Hoy contamos con una nueva colaboración de
Antonio de la Torre, en la que hace un interesante análisis de la forma de
actuar del Presidente de la Generalidad de Cataluña, Artur Mas. ¡Feliz
miércoles!
La última, por ahora, aparición de don Arturo
Mas, que algunos dicen que cada día es ‘menos’ pero que continúa crecido, y
creciendo, en su delirio soberanista, demuestra que siguen las bravatas y
amenazas sin que nadie reaccione de una vez por todas, con el rigor que la
Constitución y demás leyes de menor rango permitirían.
Rajoy dice que no se ha celebrado el
referéndum, pero se ha hecho una consulta, amañada, ilegal o inconstitucional
si se quiere, pero realizada y NO PASA NADA.
El Tribunal Constitucional dice que no se
puede convocar ese referéndum, ni siquiera la consulta, pero el cacique catalán
saca las urnas de cartón durante un par de semanas (insólito sistema) y NO PASA
NADA.
La Fiscalía General presenta una querella
contra estos chulos de barrio y el gallito de la banda amenaza a los órganos de
Justicia regionales, que no 'nacionales' por mucho que quieran jugar con los
términos, y NO PASA NADA.
Y, para completar su puesta en escena chulesca
y desafiante, el “carismático líder” sentencia que “la legalidad debe casar con
la legitimidad”. Digo yo, ¿no sería mejor CASAR de una vez por todas otros dos
términos (bastaría con la APLICACIÓN RIGUROSA DE LA LEY) como son POLÍTICO y
DECENCIA, que se ‘divorciaron’ hace tiempo, especialmente en Cataluña, de
momento? Términos, no sólo separados de facto sino, por lo que vemos a diario,
cada día más distanciados y sin visos de "reconciliación", al menos
amistosa. Cualquier día nos encontraremos con un “convenio regulador” bajo
cuerda en el que el Estado, el malo, cederá ante la oprimida y débil “región” y
‘Santas Pascuas’.
Esta falta de acción enérgica contra el que no
cumple sólo acarreará más incumplimientos del “chulo de barrio” y que cunda el
"ejemplo" en otros barrios. Vascongadas, Canarias o Andalucía, para
empezar, andan al acecho, pero saldrán más. De momento no les falta el
correspondiente "chulo de barrio" dispuesto a "echar las patas
por alto" ante la manifiesta falta de contundencia de la autoridad
competente y "si el tiempo (u otra cosa) no lo impide".
Pero a Mas no le basta con esta
amenaza/advertencia al Fiscal de Cataluña y al TSJC, sino que tiene la osadía
de decir que no hay que “llevar las cosas al límite”. Me pregunto qué concepto
de “límite” tiene este caballero. ¿No es él quién lleva las cosas al límite, o
incluso lo rebasa, desde hace varios años? ¿O es que incumplir las sentencias
del Tribunal Supremo o del Constitucional no es “llevar las cosas al límite”?
Se ve que “el límite” siempre está del otro lado, lo suyo es “legítimo”, aunque
no sea legal. El relativismo lo puede todo y, si no, se adapta la realidad como
conviene y, NO PASA NADA.
Por cierto, en la misma jornada en la que Mas
refrenda su desafío soberanista, da los resultados de esa consulta “no
realizada” según don Mariano Rajoy, pero extendida en el tiempo y extensiva
hasta a los que no tenían edad de votar (para el soberanista VALE TODO), con
unos resultados que, salvo que yo no sepa interpretarlos, demuestran el “rigor”
de la misma. La suma de las diferentes
respuestas que se han producido da un total de algo más del 108% de votos, lo
que no deja de ser curioso y sorprendente, cuando menos: ‘Sí – Sí’: 88,91% (1.897.274); ‘Sí – No’: 10,02%
(232.848); ‘Sí – Blanco’: 0,97% (22.755); ‘No’: 4,49% (105.245); ‘Blanco’:
0,56% (13.201); ‘Otras aportaciones': 3,05% (71.505); ‘Dobles votos’: 0,01%
(400); ‘No admitidos’: 0,005% (118). La suma de las tres variantes de “Sí”, ya
suman el 99’9 % y si le añadimos el 4’49 % del “No”, se supera holgadamente el
104 %. Ya sabemos aquello que alguien dijo de que “la Estadística es el arte de
mentir con los números”, pero hombre, ya puestos a “casar”, que casen las
cifras, si no el olor a tufo ya se hace nauseabundo. Pero da igual, él
reyezuelo separatista se cree su realidad con la tranquilidad que le da saber
que NO PASA NADA por muchos despropósitos que plantee.
Es decir, Mas cambia el significado de límite,
de ‘boda’ (de conveniencia, por supuesto), de legalidad e incluso de
Estadística, pero NO PASA NADA porque aquí, especialmente para el nacionalismo,
VALE TODO desde hace treinta y cuatro años. Y, a esa permisividad y “alegría”,
se han ido apuntando sindicatos, partidos políticos, organizaciones
empresariales y todo el que ha podido llevarse algo de la caja común. “El
dinero público no es de nadie” que dijo aquella ministra de “cultura” (con minúscula,
claro) que situó la fiesta del Rocío en el Mediterráneo, entre otras
barbaridades de antología, y se quedó
tan tranquila. Pues eso, que VALE TODO y NO PASA NADA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario