Es lo que tiene la
prepotencia, la chulería y el creerse mejor que los demás, que acabas tomando
por tonta a la gente y que es muy fácil tomarles el pelo. Y a eso es a lo que
se dedica la alcaldesa de Córdoba, la socialista Isabel Ambrosio. Esta señora,
gracias al pacto con Izquierda Unida y al apoyo de la franquicia de Podemos en
la capital de los Califas, llegó a dirigir Capitulares tras las elecciones de
mayo de 2015 y a estas alturas de la legislatura todavía no sabe ni qué va a
hacer ni cómo lo va a hacer. Ya en octubre pasado dijo que “abogaba por coger
ritmo” al frente de la alcaldía y esta semana, en su balance anual, hemos
podido comprobar que todavía ni ha arrancado el motor.
La señora Ambrosio ha
hecho un balance en el que no ha existido la autocrítica, aunque tampoco es
necesaria, pues ya se critican bastante entre PSOE e IU. Y, para sorpresa de
todos ha dicho que la reforma de la Administración que aprobó el gobierno del
Partido Popular es la responsable de la paralización del Ayuntamiento de
Córdoba. Ahí queda eso.
Y dice la socialista que
espera que en el próximo año 2017 se concreten los proyectos pendientes como el
cercanías (que lo dejó terminado el Partido Popular), el proyecto halal o el
nuevo ente turístico, que no sé para que se cargaron lo que ya había
funcionando. Es decir, todo está pendiente, porque en este año y medio PSOE e
IU no han hecho nada en Córdoba, bueno sí, han conseguido que los cordobeses
perdamos el tiempo.
Y claro, a falta de
ideas, a falta de proyectos propios tienen que seguir fijándose en los que
tenía el Partido Popular para Córdoba y esta semana se han dejado caer con la
reforma del estadio de San Eulogio para desarrollar un recinto deportivo y
comercial. Sí, copian al PP, pero encima lo copian mal, porque el proyectado presentado
por Ambrosio prevé la privatización de los espacios, cuando los populares
proponían la gestión municipal. El mundo al revés…
El caso es que esperamos
que la alcaldesa revise estos días sus motores, porque se ha tirado más de un
año parada y lleva más de tres meses para coger ritmo. Para mal de los
cordobeses, que somos los que sufrimos su incompetencia y la de su equipo.
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