martes, 20 de octubre de 2015

PROFETIZANDO EL PASADO, por @AntoniodlTL. (O cómo toparse de bruces con la realidad, ignorada treinta y cinco años)

Hoy en Desde el Caballo de las Tendillas contamos con una nueva colaboración de Antonio de la Torre que, con sus certeros análisis, nos hace un repaso a estos años de vigencia de la Constitución. ¡Feliz martes!


Leo  en un periódico digital, un artículo sobre la entrevista que la radio del mismo medio le hace a un tal Marcelino Sexmero que, según se recoge en  el texto, es el portavoz de la Asociación Francisco de Vitoria.

Dice este señor que “lo que se está planteando –en Cataluña- es un proceso sedicente, si no sedicioso ya, en toda regla”. Con una clara ‘visión de pasado´’, nos dice este ‘profeta’ que, en su opinión, “hay un proceso, desde el principio, perfectamente pergeñado”  que trata de "ganar terreno poco a poco por la vía de los hechos, con un ‘desparpajo’ que no tiene nombre" y remata esa ‘premonición profética’ con una no menos contundente opinión sobre el origen de este conflicto que, a su ‘futurista’ juicio, está en el “error gravísimo de atribuir las competencias en materia de justicia a las comunidades autónomas", que  está provocando que "algunas comunidades usen y abusen de esas competencias” algo que “cada vez se entiende menos. Esto debe pararse, irá a más si no se hace nada para evitar que continúe", terminando el artículo con otra rotunda frase, igualmente, ‘premonitoria’: “Es muy difícil que esto no tenga consecuencias”.

¿Es que no las está teniendo ya, Sr. Sexmero, en los últimos cinco o diez años? Por supuesto que sí, pero muchos han ignorado la ‘lluvia fina’ con la que nos han venido ‘obsequiando’ los nacionalistas con el apoyo de la izquierda y la pasividad, si no algo más en alguna ocasión, de la derecha, incluso después de estar ya completamente empapados.

No seré yo el que cuestione lo que dice el portavoz de la Francisco de Vitoria, que suscribo, pero no deja de ser sorprendente la ‘frescura” del diagnóstico y sus consecuencias, más propios de hace dos décadas, por lo menos, si no, como subtitulo el artículo, de treinta y cinco años, o alguno más.

Recuerdo cómo, en 1978, antes de que se votara la Constitución Española, mi padre -q.e.p.d.-, que recibió el borrador unos meses antes, con la seguridad del que sabe lo que dice y recuerda el, entonces, no demasiado lejano pasado –años 1934-36-, que él vivió, y sufrió, en primera persona, nos dijo a mis hermanas y a mí: “Hijos míos, espero por vuestro bien, porque yo ya no lo veré-sí que lo vio, porque murió en Enero de 2012- que esta Constitución no se apruebe, porque si es así, se acaba con España”. Eso me llevó a abstenerme y, aunque no voté en contra, al menos, no contribuí a su eufórica aprobación por una aplastante mayoría. Entonces yo tenía veintinueve años y ya llevaba seis trabajando y era padre de tres hijas.

Yo mismo, con mucho menos rigor, cuando en 2008, empecé a dejar mis reflexiones en la red social que entonces conocí, Facebook, he escrito mucho en esa línea de disconformidad con el sistema, las transferencias y el régimen autonómico, entre otras cosas. Pero claro, al no ser miembro del cuarto poder, ni tener contactos con los medios o pertenecer a partido político alguno, mis reflexiones tenían muy poca trascendencia, como es lógico. Sin ir más lejos, el 7 de Diciembre de 2010, hace casi cinco años, ‘colgué’ en mi perfil un artículo con el nombre “La perversión del Sistema”, en el que, en referencia concreta a la Justicia, escribía, entre otras cosas, las siguientes reflexiones:

<<Decía Montesquieu que “EL PODER debe controlar al PODER para que no abuse del PODER”, es decir que el PODER -JUDICIAL-, debe controlar al PODER -EJECUTIVO (Gobierno)- para que no abuse del PODER -LEGISLATIVO (Parlamento)->> Pero ya se encargó Alfonso Guerra de ‘enterrar’ al autor de esta máxima que debería ser indiscutible en un sistema democrático serio, sin que los dos gobiernos del Partido Popular hayan hecho nada por ‘desenterrarlo’.

