Arde
Doñana. Arde parte del corazón de Andalucía y al dolor por la pérdida de parte
de tan importante patrimonio hay que añadir el intento de Susanita de sacar
rédito y tajada electoral.
Ya
es grave la desinformación y desintoxicación en la redes sociales, achacando la
responsabilidad del incendio a Gas Natural a través de absurdas teorías
conspiranóicas (que ya han sido desmontadas en estupendos artículos como este, mas aun cuando ya parece existir un claro
responsable, una empresa carbonera de la zona).
Pero
es más grave el anuncio propagándistico de Susana, perjurando que “Ni un solo metro que haya ardido en Doñana va a ser
recalificado”, tratando de erigirse en adalid y defensora del parque,
cuando tal como se explica en el artículo ya citado es imposible la
recalificación de Parques Nacionales (como Doñana), Parques Naturales o Montes
de Utilidad Pública, y aun en el caso de espacios que no entren en ninguna de
las categorías anteriores, la legislación establece que la recalificación no es
inmediata, sino que se ha de dejar un tiempo para comprobar si la zona
calcinada se regenera y, en caso negativo, la normativa establece un plazo de
30 años para recalificar un monte como terreno urbanizable. Un anuncio
grandilocuente pero vacío de contenido y totalmente inútil.
Y
la guinda del pastel en este sinsentido ha sido la publicación de un anuncio
por parte de la Consejería de Medio Ambiente para la captación de voluntarios para la “recuperación del
terreno afectado en Moguer (Huelva)”. En lugar de dedicar recursos y dinero del
presupuesto público a esta recuperación, resulta más fácil apelar a los buenos
sentimientos de este sufrido pueblo para que haga de forma gratuita lo que
debería ser un trabajo remunerado. ¿Imaginan que lo que hubiera ardido fuera el
Parque Güell? ¿Habría la Generalidad apelado al trabajo de voluntarios o
hubiera puesto de forma inmediata encima de la mesa el dinero y los recursos
para devolver su esplendor a este tesoro cultural..?
Señora Susana, yo he participado junto a mi hijo en dos ocasiones en jornadas de reforestación de la riberas del Guadaíra, aportando el trabajo voluntario de ambos, pero siempre bajo las órdenes de un equipo de profesionales que nos indicaban como, donde y en que lugar colocar los jóvenes árboles o arbustos, habiendo ellos realizado el grueso del trabajo de forma previa y poniendo a nuestra disposición los recursos necesarios (agua, azadas, etc...).
Así se hacen las cosas señora Susana, a su manera mejor no….
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