Contamos con una nueva colaboración de José Quijada que nos
habla de los premios Goya. Un análisis incisivo de lo que muchos se dedican a
hacer en esta “fiesta del cine español”…
Como todos los años, los terroristas del séptimo arte se
reúnen en su particular aquelarre para premiar sus propias chapuzas, sus
agresiones al cinematógrafo, sus ensañamientos al arte del celuloide y, en
definitiva, sus atentados al cine que practican con tanta asiduidad como
descaro. Se pondrán sus vestidos de gala para adoctrinarnos y decirnos qué es
bueno y qué es malo, qué debemos hacer y qué no debemos hacer.
Nos insultarán y nos llamarán ignorantes, fachas y borrachos
por no ir a ver sus defecaciones peliculeras salidas de sus cerebros arrasados
y sin cultivar.
Nos contarán chistecitos progres, propios de mentes como un
erial, para difamar y ridiculizar a quienes no siguen sus consignas de pancarta
y octavilla. Pedirán más subvenciones para sus fechorías anticine aunque sus
recaudaciones sean mínimas, porque para eso inflan el número de espectadores
que van a ver su no cine y abultan el número de salas de estreno. Nos
explicarán que ellos son la khultura y el ombligo del mundo aunque los festejos
taurinos (a los que odian) tienen tres veces más espectadores que los que van a
ver sus crímenes cinematográficos. Reclamarán menos IVA para sus evacuaciones
plasmadas en 24 imágenes por segundo mientras el IVA taurino recauda tres veces
y con mucho mayor impacto sobre la economía española. Demonizarán a Trump pero
elogiarán a Castro, Maduro y toda tiranía marxista. Nos explicarán que Franco y
el franquismo fue el mal absoluto pero que el Frente Popular era la cuna de las
libertades y el bien total. Hablarán de libertad para los presos de ETA pero ni
una mención a Leopoldo López y todos los miles de presos políticos de Cuba y
Venezuela. Nos aleccionarán sobre igualdad de la mujer pero callarán sobre el
trato inhumano de los musulmanes a las mujeres. Disertarán sobre Derechos
Humanos para vilipendiar a Occidente sin mencionar su persecución en regímenes
marxistas e islamistas. Discursearán sobre la paz mientras presentan entre sus
candidaturas la hagiografía de Gonzalo Boye, colaborador de ETA condenado a 14
años. Despotricaran contra el capitalismo a pesar de vivir opíparamente en él y
por él. Nos sermonearán sobre la bueno de la utopía marxista y su mundo ideal,
ese mundo de 110 millones de muertos a sus espaldas.
Toda esta vileza prolongada en el tiempo es para disfrazar su
inexistente talento, su falta de ideas, su nulo ingenio, su vulgaridad, su
sectarismo, su incapacidad cinematográfica, su páramo intelectual de proporciones
gigantescas. Es el lobby del anticine español, que vive de la subvención, la agitación y propaganda con la connivencia
de políticos, medios de comunicación y lacayos periodistas que no se atreven a
denunciar la basura de sus peliculitas
por una mezcla de cobardía y corporativismo mal entendido. Es la fiesta de la
osadía de los apóstoles de la mentira totalitaria, siniestros seres
envalentonados, de mirada intimidante, amenaza descompuesta y lenguaje de
macarras y pendencieros. Es el aquelarre de los Goya, los premios del anticine
español, las zahúrdas de engendros
monstruosos varios peldaños por debajo en la escala evolutiva. Verlo idiotiza,
mutila la materia gris, paraliza y, finalmente, mata.
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