<<Nada más lejos de la realidad que existe en España y ahí radica, en parte, la perversión del Sistema. Aquí, el PODER EJECUTIVO (Gobierno), y entran todos los que hemos tenido, especialmente los socialistas, es cierto, pero tan mala es la “acción como la omisión”, abusan permanentemente del PODER LEGISLATIVO (Parlamento) –formado por los ‘colocados’ en las listas cerradas- , sin que el PODER JUDICIAL (Tribunales Superiores de Justicia, Fiscalía General, Tribunal Supremo, Tribunal Constitucional) haga nada por remediarlo o, al menos, eso parece (Estatuto de Cataluña, caso Bono, caso Faisán, 11-M, Ley del aborto, etc., etc., …). O se dilatan los plazos (la Justicia fuera de tiempo es, en sí misma, una injusticia), o se mira discretamente para otro lado, o se producen sentencias “comerciales”, que no convencen a nadie o a casi nadie (11-M). Se acatan –o no, como se anuncia ya en Cataluña- y punto… y se pasa a otro asunto.

Desde mi punto de vista,-decía entonces- ésta es una de las primeras reformas que hay que abordar, de manera urgente, para cambiar el SISTEMA. La Justicia no puede estar politizada como lo está. Y en esto, nuevamente, están implicados todos los partidos políticos, que se reparten, “amistosa e interesadamente”, los puestos de los principales órganos judiciales: –lo veíamos en esos días- con la renovación del T.C.; doble rasero con que la Fiscalía General (brazo indiscutible del Gobierno de turno) “interpreta” los diferentes asuntos dependiendo de que afecten al partido que los nombra o al de la oposición (caso Bono y su sorprendente aumento de patrimonio y caso Matas – expresidente del PP de Baleares –, pongamos por caso); utilización de la Abogacía del Estado por parte de la exvicepresidenta, Mª Teresa Fernández de la Vega, en la querella que le interpuso a dos periodistas de Intereconomía por denunciar la irregularidad de su empadronamiento fuera de plazo en Beneixida (Valencia) para votar como “valenciana” en las elecciones generales de 2008; archivo de la querella contra el comisario JAG por su posible implicación en el caso Malaya; caso Gürtel; rapidez con que se apartó de la A.N. a Gómez de Liaño y lentitud en el caso del juez Garzón –casualmente apartado al poco tiempo del cambio de Gobierno-; y un largo etcétera, que haría interminable el documento. Se podría ampliar actualizando, pero ya se está alargando demasiado el artículo. Lo haré en otro.

Estamos, por tanto ante un sistema “pervertido y perverso”, en su esencia, que empieza con una malísima Ley Electoral y sigue con una politización de la Justicia, consecuencia de lo anterior, en un “círculo vicioso” que, o se rompe, o nada funcionará como es debido>>.

Y no sólo es la Justicia la competencia que nunca debió ser transferida a los reyezuelos autonómicos. Como también he dejado escrito y, en este caso ya publicado en algunos medios que, en los dos últimos años tienen a bien recoger mis reflexiones, tampoco la Educación, "educación es la excelencia, ¡estúpidos!", que ha pasado a ser ‘adoctrinamiento’ en sus manos, debió serlo, ni la Sanidad que, para empezar, incumple el principio de igualdad que se consagra en el Art. 14 de la C.E., entre otros. Hemos visto casos de desatención sanitaria, con nefasto desenlace, para más inri, por ser el paciente de una Comunidad autónoma diferente de la que tenía que prestar la atención.

Pero voy mucho más lejos y también lo he dejado escrito y, sobre todo, dicho muchas veces desde hace muchos años, en los foros en los que he tenido la posibilidad de expresar mi opinión, lo malo no han sido las transferencias en sí, que también, sino el cajón de sastre (debería escribirlo junto, ‘desastre’) que ha supuesto la segunda parte del Art. 2 de la misma: “…y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las ‘nacionalidades’ y regiones que la integran y la solidaridad entre ellas”-algo, esto último, que se ha demostrado que no existe ¿Sabrán nuestros políticos lo que significa la palabra ‘Solidaridad”? En mi época era uno de los valores que se nos explicaban en las clases de Formación del Espíritu Nacional, aunque parezca increíble para algunos y otros lo hayan olvidado.

