicanos
puros", a base del ala extremista del partido que eran los federales, y
subió al gobierno el padre del federalismo, PI y MARGALL, subir al mando este
señor y proclamarse "repúblicas federales" fue todo uno.
-La Federación de Barcelona hizo
proclamar la República de Cataluña.
-Málaga se hizo República
Independiente de Madrid
-Ese camino fue seguido por
Cádiz, Sevilla, Granada, Valencia, Cartagena y otras muchas ciudades y hasta
pueblos.
-Utrera se declaró independiente
de la República de Sevilla, estallando una guerra entre las dos .
-Granada y Jaén también entraron
en guerra.
-Cartagena, que contaba con gran
parte de la escuadra y una fuerte guarnición declaró la guerra a Madrid,
conflicto sangriento que duró varios meses.
Bien, ahí va mi pregunta Joaquín: Con mis años, ni
en el Colegio ni en el Instituto había oído hablar de semejante esperpento en
la historia de España. Crees que ¿Un pueblo que no recuerda su
historia está condenado a repetirla?
R.: Por supuesto que sí, hay que recordar nuestra
historia para no repetirla. Por eso, en principio, es bueno tener en cuenta la
memoria histórica, siempre que se haga objetivamente, sin interpretaciones
sesgadas por sectarismo, como ha ocurrido frecuentemente con lo relativo a la
Guerra civil de 1936-39. En cuanto a la historia de la época que citas, de la
primera República, a finales del siglo XIX, creo que nos ofrece una enseñanza
fundamental: en España pervive la cultura de las taifas, por nuestro excesivo
individualismo. Por ello, si nos dan derecho a una autonomía territorial,
acabamos pidiendo Más: queremos la secesión, la independencia. Y si España se
convirtiese en Estado federal entonces querrían ser estados federados las
comunidades autónomas, pero también las provincias, las ciudades e, incluso,
los pueblos grandes. En fin, el caos, como en la primera República: una España
ingobernable y arruinada por los egoísmos de las taifas. El jefe del partido
federalista, Francesc Pi i Margall, al proclamarse la primera República en 1873
ejerció el cargo de ministro de la Gobernación en el Gabinete de Figueras, a
quien sucedió como presidente del país en junio de ese mismo año, en medio de
una absoluta anarquía, pero solo pudo ejercer tal cargo un mes, porque las
sublevaciones de los cantonales (Alcoy y Cartagena) le obligaron a dimitir el
18 de julio ante el imparable caos federalista.
-
Joaquín, además de agradecerte tu tiempo y tu disposición, así como también
todo lo que has ayudado al despegue de la Red de Blogs, te dejamos un espacio
para que cierres esta entrevista, dirigiéndote a los blogueros de la Red y a
todos nuestros lectores – visitantes en general:
Antes de terminar esta entrevista quisiera saludar a
los blogueros integrantes de la Red de Blogs Comprometidos y agradecerles profundamente
que me hayan hecho la presente entrevista. Por supuesto, quedo gustosamente a
vuestra disposición para cooperar en las tareas en las que creáis que puedo
aportar algo interesante.
Por último, quiero expresar también mi
agradecimiento a los lectores visitantes de este blog de la Red de Blogs
Comprometidos por haber tenido la paciencia de llegar hasta el final de esta
amplia entrevista, leyendo atentamente mis contestaciones a las preguntas que
los redactores de la Red me han hecho. Desde
luego, recomiendo a esos lectores que sigan con atención la evolución de los
blogs y de los medios de la Red de Blogs en las redes sociales, porque pronto
serán imprescindibles medios digitales de referencia, dado que los numerosos
bloguers de la Red hacen sus excelentes aportaciones con buen criterio y
objetividad, a pesar de la enriquecedora variedad de sus posiciones
ideológicas, que pueden deducirse leyendo sus respectivos blogs.
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