Ayer leía en Twitter un
comentario que me llamaba la atención, decía lo siguiente: “Y así, por arte de
magia, desaparece el discurso contra <<la casta>> y contra
<<el bipartidismo>>. Ya sólo es contra <<la derecha>>.
Qué sorpresa”.
Me llamaba la atención
por lo descriptivo, no por otra cosa, pues esta situación era de esperar. A mí
no me ha causado ninguna sorpresa que los socialistas se hayan echado a los
brazos de los podemitas, pues como ha quedado demostrado a lo largo de la historia
el Partido Socialista Obrero “Español” se mueve por el odio hacia la derecha,
que es lo que parece les motiva, sin buscar el interés de España y los
españoles.
Pero lo peor son sus
mentiras, pues el actual Secretario General del PSOE, Pedro Sánchez, el pasado 17
de septiembre, en un encuentro con el Instituto de la Empresa Familiar, manifestó
que su partido no pactaría con Podemos tras las elecciones autonómicas y
municipales que se celebraron el domingo, añadiendo que la formación que dirige
Pablo Iglesias no encaja en sus planes, ya que representa “una amenaza al
Estado del bienestar”. ¿Y ahora qué?, ¿ya se ha esfumado esa amenaza?
El caso es que va a pasar
lo que muchos nos temíamos, que los socialistas no mirarán por el interés de
todos (ya lo decía su eslogan electoral, “gobernar para la mayoría”),
sino por ocupar sillones y, sobre todo, por aplicar el famoso “cordón
sanitario” contra el Partido Popular. No van a entrar en el análisis de
propuestas, de programa ni de intenciones, solo actuarán con el objetivo de
anular al centro derecha.
Y da igual que Podemos,
Ganemos, o la marca con la que se hayan presentado, tenga entre sus objetivos
radicalizar la política y, sobre todo, la sociedad española, poniendo en riesgo
la economía y quebrando la convivencia con sus propuestas radicales. Eso al
PSOE le da igual, pues su objetivo es echar y anular al PP. Lo que no sé es que
harán cuando eso lo hayan conseguido. Luego vendrán los lamentos…
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