martes, 7 de junio de 2016

UN DISCURSO DE CHARLATÁN


Pablo Iglesias es un caradura, un populista con mucho morro de los que va adaptando su discurso (previamente memorizado) a las exigencias del guión  y que no tiene inconveniente en improvisar e inventarse cualquier cosa cuando algo se sale de lo previsto. Y si tiene que contradecirse en la misma frase lo hace sin ruborizarse, y si tiene que cambiar el currículum de alguien no habrá problema. Algo que ha hecho en las últimas horas.

Empezó en la noche del domingo, en el cara a cara con el líder de Ciudadanos, Albert Rivera. Cuando Iglesias criticaba al gobierno de Arabia Saudí, las relaciones con la Casa Real española y la venta de armas, Jordi Évole le espetó diciéndole que el alcalde de Cádiz, el podemita Kichi, se manifestó a favor de la contratación de cinco embarcaciones de guerra para Arabia Saudí a construir en su Ciudad, a lo que sorprendentemente Iglesias contestó diciendo que el alcalde de Cádiz habría pensado en la generación de empleo, y tras darse cuenta de su metedura de pata siguió con su memorizado discurso de crítica. Un claro ejemplo de coherencia el de Pablo Iglesias que dice mucho de lo manipulador que es.

Y ayer, en una conferencia en el hotel Ritz junto a su compañero de lista el comunista Alberto Garzón, asumió para Unidos Podemos el espacio de la socialdemocracia. Esta afirmación, como es lógico, levantó curiosidad, pues tanto Podemos como Izquierda Unida tienen poco de socialdemoócratas, por lo que Iglesias fue preguntado reiteradamente sobre esta afirmación, contestando sin rubor que tanto Engels como Marx eran socialdemócratas. Ahí queda eso.

Y lo más triste es que mucha gente le compra ese discurso a Pablo Iglesias. Un discurso de charlatán.

1 comentario:

  1. Lo malo es que hay miles de personas incluidos varios perio-tertulainos que creen lo que dicen.
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