martes, 12 de julio de 2016

LA PLEGARIA DE LOSANTOS: UN MINISTERIO PARA RIVERA, por @AntoniodlTL

Hoy contamos con una nueva colaboración de Antonio de la Torre, en la que nos habla de la actitud de Federico Jiménez Losantos respecto al Partido Popular y el partido de Albert Rivera. Algo que a muchos sorprende y que ya está cansando. Un interesante artículo que os recomiendo leer…


Recuerdo que, en la segunda mitad de los ochenta, hacia el final más bien, descubrí La Mañana –creo que se llamaba así- de Antonio Herrero (q.e.p.d.) y, desde entonces, independientemente del grupo en el que hasta su inesperada muerte -en aquella triste inmersión submarina (o quién sabe si algo más) de una sobremesa marbellí- estuviera ese gran comunicador que creó un nuevo estilo de radio o sus sucesores, -Antena 3 Radio, cuando existía antes del antenicidio, la Cadena de Ondas Populares de España, más conocida como COPE o, tras un pequeño paréntesis, la nueva esRadio (07.07.2007 a las 07:00)- permanezco enganchado a ese gran grupo de comunicadores salido de su equipo, continuadores, con sus particularidades, de un estilo nuevo, que me cautivó, como a cientos de miles de españoles.

Así sigo todavía, pese a la –en mi opinión- negativa evolución que la más joven de las emisoras “herederas” del gran Antonio está mostrando en los últimos tiempos con su particular guerra contra el Partido Popular -y especialmente contra Mariano Rajoy y su equipo de Gobierno- al tiempo que ese encendido -y a mi juicio, poco racional- apoyo a Ciudadanos –y, especialmente a su líder Albert Rivera, antítesis de lo que ese medio predica (esfuerzo, mérito y capacidad) por encima de todo-.

En mi opinión, Ciudadanos es un partido que, salvo hablar –más de la cuenta, y mal en muchas ocasiones. “Quien mucho habla, pronto yerra”- no ha hecho otra cosa que ser contestatario al nacionalismo catalán –lo que me parece muy bien y no es poco pero, a todas luces, insuficiente para mayores objetivos-, y que, en diez años, diez, de vida en Cataluña, y pese al abandono de esa bandera -y de otras- por parte del PSOE y del Partido Popular catalán -desnortado en esa región desde que José Mª Aznar ofreciera la cabeza de Vidal-Quadras a Puyol, en aras de la gobernabilidad, tras el Pacto del Majestic, en 1996-, no ha conseguido otra cosa que llegar a ser el primer partido de la oposición, muy lejos de poder tener capacidad alguna de decisión -25 diputados de 135 (18’5%, me temo que su techo) no dan para más- y que tiene despistados a muchos españoles –cada vez menos-, que creyeron en su cambiante y ambiguo “mensaje” -¿tienen alguno de verdad?, véase Madrid y Andalucía, por ejemplo-, más por el descontento con los dos grandes partidos –en especial con la última etapa del PP. y, como decía, apoyado por bastantes medios y periodistas “dolidos” por diversas razones con el Gobierno que por un convencimiento sereno y meditado de que la formación naranja represente la posible “regeneración salvadora del sentimiento patrio” y, por ende, de la política putrefacta que se ha instalado en España –entre otras cosas porque no se les conocía más allá de por lo dicho unas líneas más arriba, y en Cataluña, insisto, no fuera-. Algo de lo que algunos venimos advirtiendo desde que se vio llegar a estos pipiolos provincianos con pretensiones y altas ínfulas y “alimentados” por el aluvión de oportunismo y arribismo de muchos que vieron la oportunidad de “rascar bola” y no pocos “desechos” de otras formaciones -PSOE y UPyD, principalmente, con algunos del PP -, que podían seguir en el “machito” y viviendo a costa del Presupuesto, como habían hecho en anteriores etapas en las que ya demostraron, sobradamente, su incapacidad, falta de conocimientos y experiencia -cuando no de honradez- como supuestos representantes del pueblo español.

