jueves, 28 de septiembre de 2017

EL NECESARIO FORTALECIMIENTO DE ESPAÑA: SOBRAN PALABRAS Y FALTAN HECHOS, por @AntoniodlTL


Asistí el lunes a la séptima sesión del ciclo organizado por las Fundaciones “Villacisneros” y “Valores y Sociedad”, que viene desarrollándose en Madrid desde el mes de Enero y que presentó entonces María San Gil: “Fortalecer España es algo que ya no puede esperar” -pasaron ocho meses y sigue esperando- e inauguró José Mª Aznar: “La tarea nacional más urgente es sellar las brechas, social, territorial y política” -que no sólo no se sellan sino que aparecen estos días más abiertas que nunca-.




Desde entonces, bajo el mismo epígrafe, EL NECESARIO FORTALECIMIENTO DE ESPAÑA, se han celebrado siete sesiones en las que han intervenido representantes de la Sociedad Civil -“El coraje cívico en la defensa de España”-; académicos -“El Fortalecimiento de la Nación”-; políticos de diferentes partidos que hablaron sobre “El Fortalecimiento de la Verdad” -frente a las mentiras del nacionalismo- y sobre “El Fortalecimiento de la Democracia y el Estado de Derecho” -; medios de comunicación con -“El Fortalecimiento de la conciencia de España”-, y esta última, ya citada, que versó sobre “El fortalecimiento de la Lealtad”, referida en este caso a la situación actual de Navarra.  

La presentó Jaime Mayor Oreja que -una vez más, y van…- expresó su preocupación sobre la crisis de Nación que vivimos, motivada según él “por la crisis de valores -en lo que coincido- y los complejos de los españoles ante los nacionalistas” -yo le preguntaría al Sr. Mayor Oreja, al que sinceramente aprecio, si el complejo es ‘de los españoles’  o de los políticos españoles, de su partido en particular- y el periodista navarro José Luis Pérez -Director de Informativos COPE- moderó la intervención de Ana Beltrán, Presidente del PP navarro, y Javier Esparza, su homólogo de UPN; Ignacio Murillo, director del periódico digital -Navarra.com- y Joaquín Villanueva, Presidente del Círculo de Navarra.

Bajo el título de la sesión aparecían dos interesantes preguntas que dejaban abiertas varias posibles respuestas: “¿Qué está pasando en Navarra?” y “¿Cómo se puede reforzar la alternativa?”, que el moderador planteó a los invitados después de decir que uno de los problemas principales era que “Navarra ya no es protagonista ni referencia en los medios nacionales”. Comenzó Ana Beltrán que respondió a la primera pregunta atribuyendo el deterioro a la actual coalición de gobierno liderada por la nacionalista Uxúe Barcos. Geroa Bai -“marca blanca del PNV”, señaló Ignacio Murillo-, EH BILDU, Podemos e IE (IU),  pretenden que “Navarra desaparezca como comunidad foral y se integre en Vascongadas” -País Vasco, dijo ella, demostrando que nacionalismo e izquierda siguen ganando la batalla de la terminología-. Achacó al “adoctrinamiento de los jóvenes”, a los que “se les impone el aprendizaje del euskera” -como antes, no dijo vascuence- incentivando con subvenciones -rutas y comedor- “sólo a los que estudian esa lengua” y tratando de imponer la ikurriña vasca -presente en los edificios públicos-, para lo que “han derogado la Ley de Símbolos”. Aseguró que “la gestión del gobierno está empobreciendo la región al impedir la llegada del AVE o el Canal de Navarra”, y que se está produciendo una fuga de empresas por la inseguridad existente. Concluyó apelando a la demandada derogación de la Disposición Transitoria Cuarta, que fue calificada como un “guiño” al nacionalismo vasco a la hora de redactar la Constitución Española, dijo que “Navarra no aguanta otra legislatura de gobierno nacionalista” y añadió que “los partidos constitucionalistas debemos unirnos y trabajar juntos para impedir que vuelvan a hacerse con el poder”, en lo que Javier Esparza estuvo de acuerdo. Un llamamiento a la “unidad” entre los representantes de UPN y PP que -en mi opinión-no deja de ser  una clara contradicción ya que, ambos partidos, comparecen de manera independiente a la mayoría de las elecciones siendo prácticamente idénticos -como dijo en su pregunta el Presidente de la Fundación Villacisneros, suscitando un cerrado aplauso-, lo que a mi juicio demuestra muy  poca generosidad por parte de los primeros -sobre todo-, ya que el PP -craso error- permitió no “existir” como tal en Navarra durante muchos años.




