UN POLÍTICO SIN IDEOLOGÍA

El pasado lunes el Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, pronunciaba la ‘laudiatio’ en el acto de investidura como doctor honoris causa de la Universidad Camilo José Cela del Presidente de la República de Colombia, Juan Manuel Santos. Y su discurso ha levantado algo de polémica, en concreto por una afirmación que hizo en relación a la ideología de los políticos.

Resulta que el Presidente del Partido Popular dijo textualmente que: “los grandes políticos dejan a un lado una ideología para gobernar según las exigencias del momento”.

Y yo me pregunto, ¿qué quería decir el Sr. Rajoy con esa afirmación?, porque me cuesta mucho entender que ha dicho lo que parece que ha dicho; aunque tras darle muchas vueltas tampoco es que haya muchas otras opciones de interpretación.

Es decir, según parece, el líder de los populares considera que un gran político ha de dejar a un lado la ideología a la hora de gobernar. Pues no lo comprendo. ¿En qué se basa la política entonces? Porque según tengo entendido la política se basa en ideologías, que son las que conforman el conocido como espectro político. Y el Partido Popular siempre se ha caracterizado por tener una ideología definida y clara, en el ámbito del centro derecha y liberal – conservador, pero llegó Rajoy.

Y es que, como he dicho muchas veces en estas mismas páginas, en política todo no es economía, hay cosas tan o más importantes que la economía, como son los valores, los ideales y la forma de entender la sociedad.

Tendría que aprender el actual Presidente del Gobierno de las actitudes y políticas de su antecesor, pues el Sr. Rodríguez no renunció, en ningún momento, a dejar claro en las normas aprobadas en sus dos legislaturas su impronta ideológica. El PSOE, por ejemplo, nunca ha renunciado a su ideología, de hecho siempre la han aplicado.

¿Por qué entonces dice Rajoy que los políticos han de dejar a un lado su ideología? Espero que aclare esta afirmación, porque, sinceramente, me ha desconcertado. Estos son los misterios de la política, o los misterios de un político sin ideología.