Muchas veces hemos pedido en Desde el Caballo de
las Tendillas la dimisión de numerosos políticos y otros cargos públicos, entre
ellos la de la mismísima Infanta de España Doña Cristina de Borbón. Y es que
como se dice de vez en cuando “Dimitir no es un nombre ruso”, sino que se trata
de un verbo que se debería conjugar más veces.
Pero es que también se deberían conjugar mucho más
a menudo los verbos cesar y apartar, porque ahí también está el problema. Y es
que como apuntaba ayer un habitual lector y participante en el Blog, Rafael
Solís, es necesario que se cese a aquel que no dimita. Porque como bien
apuntaba muchas veces nos quedamos en la petición de dimisión, criticando al
corrupto o al que ha tenido una conducta reprobable, pero olvidamos de exigir
su cese o que sea apartado a la persona que lo nombró. Y estos también deberían
tener responsabilidades en estos casos.
Es como lo ocurrido en la Cámara de Comercio de
Córdoba, algo de lo que hablábamos esta semana, ¿no deberían los propios miembros de la Cámara exigir la
dimisión de su presidente?, ¿por qué no han exigido la convocatoria de una
asamblea urgente para tratar este escándalo? Y muchos más ejemplos podríamos
poner. Y si no se puede cesar al corrupto de turno pues se le debería apartar
del grupo político al que pertenezca. Y no lo que ha hecho el PSOE, por
ejemplo, con un bocazas como el Sr. Durán al que, después de decir lo que dijo, lo van a hacer senador.
Porque en este País solo piden la dimisión los del
partido político contrario, los del afectado callan, silban, o miran para otro
lado; con honrosas excepciones, como la de Esperanza Aguirre, que no dudaba en
cesar o exigir la dimisión de todo aquel que huele a corrupción, algo de lo que
deberían tomar muchos ejemplo. Y es que en España se han de conjugar también los
verbos cesar y apartar.
Es la lista interminable de los malos entendidos. Empiezas por ser respetuoso con los que has designado para que se pongan al frente de lo público, y estos acaban pensando que el dinero público no es de nadie. Ojalá que la aparición de foros como este consiga que todos, especialmente los mandatarios públicos, consigamos gestionar de forma eficiente nuestras respectivas parcelas de responsabilidad.
ResponderEliminarGracias Angel, por tu mención, aunque estoy seguro de que no es consecuencia de ningún mérito mío, sino de que tú siempre estás donde quiera que exista una manta de la que tirar.
El verbo dimitir es tan bien un honor, pues en algunos casos haciéndolo en primera persona puede ser lo más honroso que se puede hacer.
ResponderEliminarEl otro verbo que es cesar, nosotros lo usamos como césar, pues los ciudadanos en vez de apartarlo con nuestro voto, los elevamos a un ser supremo y lo colocamos con la tilde. Después de ver los problemas habidos en Andalucía y Valencia, con casos de corrupción, me parece casi imposible que nosotros podamos ejercer ese verbo de manera notable. Aunque si es cierto que ahora empezamos a ver la luz.
Ángel por favor, porque me hablas así de Esperanza Aguirre cuando debería de haber dimitido hace muchísimo tiempo y sin embargo todavía está cobrando un sueldo público, y eso que se hace tomar por una buena liberal, aunque por sus hechos solo es otra conservadora más. A esta señora le persigue la corrupción, podíamos hablar de Gurtel, el caso del Madrid Arena, que aunque se destapo cuando no estaba ella en la alcaldía, se sabe que fue en su mandato cuando se operaba. El Tamayazo otro golpe de corrupción y de falta de democracia. Pero como tú dices se protege con los que simpatizamos o votamos y llevando todas las criticas el partido ajeno a nuestros gustos. ¿Qué hubieses dicho de esta mujer si perteneciera al PSOE?
A ver sucio bolchevique, tu no tienes ninguna legitimación para hablar sobre corrupción.
ResponderEliminar¡¡MAJADERO, CANALLA!