Hoy contamos en Desde el
Caballo de las Tendillas con una nueva colaboración de Antonio de la Torre, que
analiza la situación que se está viviendo en Andalucía y los resultados que
esta puede tener en el futuro de nuestra comunidad autónoma. Os recuerdo que
este Blog está abierto a la colaboración de todos sus lectores.
No, que nadie se asuste,
porque este título no significa que me vaya a meter en cuestiones nucleares y a
hablar de fusión o fisión ni a glosar los méritos de sus iniciadores, Atkinson
y Hahn / Strasmann, respectivamente. Para eso, aunque algo se podría decir,
habría personas mucho más cualificadas y, además, me temo que el interés que
despertara ese tema sería bastante limitado.
Me permito utilizar la
expresión “Reacción en cadena” porque es el símil que mejor veo para describir
en pocas palabras -todavía se podría simplificar más y decir, simplemente,
“desastre”- lo que se está viendo venir en Andalucía, una ruptura encadenada
con un resultado final impredecible y, en cualquier caso, creo que malo para
Andalucía. O, tal vez, no tan malo, si al final se rompe el monopolio
socialista.
Y es que la falta de
visión política de doña Susana Díaz, cegada por su interés personal y sin el
menor atisbo de estadista –la diferencia entre estos y los políticos que
venimos sufriendo en España es la planificación a medio y largo plazo del
estadista frente al cortoplacismo del político actual que sólo mira por su
supervivencia en las próximas elecciones- está llevando a Andalucía a una
situación de ingobernabilidad aún mayor que la ya demostrada en los treinta y
cinco años de “hégira” socialista.
Doña Susana, en ese
enorme “interés por la gente” de su Andalucía, como repite cansinamente de
manera eufemística, omitiendo el “su” -sobre todo, de ella-, adelantó
innecesariamente las elecciones en un cálculo personalista y culpando a
Izquierda Unida –siempre la culpa es de otro- de la imposibilidad de mantener
por más tiempo la legislatura. La realidad bien distinta era que su legitimidad
como Presidente -no Presidenta, insisto-
de la Junta de Andalucía estaba más que en entredicho ya que, primero, lo fue
por el “dedo divino” de su padrino, Griñán, que salió por pies al refugio de su
escaño dorado, y “aforado”, en el Senado. Después, tras las elecciones
andaluzas de Marzo de 2012, lo fue por la pinza con IU -los que a primeros de 2015
ya no le servían para gobernar-, puesto que el ganador de aquellos comicios fue
el Sr. Arenas, el Sr. Arenas (como le gusta a él repetir) que, con sus
cincuenta escaños, le tiene que agradecer a su Presidente Nacional y a sus
políticas socialdemócratas en esos primeros meses de su gobierno –en los
siguientes también-, así como al “ilustre” asesor y ayuda de cámara de Génova,
13, un tal Arriola -“afloja, que nos sobran cuatro o cinco escaños” (gran
perspicacia sociológica la suya)-, el no haber conseguido la indispensable
mayoría absoluta que el Partido Popular necesitaba –y necesita siempre, por eso
del “todos contra el PP” tan usual en España-.
Pero, en mi opinión, lo
que más le motivaba a doña Susana era aprovechar el batacazo que las encuestas
le vaticinaban al Partido Popular y, de paso, no menos importante, por no decir
“el más”, situarse en un puesto de salida privilegiado para esas primarias que
se anuncian en el Partido Socialista Obrero Español -cuatro palabras que ya no se ajustan a lo
que ahora es realmente el PSOE, pero ese es otro tema- para el mes de Julio, llegando
a ellas con una holgada victoria, ejemplo para sus conmilitones socialistas que
se doblegarían a sus “encantos” y poderío. Mira por donde, el triunfo no fue
tan destacable, los mismos escaños -47- que en 2012, pero con ciento veinte mil
votos menos y, entonces, sucede algo imprevisto, entra en escena “Tigrekán”
González, desde su placentero y enriquecedor “segundo plano” -en realidad,
nunca se fue-, poniendo las cosas en su sitio y conminándola a ejercer su puesto
-eso sí, si lo consolidaba- en Andalucía, al tiempo que emplazaba al
“desvocalizado” Pdr Snchz a ganarse el suyo de Secretario General y acreditarse
para esas primarias como candidato a las próximas generales de final de año.