¿Cómo confiar en un aspirante a ‘presidente del gobierno’ –lo pongo con minúscula porque me supone esfuerzo imaginarlo, pese a Zapatero- que, en unos días, no digamos en los meses de vacío gubernamental posteriores, se ha contradicho en todo, espacio político a ocupar, incluido?

Ciudadanos se presentaba como un partido que “venía a ocupar el espacio de centro-izquierda” –lo decía en su página web-, pero cuando vio que el PSOE jugaba –por su exclusivo interés, claro, y con la inestimable ‘ayuda’ de algunos medios, repito, por eso de arañar al PP- a situarlo en el centro-derecha y siendo esta demasiada ‘evolución’ para muchos de ellos –la mayoría de sus pesos pesados vienen claramente de la izquierda- no dudaron en cambiar el mensaje de la web para autoproclamarse como “un partido liberal, socialdemócrata y progresista” –menuda mezcla, producto, en gran parte, de ignorancia de la esencia de las tres corrientes o, tal vez, y además, de un intento desesperado de pescar lo más posible “en río revuelto”, dada la pobreza intelectual, y sobre todo, de análisis, de una buena parte del electorado español-.

Oímos a Albert Rivera decir, y repetir, en la campaña electoral de Diciembre pasado que “respetaría la lista más votada”, que “no apoyaría al PP ni al PSOE para formar Gobierno” y que “jamás apoyaría un pacto de perdedores” –en referencia, supongo, a un posible pacto de la izquierda con el populismo y el nacionalismo radical- y ¡toma ya!, a los pocos días se deja querer por Pdr Snchz e incluso se sienta en una “mesa de trabajo” de veintitantos –premisa para no llegar a nada, pero es que saben menos- con socialistas y podemitas y remata la faena firmando el “Pacto de investidura” con el PSOE -Pacto de traidores, lo llamé yo, que nació condenado al fracaso, como se vio en los dos intentos fallidos de Marzo pasado-, al que sólo se unió la diputada de Coalición Canaria (que lo mismo hace a un roto que a un descosido –ahora tontea con el PP-), para llegar a la “eximia” cifra de 131 diputados-. Es decir “no apoyaré un pacto de perdedores… salvo que YO sea uno de los integrantes del pacto”, le faltó añadir al líder naranja, llegando incluso a postularse, a través de su compañero Girauta –otro ‘veleta’ de la política-, como vicepresidente –lo desmintió después- de ese posible gobierno sólo virtual en la mente del ‘avocálico’ aspirante a presidente y de su frustrada esposa -que ya se veía como “primera dama” de la Moncloa-. Por eso escribí Quo vadis ciudadanos.

Ahora, Albert Rivera vuelve a las andadas y sigue con sus contradicciones a la hemeroteca diciendo que él “nunca vetó a Rajoy” y dice que los periodistas titulan “como quieren”, cuando lo hemos venido escuchando –no leyendo- expresarse en esos términos en infinidad de declaraciones en este interregno, incluidos exabruptos y acusaciones durísimas al Presidente en funciones en los debates –incluidos los de investidura, en los que embistió cual miura consumado  sin pasar de eral meritorio- aparte de repetir que “estaría dispuesto a hablar con el PP pero no con Rajoy” o “Rajoy se tiene que ir”, multitud de veces ¿Nos toma por tontos o es él, el ‘poco despierto’? Que cada cual responda como quiera.

Por eso insisto en que, no entiendo, -salvo desde el resentimiento que alguno me llegó a negar-, esa defensa encendida del aspirante a Rosa Díez por parte de esos medios que citaba, a cuyo comunicador principal, allá por Septiembre del año pasado, le dedicaba este artículo que no sé si vería pero que su periódico digital, dizque ‘liberal’, no me publicó.

Lo cierto es que sigue en esta guerra hasta hoy domingo, que titula su artículo de cabecera como “La ‘desvestidura’ de Rajoy”, con frases como “más soberbio que inteligente” –alguno más debería aplicárselo, a veces, ¿verdad don Federico?- o “no tiene un proyecto de Gobierno; o, mejor, se niega a tenerlo, porque eso supondría pactar con Ciudadanos…” –‘vuelta la burra al trigo’, con perdón- Va a tenerle que pasar una comisión Albert Rivera al Sr. Jiménez Losantos si, al final, se ve con la ‘patata caliente’ de un ministerio –‘No, por Dios. Aparta de mí ese cáliz’ podría llegar a decir el ‘afortunado’ destinatario-.

