Los domingos en Desde el
Caballo de las Tendillas son para recordar, y os traemos un artículo de
noviembre de 2012 en el que hablábamos de las cuentas del Ayuntamiento de
Córdoba. ¡Feliz día!
Ayer publicaba el diario
ABC de Córdoba, en su edición digital, que el Ayuntamiento de Córdoba está
pendiente de reclamaciones por importe de 44 millones de Euros, consecuencia de
etapas anteriores.
Y es que el Ayuntamiento
de Córdoba ha contraído deudas con la Sociedad Procórdoba, AENA, la
Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y expropiaciones de urbanismo, por
el importe indicado.
Imagino que muchas
poblaciones estarán en la misma situación, siempre la misma historia, parece
que siempre se repite. En los lugares donde gobierna la izquierda queda todo
como un solar, repleto de deudas, y tiene que venir el Partido Popular a poner
orden, a enderezar la situación y poner las cuentas al día.
Ejemplo claro lo tenemos
en lo ocurrido en 1996; José María Aznar recibió una Seguridad Social casi
quebrada y un Estado en una situación económica lamentable, como es sabido
saneó el País, puso a España en superávit, superávit que fue lapidado por el
PSOE tras los gobiernos de Rodríguez Zapatero.
Y ahora volvemos a estar
en las mismas.
Resulta que el gobierno
de Mariano Rajoy es el malo por las medidas que se están adoptando, por los
esfuerzos que se están realizando, los cuales tienen su origen en la mala
gestión de la izquierda y en las exigencias de la Unión Europea.
Cada día tengo más claro
que los socialistas y comunistas allí donde gobiernan aplican eso del
“porqueyolovalgo”, piensan que están tocados por la barita divina y que pueden
hacer lo que quieran con el dinero público, ¡puesto que no es de nadie!, como
dijo mi admirada Carmen Calvo.
Lógicamente he de desear
toda la suerte del mundo a todos los que actualmente están gestionando las
administraciones. Son momentos duros, muy difíciles, que requieren de
esfuerzos, de austeridad. Es necesario poner al día las cuentas públicas. Es
necesario que el PP arregle las cuentas para que en un futuro la izquierda las
vuelva a torcer, para que vuelvan a derrochar.
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