El resultado en Andalucía
fue bastante peor que el deseado por doña Susana y abría un abanico de
conversaciones, no me atrevo a decir de posibilidades, porque yo no las veía
así, que, después de casi dos meses de la celebración de los comicios -se
cumplirán justo el último día de esta nueva campaña-, no sé cuantas reuniones
con los representantes de los otros cuatro partidos presentes en el arco
parlamentario -yo diría mejor la “U”, por su forma y porque, además, es la
inicial de lo que los gobiernos andaluces han sido hasta ahora, la “Unta”- y
tres votaciones, el resultado es que la reina de Canal Sur sigue sin formar
gobierno, ni se le espera antes de conocer el resultado de las próximas
elecciones del 24 de Mayo.
Y aquí surge la
disyuntiva, ¿habrá sido esta situación el resultado lógico de la falta de
acuerdo en las negociaciones o, simplemente, un paripé más de los que nos tiene
acostumbrados la clase política para no destapar sus vergüenzas y desdecirse,
algunos partidos, de lo prometido en la campaña electoral? Si lo primero, hasta
que la Sra. Díaz no cumpla las exigencias de los diferentes partidos, con la
entrega de las actas de senador y diputado por parte de los Sres. Griñán y
Chaves, respectivamente, -que sí, pero no-, se firme un pacto contra la
corrupción, se acepte el gobierno de las listas más votadas, etc., no se podrá
esperar el apoyo de nadie para un gobierno de coalición o la abstención
suficiente en la investidura para que doña Susana gobierne en minoría. Si lo
segundo, alguno de los partidos podría “darse un tiro en el pie” al desdecirse,
claro que eso no preocupa mucho porque saben de la desmemoria y poco rigor de
muchos de los votantes que para las próximas elecciones, y con tal de cambiar,
se habrían “olvidado” del desdicho, y no les pasaría factura el cambio de rumbo
sobre lo prometido en campaña y “mantenido de aquella manera” ante unas muy
próximas elecciones municipales y autonómicas que sí se la podían pasar en tan
corto plazo.
El escenario es pues muy
incierto y, posiblemente, desencadenante de unos acontecimientos que, muy bien,
podrían llegar a la convocatoria de nuevas elecciones, en Septiembre
–“explosión” incontrolada-, de agotarse el plazo de votaciones de investidura -tantas
como doña Susana quiera, espaciadas cuarenta y ocho horas- que llegaría el
próximo 5 de Julio. Y aquí encontramos otra “curiosidad”, resulta que el
Estatuto de Andalucía, al parecer, impide que se celebren elecciones en Julio y
Agosto. Faltaría más, esos meses son para el chiringuito playero, que el otro
dura diez meses por año, desde hace treinta y cinco y requiere el “descanso”
veraniego, que con “tanta ‘caló’ no se pué’ntrar en campaña y reflexioná p’a
votar”.
Y para completar el
cuadro, salta la adjudicación de la mina de Aznalcóllar con ex alto cargo de la
Junta en la cúpula directiva de la adjudicataria, simple casualidad que no
“causalidad” y que, la “diligente” doña Susana, ha retrocedido “en cuanto un
juez ha determinado la improcedencia de la adjudicación”, lejos de todo
procedimiento -han vuelto a ser los funcionarios, claro-, porque “nosotros
respetamos las decisiones judiciales” mientras “otros”, claro está, ponen todas
las zancadillas posibles a la Juez Alaya.
En resumen, que Andalucía
puede pasar de unos pésimos gobiernos durante treinta y cinco años, cuna de
clientelismo, “promoción” de la familia y corrupción, junto al deterioro de los
niveles de educación, sanidad, etc., a no tener gobierno durante seis meses.
¿Qué será peor si se da este supuesto? La solución en Junio -si aprueba en la
repesca-, o en Septiembre - si suspende-.
Mientras tanto, se celebran elecciones en Gran Bretaña y nos da una lección, se
rompen las encuestas, se forma Gobierno -este sí, con mayúscula- en cuarenta y
ocho horas y la vida sigue. Es que son… hijos de la Gran Bretaña. Luego alguno
se enfada cuando repito que nuestra “democracia” es muy particular y capaz de
provocar esa “reacción en cadena”. “Cosas veredes, Sancho…” en nuestra querida España.
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