Ayer la Red de Blogs
Comprometidos rendía un homenaje a las víctimas del terrorismo, bajo el título “#InMemoriam, por las víctimas del terrorismo”. Hoy en Desde el Caballo de las
Tendillas continuamos el recuerdo y os traemos un post publicado en junio de
2012. ¡Feliz sábado!
Hoy quiero tener un
homenaje con las víctimas del terrorismo etarra, las personas que más han dado
por esta democracia que disfrutamos. 829 víctimas mortales desde 1968, época en
la que empezó la barbarie de ETA.
Al principio muchos,
principalmente una gran parte de la izquierda y de la oposición al franquismo,
veían la actividad de ETA como una lucha por la libertad y la democracia, y
nada más lejos de la realidad. ETA nunca luchó por la democracia en España,
luchó precisamente contra España. Por eso siguió asesinando, con más
virulencia, tras la muerte de Franco.
Durante muchos años,
muchas personas hicieron la “vista gorda” con ETA, para algunos lo de ETA no
iba con ellos, pues principalmente mataban a policías, militares y guardias
civiles, y era como si lo llevaran en el sueldo. Además a las viudas les
quedaba una buena paga, esas barbaridades las he escuchado de varias personas.
Mucha gente no se daba
cuenta de que esas personas daban su vida por nuestra libertad, por nuestro
país y por nuestro estado democrático.
Además desde Francia no
se hacía todo lo posible por colaborar con el estado español, teniendo la
sensación, en muchas ocasiones, que los diferentes gobiernos franceses veían la
actividad de ETA como algo romántico o necesario para sus propios intereses.
Todo cambió cuando los
políticos empezaron a ser objetivo principal de la banda terrorista, es verdad
que durante la transición, hasta 1980, se produjeron 10 asesinatos de
políticos, pero éstos se intensificaron en los últimos años de la década de los
90. La presión de los Gobiernos de Aznar fue importante y, desgraciadamente, el
asesinato de políticos llevó a despertar a muchos, muchos que miraban para otro
lado cuando los muertos eran policías o militares, pues era algo inherente a sus
profesiones.
Pero dejando atrás este
análisis hoy quiero homenajear y agradecer a las víctimas y sus familiares,
pues siempre han dado un ejemplo de sentimiento democrático y saber estar
(salvo alguna desgraciada excepción). Han sufrido por la muerte de sus
familiares, por la muerte de sus compañeros, de sus amigos, y nunca han hecho
nada más que seguir trabajando por España.
España no puede olvidar a
las víctimas del terrorismo, los que más han dado por la democracia. Por eso lo
del perdón entre asesinos y víctimas es algo que se ha de quedar en el ámbito
privado, el Estado no puede entrar en ese juego. El Estado no puede perdonar,
porque los etarras siempre han luchado contra España. El único camino es que
ETA desaparezca y que todos los etarras sean juzgados y cumplan sus penas.
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