viernes, 21 de marzo de 2014

QUE LA CALCULADORA DE VOTOS SE QUEDE SIN PILAS


En este País faltan acuerdos de Estado. No me refiero a que los dos principales partidos acaben gobernando en coalición, algo que muchos estamos empezando a pensar que acabará ocurriendo; me refiero a acuerdos entre PP y PSOE en políticas de Estado, para que se acabe la discusión y la polémica sobre temas fundamentales para España.

Me refiero a cuestiones en las que no deberían existir fisuras, al menos en lo básico, es decir, no aspiro a que existiera un consenso en todo, faltaría más, pero sí en unos mínimos, para que en cada legislatura no se estuvieran proponiendo cambios sobre lo mismo.

Si queremos que España sea un País fuerte, con presencia en el mundo, estable en la economía y que dé garantía en el tráfico mercantil es fundamental crear unos pilares sólidos de País y para construir esos pilares es necesario que España cuente con unas bases serias y muy sólidas. Y ha de contar con el acuerdo de los principales partidos políticos en temas vitales para la sociedad y para el País.

Por ejemplo en lo relativo a la educación. No es normal que PP y PSOE tenga cada uno su modelo educativo y quiera cambiar el del adversario cuando llega al poder. ¿Tan difícil es pactar unos mínimos que garanticen un modelo duradero?, yo no lo veo tan complicado. Y de la misma forma ocurre en muchos otros temas, como puede ser en las pensiones, donde sí hubo un acuerdo hace años, en la política fiscal, en la política de seguridad y defensa y en tantas otras cosas.

Pero aquí esto no ocurre, en España los dirigentes de los principales partidos tienen una visión a corto plazo, hasta las próximas elecciones. Y siempre con la calculadora de votos en la mano, pensando más en sus intereses que en los de los españoles, porque si así fuera llegarían a acuerdos, acuerdos de mínimos, pero a acuerdos, por el bien de España. Esperemos que la calculadora de votos se quede sin pilas.

4 comentarios:

  1. Pues claro que faltan políticas de Estado. Pero no de ahora, de hace mucho. Aquí lo que hay es (salvando las honrosas excepciones) un montón de miserables que se sienten bien aposentados en sus reinos de taifas que sólo gastan vista corta, por un lado, y por otro un montón de sinvergüenzas cuya vista se centra básicamente en llenarse el bolsillo a costa del erario público.

    En este aspecto de las políticas de Estado, o mejor dicho, la falta de tales políticas, somos el hazmerreír de Europa. Incluso algunos políticos han llegado a un grado de gilipollez difícilmente igualable, Zapatero verbigracia.

    Como presidente del gobierno (repito, presidente del gobierno del Estado) tuvo la ocurrencia de impulsar nuevos estatutos de autonomía, pensando en el caso catalán, donde se muestra como un gran defensor de ello y con el necesario "talante" para "comprender" ese engendro constitucional llamado "nacionalidad" de Cataluña. Tú que eres abogado sabes perfectamente que no existe la "nacionalidad" de un territorio, sino que es una cualidad individual de las personas ( por ejemplo, no existe la nacionalidad Francia, sino que una persona puede tener la nacionalidad francesa).

    No satisfecho continuación, como presidente del gobierno del Estado, añadió que "España" es una idea cuestionable (no se cuestiona la idea de "Extremadura", "Cataluña" o "Asturias", sino sólo la de "España"). ¿Te imaginas a un presidente del gobierno estadounidense, francés, alemán, mejicano, argentino, griego o ruso diciendo semejante gilipollez?

    No se puede ser más gilipollas y nefasto.

    Uno de los temas donde debería haber política de Estado es el que apuntas: la educación. Digo debería, que ya sé que no hay ni de lejos, amén de que la competencia educativa es la joya de la corona autonómica, llevando algunas esa "competencia" tan lejos como a enseñar a los niños a odiar todo aquello que huela a español y despreciar precisamente a quienes les dieron la competencia.

    Añádase que ha habido en pocos tiempo (hablando en términos académicos de longitud de tiempo) una variedad inusual de leyes reguladoras del sistema educativo, dando tumbos, deshaciendo un gobierno aquello que ideó el anterior, y tendremos dibujado justamente un escenario fatal para la educación. ¿Puede dibujarse aún peor? Sí, puede hacerse: los cambiantes planes educativos, además, tienen poco en cuenta la opinión de los profesionales, los maestros, los profesores, los técnicos especialistas en planes de estudio, que deberían dejarse oír para explicar qué se puede cambiar o mejorar si se pretende modificar una ley de educación.

    En lugar de eso, cada autonomía tiene el gustazo, en aplicación de la competencia "propia" en educación (joya de la corona) de hacer y deshacer "diferenciándose" de la autonomía vecina y obligando a las empresas editoras a modificar los libros de texto para que consten los "hechos diferenciales" claramente, como cuando se añade un tema sobre Iberos y Celtas en la Comunidad Valenciana.

    Como todo el mundo sabe, los iberos y celtas de la comunidad valenciana eran muy muy muy pero que muy distintos a los iberos y celtas de Murcia y Cataluña, faltaría más.

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  2. A pesar de lo que dices Ángel creo que si hay un consenso, pero no para ayudar al país, lo hay para todo lo contrario para ayudar a una minoría económicamente. Si miramos en unas décadas las políticas económicas de los 2 grandes partidos vemos como se han favorecido a estos, por ejemplo:
    - Bajada o excepción de impuestos a grandes fortunas lo que ha llevado a España a un bajada de ingresos bestial.
    - Vender las empresas públicas siendo en algunos casos joyas de un país.
    - Castigar o no proteger los motores de una economía, como son industria o ganadería.
    - Desgaste progresivo de los salarios hasta llegar que los trabajadores vivan en condiciones de pobreza.
    - Deterioro constante de la educación, pues si las educaciones que cada uno hacia era para empeorar la anterior.
    - Despilfarro del dinero público y de sus administraciones.
    - Pensiones rebajadas poco a poco.
    - Incluso la vergüenza más grande de todas ponerse de acuerdo para reformar la constitución para que el pago de la deuda sea lo esencial, en vez de atender las necesidades de los ciudadanos.
    Estas son las cosas que se me ocurren en este momento pero seguro que hay algo más por ahí.
    Eso si todo esto para que parezca que no hay consenso, lo aderezamos con disputas entre diferentes nacionalismo… eso sí a la hora de la verdad, todos acuden a unos o a otros para llegar a conseguir esa mayoría para gobernar. Le ponemos también un poco de disputa entre el aborto. Le ponemos una pizca de presunto desacuerdo en la religión aunque los 2 han ayudado a iglesia en gran medida.
    Todo eso es el caldo de cultivo perfecto para que los ciudadanos apoyen el fiel bipartidismo, eso sí haciendo que el país se destruya. Suerte que parece que estamos despertando de este engaño.

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  3. Lo que ocurre, amigo Ángel, es que hemos perdido la perspectiva de las cosas. A ver si nos aclaramos que, cuando alguien gana unas elecciones y es elegido presidente del gobierno, diputado, senador o alcalde, no tendría que subordinar su gestión pública a sus ideales, pues lo que se espera de él es que gobierne su parcela de poder conforme a los deseos o los intereses de los ciudadanos. Se me ponen los pelos como escarpias cuando un candidato dice cosas del tipo: “Cuando los nuestros estemos en el poder… no se permitirá el matrimonio gay”. Mire usted, señor candidato, si algún día es usted elegido, tendrá que hacer lo que interese a los ciudadanos, lo que decidamos entre todos, no lo que esté conforme con sus principios.
    La democracia no admite otros protagonistas que los ciudadanos ni otros consensos que la dictadura de las mayorías, y por eso, cuando hay cambio de partido en el gobierno, los cambios en las políticas se parecen cada vez más al sudario que tejía Penelope (que tejía durante día y destejía cuando llegaba la noche).
    Esta es otra razón más de que España no sea el país fuerte que los ciudadanos necesitamos que sea, porque se gobierna en un zig-zag suicidad, según sea el gobierno que esté a la cabeza, sin que los intereses o los deseos de los ciudadanos, le den la necesaria estabilidad.
    ¡Ay democracia, cuando te tendremos por aquí!

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  4. Gracias por vuestros comentarios y por leer el blog cada día. Vuestras opiniones ayudan a ver otras caras de una misma moneda. Un saludo!

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