jueves, 3 de marzo de 2016

LOS NUEVOS TIENEN MUCHO QUE APRENDER


Pues ya pasó el primer asalto del debate de investidura. Y aquí mismo podría acabar el artículo de hoy, porque poco se dijo de interés en el mismo. O al menos no se dijo nada que no fuera lo esperado y lo que marcara el guión. Cada uno estuvo en su papel. Aunque lógicamente unos me gustaron más que otros. Lo mejor de la sesión el beso en la boca (ya no saben qué hacer para lograr el minuto de gloria) y el nuevo vocablo que aprendimos, bluf.

Mariano Rajoy fue el que más me gustó. Y es que el Presidente del Gobierno en funciones es buen orador y tiene presencia en la tribuna del Congreso de los Diputados. De los cuatro principales líderes políticos que ayer tomaron la palabra es el único que llena ese espacio. Y como es un buen orador y ayer, también es verdad, se lo habían puesto muy fácil, pues se lució.

De Pablo Iglesias poco se puede decir, habló para los suyos, como si se encontrara en una asamblea, de hecho llegó a decir que el Congreso de los Diputados es como una asamblea, él ve así las cosas… Su discurso fue duro y rozó el insulto hacia la bancada socialista. Estuvo en plan extremista, escorado a la izquierda. Y si pretende en unas próximas elecciones quedar por delante del PSOE mal camino es ese, pues a muchos votantes socialistas, que pudieran estar pensando en votarlo, a lo mejor ayer se les quitaron las ganas. Él sabrá, que para eso es muy listo y va dando lecciones de moral…

De Pedro Sánchez menos aún se puede decir. Este señor bastante lejos ha llegado, es un orador de cuarta división. Repetitivo y cansino. España no se puede permitir un presidente peor que ZP, espero que la gente se esté dando cuenta.

El que lo tuvo más fácil fue Albert Rivera; aunque su discurso en plan centrista, en hay que hacer esfuerzos por España, para mí quedo solo en eso, en buenas palabras de cara a la galería. Es verdad que Rivera se expresa muy bien y que dice cosas coherentes, pero ¿qué hay detrás?, ¿un partido al que no le ha faltado tiempo en echarse a los brazos de los socialistas? No sé cómo se sentirán los ex votantes del Partido Popular que el 20D confiaron su voto a Ciudadanos, más de uno se habrá arrepentido.

Lo que consuela (o no) es que en realidad el debate de investidura no lo ha visto casi nadie, aunque la gente sí sabe que se está produciendo el debate, pero somos cuatro frikis los que lo vemos casi entero. Y a lo mejor es una pena, porque si la gente lo viera y no se quedara solo con los titulares de la prensa sacaría muchas conclusiones y más de uno se llevaría una decepción. Lo que si dejó claro el debate es que los nuevos tienen mucho que aprender…

2 comentarios:

  1. Buenos días. Yo no lo vi, pero si lo estuve oyendo toda la mañana, y creo que el único ganador fue Rivera. Rajoy se retrató como un maleducado tachando de tontos a todos. Quiso ser un Castelar, pero no le llega ni a la suela de los zapatos como orador. Además se retrato como alérgico a la democracia; cuando vio como un problema para los españoles votar una reformas de la constitución y luego tener elecciones. Pues a mi si me gusta votar. Pero claro, a ellos sólo les gusta imponer, no que los demás podamos opinar, como han dejado muy claro estos cuatro años.
    Iglesias tuvo fases. Fases de auténtico debate de investidura, ideológico, y fases de naranja mecánica y cal viva que no llevaban a nada.
    Y el candidato en su papel. Intentando sumar y alejarse, muy bien por cierto, del PP.
    También me gustaron las mareas, y de los minoritarios muy bien Alberto Garzón.
    Seguiremos los acontecimientos, aunque tiene pinta de que volveremos a votar muy pronto.

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  2. Tú lo has dicho, Ángel, "los nuevos tienen mucho que aprender" y alguno, no tan nuevo, quizás también.
    Para empezar, educación, higiene, urbanidad y respeto a los que, supuestamente, somos sus representados.
    No hay derecho a que no se respeten las mínimas normas de urbanidad y estos "regeneradores" que no son más que unos degenerados, no guarden un mínimo de corrección siquiera en el vestir y en controlar sus sentimientos más primarios. Cuando para entrar a un casino no te dejan ir con vaqueros o incluso sin corbata -aunque pueda parecer exagerado- no deberían ser permisibles las pintas desaliñadas y sucias que llevan algunos en el Congreso, suban a la tribuna de oradores o no. Claro que si se presentan de guisas semejantes a ver al Rey ¡qué se puede esperar!
    Lo mismo que no es de recibo esa expresión de entusiasmo del líder del partido morado con su colega catalán sin que el presidente del Congreso le llame al orden.
    Pero en fin, lamentablemente, es lo que hay y así vamos dando esa imagen exterior.

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