Ya lo anticipó, con mucha gracia por cierto –maldita la que tiene ahora-, el genial Fernando Vizcaíno Casas en su libro “Las Autonosuyas”, en 1981, en el que recoge, antes del Prólogo, unas declaraciones del propio Alfonso Guerra cuestionando el Sistema de las Autonomías que, poco después potenció hasta lo insospechable y contribuyó a prostituir permitiendo, si no más, sus abusos. Eso sí es anticipación y demostración de conocer el terreno de juego y al contrincante, que en algunos de los padres de la Constitución se torna más que cuestionable.  Como he repetido hasta la saciedad, nunca se debió permitir que las autonomías fueran más allá de meros órganos de gestión administrativa supervisados por el Estado ni, mucho menos, propiciar la constitución de parlamentos regionales que, con las transferencias en cuestión, se invistieron de capacidad legislativa, en vez de diseñar un sistema que evitara la duplicidad o triplicidad de funciones, compensando las diferentes administraciones, Nacional, Regional, Provincial y Municipal que alguien, con sentido de Estado, visión a largo plazo y conocimiento de la personalidad del españolito de a pie, hubiera hecho. Lo que se hizo y se permitió, ya hemos visto a dónde nos ha traído.

Termino con el último párrafo con el que concluía mi artículo de 2010, que he venido recordando en éste:

<<Metamos en cintura a nuestros políticos para evitar el negro futuro que nos espera en caso contrario (sin perder de vista que el presente -en 2010- ya es pésimo) –hoy, desgraciadamente, mucho peor en lo que a principios y riesgo de ruptura de la Unidad de España, supone-. No queremos “profesionales DE la Política” sino “buenos profesionales EN la Política (los mejores, a ser posible)”. ESPAÑA no se merece el Gobierno que tiene, aunque muchos españoles lo hayan votado en las últimas elecciones (2008)>> En 2010, estaba todavía Zapatero terminando de llevar a España a la ruina moral y económica en que la dejó, pero, cinco años después, aunque los números empiecen a cuadrar y nuestra credibilidad internacional haya mejorado sensiblemente, el resto de las reformas estructurales que necesitaba nuestro país y que confiamos a don Mariano Rajoy en Noviembre de 2011 –no sé si éste Gobierno tampoco lo merecemos-, siguen sin llegar y, “esos polvos, han traído estos lodos” en los que nos estamos ‘rebozando’ y en los que nos acabaremos de hundir, como en arenas movedizas a las que el inmovilismo de nuestros gobernantes nos está llevando.

¿Qué son, sino unas peligrosas ‘arenas movedizas’ (que acabarán engullendo la España Unida de más de cinco siglos de Historia, pese a algún intento rupturista, gracias a Dios superado), la permisividad con el sistema educativo adoctrinador y excluyente de algunas autonomías; la politización de la Justicia; la chulería desafiante de algunos reyezuelos separatistas, sin respuesta contundente; la equidistancia que algunos quieren imponer entre víctimas y verdugos; la corrupción generalizada en partidos políticos y organizaciones sindicales y empresariales; la doble vara de medir de nuestros políticos; la mediocridad que el sistema va imponiendo sin que se perciba la más mínima capacidad de reacción; etc., etc., etc.?

Concluía mi artículo con esta pregunta: <<¿Hasta cuándo seguiremos permitiendo estos abusos –y, añado ahora, pasividad y pusilanimidad- de la clase política?>> Aquí la dejo. La respuesta la tenemos los españoles.

2 comentarios:

  1. Y ahora que? Lo que tenemos no es muy bueno, pero, y que me dices de los "pichones" aspirantes de la oposición, nos divorciamos porque la mujer que tenemos es un poco dejada y nos casamos con una vieja , pobre y fea, divorciada con 14 hijos por criar y mal educados?.

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  2. Con la Constitución del 78 lo que se hizo fue repartir el cortijo en parcelitas para que cada uno se construyese un chalet a su gusto. A nuestros políticos lo único que les interesa es un buen sillón.

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