El lunes en Desde el
Caballo de las Tendillas es día #RED y hoy traemos al blog Darkwolf,
con un artículo en el que se habla de la historia de nuestra España y de la
realidad que vivimos…
Pobre, desgraciada y
querida España.
Son muchas las gotas que en forma de lágrimas la lluvia ha derramado
sobre nuestra extinta piel de toro. España, que se encuentra en su encrucijada
nacional, se extingue. La unión de dos reyes creó el estado más plurinacional
del mundo y ahora las plurinaciones se cargan al Estado.
España ha sido siempre un
estado parlamentario. Las Cortes medievales tenían un peso considerable en el
control estatal y los reyes, en cuanto propietarios del terruño. Desde hace
años ese parlamento, ese sistema, hace aguas porque el judicial está sometido
al ejecutivo y el legislativo solo emite leyes en contra de la nación y de los
ciudadanos que dice representar.
Sólo tenemos que echar un ojo a multitud de leyes, desde hace tiempo,
en contra de la base del estado. Y además emanadas por gente que dice ser afín
a ese pueblo. No sólo eso, si encima les mientes la jugada, los siniestros se ofenden,
se ruborizan y te llaman fascista, cuando no haya nada más fascista que el
modo, cuasi decretal, que están empleando para acometer el acoso y derribo del país.
Tal es la cantidad de decencia que queda, desde hace cinco siglos, en
nuestra clase política. Poco orgullo de español y nada de propósito de
enmienda, lo cual provoca la enmierda de todo lo que dicen representar. En mi
fuero interno no tengo por menos que reírme de todas esas explosiones de júbilo
por una mentira más de los sinsentidos de los últimos años. España está muy
enferma, el cáncer del nacionalismo la carcome y nuestra clase política se
enorgullece de haber terminado con el terrorismo sin haber pagado precio
político.
Triste, ojerosa y acometida cómo un perro flaco y débil, enfermo y
moribundo al que todas las pulgas hacen causa común, nuestra nación dormita ya
el sueño de los terminales. Es España una sombra de lo que fue, patético
escombro de una orgullosa casa que fuera gran pasiego de los tiempos, enorme
imperio intercontinental gobernado por inútiles e incapaces, elegidos por
gentes más inútiles e incapaces más preocupados en llenar el buche y los
bolsillos que en arreglar las fisuras que carcomen la casa de todos.
Y mientras tanto, surgen salvapatrias e iluminados, vagos que siguen
clamando mientras los perroflautas siguen exigiendo cambios en una sinrazón
controlada por los mismos de siempre, los que controlan y devanan sus sexos con
el único fin de exterminar a España.
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