Añadió también Esparza que “el pacto de Barcos con BILDU -los amigos de los asesinos etarras- era indecente e inmoral” y que “la alternativa era hablar claro, frente al mensaje de nacionalistas y radicales, cuyo objetivo es romper España” y recordó la calidad de vida que existía en Navarra en los veintitrés años de gobierno de UPN y que Navarra había ayudado a construir España, “en cuyo escudo, el de la región ocupa uno de sus cuarteles”.

Por su parte, Ignacio Murillo dijo que “el PNV hace en Navarra, a través de Geroa Bai, lo que no se atreve a hacer en Vascongadas” y que el actual gobierno “está acabando incluso con las tradiciones navarras”, como el martirio de San Fermín, que se conmemoraba precisamente el 25 de Septiembre. Tras comentar que “quien gobierna en la sombra es Adolfo Arráiz”, condenado por colaboración con ETA, pidió a los partidos constitucionalistas que busquen “puntos de encuentro ofreciendo una alternativa conjunta frente a los nacionalistas para evitar que Navarra sea una nueva Cataluña”.

Por último, Joaquín Villanueva se preguntó si “Navarra dejaba escapar el tren de la recuperación económica” y lanzó duras afirmaciones contra el nacionalismo al decir que “no existe experiencia nacionalista cuyos resultados no hayan sido malos o catastróficos” -véase si no Cataluña, añado yo, con una deuda de 70.000 millones de €, considerada bono basura- así como que para ellos “el hecho diferencial que repiten no es sino la supuesta superioridad que se atribuyen en el supremacismo que los caracteriza”. Destacó la negativa de BILDU al desarrollo -autopistas, embalses, AVE- y cerró su alegato diciendo que “la búsqueda de identidad a través del territorio no es más que una vuelta a la Edad Media”, lanzando dos preguntas al aire: “¿Dónde está la doctrina sobre el nacionalismo?” y “¿Cómo, algo tan pobre, tiene tanto eco, sobre todo en los jóvenes?” respondiéndose a esto que es producto de la educación, convertida en adoctrinamiento. Por último hizo un llamamiento a la “mayoría silenciosa” para que deje de serlo y se facilite “la refundación y la regeneración desde la Sociedad Civil” y concluyó recordando que “sólo hay cinco países en el mundo que han multiplicado por cien su nivel de renta, cuatro orientales y España”. Fue el más aplaudido.

Cerró la sesión J. L. Pérez, entre pesimista y preocupado, preguntándose “¿qué se hizo  mal para llegar a esta situación?”,  a lo que hubo distintas respuestas, “los medios se plegaron y caló el mensaje nacionalista” -I. Murillo-; “la crisis redujo un 25% los ingresos, lo que fue difícil de gestionar” -J. Esparza- y “No podemos jugarnos el futuro de Navarra por intereses y particularismos” -A. Beltrán,  que resaltó que UPN, PP y PSOE siempre han votado al unísono en las cuestiones de calado-.

Curiosamente, ninguno se preguntó quién diseñó el insostenible sistema de las autonomías ni cómo recuperar competencias -especialmente Educación, Sanidad y Justicia- por parte del Estado Central, que es -a mi juicio- donde está el origen del daño y, al mismo tiempo, la alternativa que solucionaría muchos de los problemas acuciantes que asuelan España y amenazan la Unidad -con mayúsculas- de sus regiones e intereses comunes. Desde la diversidad que se quiera, pero bajo el mismo paraguas, que ya teníamos, y que se dejó “volar” por la “tempestad” caciquil y pueblerina de los reyezuelos de unas taifas que están llevando España a la ruina, moral, social y económica.





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