viernes, 8 de septiembre de 2017

ASISTIR A CONSULTA, por Miguel Camuñas


Si están empecinados en el referéndum que se pacte cuanto antes, ojalá lo ganen y se larguen. Que dejen de culpar a España de dominarlos durante cientos de años… y que apenquen con el nuevo Estado catalán que tendría que asumir la totalidad del coste de servicios como Hacienda, diplomacia, defensa o seguridad entre otros, actualmente centralizados y financiados por el conjunto de los españoles.




Es muy fácil desde un gobierno sobrado de prebendas asumir la típica posición de los nacionalistas cuando se quedan sin argumentos: “nosotros somos los únicos que sabemos lo que pasa en Cataluña” y “los demás nos tienen manía porque no solo somos distintos sino mejores que el resto de los ciudadanos de España”. Posturas impenetrables que fomentan falsas esperanzas y levantan muros ante las críticas. Lo cierto es que el soberanismo es una gran mentira creada y fomentada conscientemente desde el poder regional mediante el abrumador uso de la propaganda, el victimismo y las anacrónicas lágrimas de cocodrilo  completamente fuera de la realidad del siglo en que vivimos. Por eso lo plantean desde instituciones constitucionales.  En cuanto a la construcción de un proyecto común, pues sí, estoy de acuerdo en que al menos podría haber algún sustrato de consenso más o menos compartido en un futuro, pero el escepticismo me lleva a dudar de que los verdaderos niños traviesos de la película acepten las reglas del juego democrático.

Antes se llamaban nacionalistas y no lo eran, ahora que no lo son tienen que ejercer de nacionalistas cuando su tejido empresarial no está por la labor, nunca lo ha estado. 

La demagogia y la impresentable imagen de sus parlamentarios, llevará al gobierno a mover ficha con el apoyo de la mayoría de los partidos políticos.

No sólo políticos, si no intelectuales y artistas catalanes rechazan el referéndum ilegal. Cito palabras de Eduardo Mendoza (Premio Cervantes): "Se hará porque han dicho que se tiene que hacer. Pero, tal como se hace, el mismo referéndum anula su razón de ser. Todo es un proceso descarrilado. El tren sigue corriendo pero ya fuera de las vías". La culpa es de todos, dice; pero sobre todo "de haber mezclado todo esto con el nacionalismo". 

Yo creo que todos los secesionistas  deberían asistir a consulta, pero médica, que se lo hagan mirar vamos, como ellos dicen.



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