En septiembre del pasado
año, cuando recibió el Premio Nacional de Cinematografía, dijo en su discurso lo
siguiente: “Nunca me he sentido español. Ni cinco minutos de mi vida”. Y ahora,
un año después, cuando la gente ha tomado nota de sus palabras el señor Trueba
se queja y dice que existe un boicot hacia su obra y que una parte de España
“ha sido envenenada e intoxicada con opiniones contrarias al cine español. Y
deberían darse cuenta de que cualquier cosa contraria al cine español es
contraria al país”. ¿Y a él qué le importa?, si él no se siente español…
Claro, que hablamos del
bolsillo, y cuando uno ha recibido más de 4 millones en subvenciones no quiere que
el show se acabe y por eso ahora apela a España, cuando ve que el negocio se le
viene abajo. Pero claro, después de decir lo que dijo muchos hemos tomado nota
y si poco apego le tenemos al cine español (ellos se lo han ganado a pulso) menos
todavía le tenemos a Fernando Trueba, más cuando elige de protagonista a
Penélope Cruz, pareja de Javier Bardem. Motivos más que suficientes para el
fiasco en taquilla en el estreno de su última película “La Reina de España”.
Aunque claro, si a todo
esto le unimos la crítica, que ha puesto la película del director madrileño a
caer de un burro, pues tenemos la cuadratura del círculo y 11 millones de euros
tirados a la basura, que me gustaría saber cuántos de esos 11 millones
corresponden a subvenciones, pagadas por todos nosotros.
Y que queréis que os
diga, me alegro del fracaso de esta película. Fernando Trueba, tras decir que
nunca se ha sentido español, no se merece otra cosa. Y es que el que siembra
recoge…
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