Los domingos recordamos
en Desde el Caballo de las Tendillas y ayer, tras llegarme la viñeta que os
dejo al final, me acordé del artículo que hoy os traigo, publicado en octubre
del 2012 y en el que hablábamos de las relaciones familiares en la administración
y sus satélites… ¡Feliz domingo!
Siempre me ha llamado la
atención la capacidad de algunas familias para alcanzar puestos, profesiones o
cargos de responsabilidad. Da la sensación de que son familias tocadas por una
barita mágica, que han nacido para eso.
Y si nos ponemos a pensar
todos conocemos alguna familia de este tipo, en todos los ámbitos.
Lógicamente no quiero
generalizar, seguramente haya familias en las que sus miembros estén altamente
cualificados y preparados, habiendo obtenido sus cargos por méritos propios,
pero cuando conoces algunos casos descartas estas “capacidades”, pensando más bien
que se trata de una “carga genética especial”.
Familias en las que todos
los hermanos son catedráticos de universidad. Notarios que tienen dos o tres
hijos notarios o registradores, o magistrados que también tienen varios hijos
jueces o fiscales.
Hay administraciones en
las que echando un vistazo al directorio de empleados llama la atención la de
apellidos repetidos, sin poder contar la de familiares políticos.
¿Casualidad, carga
genética o capacidad, trabajo y esfuerzo?
Podemos seguir con los ejemplos,
hay muchos. También en el ámbito político, hijos de políticos que acaban
desarrollando carrera política, también esposas o suegras incluidas en las
listas electorales y ocupando cargos públicos, que de todo hay. Bueno, y que no
se me olvide la de familiares de políticos trabajando en las cajas de ahorros…
eso daría para otro artículo.
¿A qué se vienen a la
cabeza varios casos?
Y todo esto me
plantean un dilema, ¿se deberían regular estas situaciones? Es decir, si un
padre tiene un cargo directivo en una universidad, ¿su hijo puede ser
contratado por esa misma universidad como personal laboral? Pues al fin y al
cabo estamos hablando del sector público y, muchas veces, da la sensación de
que solo cuenta el apellido para poder acceder a un cargo público pagado por
todos.
Desgraciadamente me temo
que en muchos otros casos es así, que solo cuenta el apellido. Y eso es lo que
se debería evitar, ¿qué cómo se hace? Pues no lo sé, pero debemos hacer algo
para que la carga genética no cuente.
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