Como decía, no ha estado solo en la batalla, este comunicador, sino que otros destacados, y no tanto, periodistas y disciplinados discípulos, se unieron al corifeo matutino y recalando en su tertulia, que también fueron objeto de alguna recriminación por mi parte unos meses más tarde –atrevido que es uno-.

No le falta osadía –la ignorancia es muy atrevida- al pipiolo recrecido y se adelanta a proponer –el primer día tras las elecciones- una reunión a tres. O sea, el que ha perdido casi 400.000 votos y 8 escaños, en seis meses, le quiere marcar la agenda al que ha vuelto a ganar y ha recuperado casi 700.000 votos y 14 escaños. Y, para colmo de desvaríos, escuchamos decir a Rivera, hace un par de días, que “estaría dispuesto a entrar en el Gobierno de Rajoy” –todavía sin haber tenido un primer contacto, ya se ofrece, ‘loco por la música’, el chaval- y, tal vez para que no se notara tanto, otro de sus “destacados” jenízaros –con perdón de los turcos-, el ‘insigne’ Ignacio Aguado hace el mismo ‘sacrificio’ ofreciendo sus “posaderas” –cabeza tiene poca- para ocupar un asiento en el de Cristina Cifuentes ¿De dónde los saca Rivera?

En fin, que está animado el cotarro ante la ‘semana de los encuentros’ anunciados por Mariano Rajoy, mientras diversos personajes de la política y de la cultura expresan sus opiniones. Albert Boadella –creador de Ciudadanos y de Rivera- y Fernández Vara coinciden en que unas terceras elecciones acercarían al Partido Popular a la mayoría absoluta –con lo que ya expresé mi acuerdo-; F. J. Losantos califica de “error de bulto, el encuentro de Rajoy con ERC” –puede serlo- e insiste, una y otra vez,  en el mantra socialista de que el Presidente en funciones “rechazó por dos veces el encargo del Rey” pese que muchos creemos al respecto que fue aquel el que expresó al Monarca su ‘imposibilidad de formar Gobierno porque tenía más votos en contra que apoyos”, según dijo; Javier Nart, diputado europeo por Ciudadanos dice que “España necesita imperativamente un Gobierno” y que “el partido de Albert Rivera ha sido el gran perdedor de esta segunda vuelta de los comicios de diciembre”, tanto que le augura un futuro nada halagüeño –aviso a navegantes-; Felipe González pide al PSOE que dialogue con Rajoy y no obstaculice un Gobierno minoritario y afirma: “Por consiguiente, Rajoy Presidente” y, ayer, tras el Comité Federal, aparentemente –si no realmente- dividido, se daba el comunicado oficial de que el PSOE “votará NO a la investidura de Rajoy”, aunque algunos matizaban que “de momento”, o sea, que ya veremos lo que depara el martes y, tras el día 19, que parece que es la fecha de constitución de las Cortes, qué se cocina en la primera/tercera ronda de consultas de Su Majestad Felipe VI.

Entretanto, los mismos, seguirán pidiendo una vicepresidencia o ministerio para Rivera y éste, que lo de asumir responsabilidades, como que no, seguirá contradiciéndose. Lo veremos y lo diremos, o no, que diría nuestro gallego de la Moncloa.

2 comentarios:

  1. Pues anda que si entra al gobierno y decide parecerse a Dinamarca y sube de manera progresiva los impuestos como en ese país. A ver la sorpresa que se va a llevar, o bien cuando digan de subir la inversión estatal a servicios sociales, y quitar el caciquismo. A ver que cara van a poner. Pero me imagino que desde aquí recibirá sus criticas si no cumple con lo dijo. Seria populismo, pero del rancio.

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  2. Tengo amigos en América que se mantienen informados de las noticias españolas, llevan meses preguntandose ¿qué le ocurre a Jiménez Los santos? Yo les explico que su apoyo a UPyD les llevó a desaparecer y ahora toca Ciudadanos.

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