miércoles, 6 de mayo de 2015

LA ITALIANIZACIÓN DE ESPAÑA


Ayer por la tarde, mientras se celebraba la sesión de investidura de Susana Díaz a la presidencia de la Junta de Andalucía, escuchaba una tertulia política en una emisora de radio; y hablaban de las consecuencias que puede tener para la política española y, en definitiva, para los ciudadanos la irrupción de nuevas formaciones políticas.

Unos defendían que era una clara señal de una mejora en la calidad democrática de nuestras instituciones, otros, por el contrario, opinaban que esta situación podría conllevar situaciones complejas que acabarían perjudicando a la gente.

Y se me vino la imagen de la Italia de hace unos años. Pues aunque no se sea un experto en política internacional, todos conocemos los vaivenes de la política italiana, con unas cámaras legislativas muy fragmentadas y unos problemas de estabilidad política constante, lo ha llevado durante muchos años a la convocatoria de elecciones casi permanente y a que se dijera que Italia seguía siendo una potencia económica gracias a la falta de gobierno.

Y lo que puede ocurrir en España es lo mismo que se ha vivido en Italia durante muchos años. Y no creo que sea positivo, pues un poder legislativo muy fragmentado y sin unas mayorías definidas puede traernos muchos problemas. No estoy diciendo que esta situación sea más o menos democrática que otras, simplemente creo que hemos de definir qué es lo que queremos de nuestras instituciones políticas, pues lo que está ocurriendo en Andalucía, con la posibilidad de que nos veamos en las urnas de nuevo, podría repetirse en otras comunidades autónomas o en Congreso.

Y es que a lo mejor sería más lógico modificar la ley electoral para evitar estas situaciones. Algo que tienen solventado en muchos otros países que son tan o más democráticos que el nuestro. Porque al fin y al cabo la gente lo que quiere es que sus representantes sean eficaces y trabajen buscando el bien de la ciudadanía, algo que ahora en Andalucía no está ocurriendo, pues tenemos a la administración paralizada por un capricho. El problema es la italianización de España.

2 comentarios:

  1. No te preocupes amigo Ángel España es España y todo terminará en un izquierda y derecha peleando por demostrar que los dos son en realidad centro. Centro político se entiende, no centrados en mejorar aquello que a los ciudadanos nos importa, eso no. Eso es demasiado sencillo y para eso no han estudiado tres "carreras" nuestros amados políticos. Un abrazo.

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  2. Interesante artículo que pone de manifiesto una posibilidad poco deseable porque, entre otras cosas, España no es Italia y el tejido productivo de esta se encuentra muy lejos del que se tiene ahora en España, con honrosas excepciones, que las tenemos, pero que se ha abandonado mucho para convertirla en un país de servicios que, desgraciadamente no se cuidan ni se valoran lo suficiente.
    Esperemos que este repunte económico venga acompañado, por una vez, de una planificación a medio/largo plazo que nos haga consolidar las grandes posibilidades de nuestro país que, cuando es bien dirigido, no conoce cotas, por altas que sean.

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