LA GRAN CATALUÑA HA DE DESPERTAR

Ayer se celebró la ‘Diada’, la fiesta en la que Cataluña y los catalanes celebran su día. Pero no se trata de una fiesta de unión y fraternidad en la que todos los catalanes disfrutan de un día festivo, por obra y gracia de los nazionalistas esta festividad se ha convertido en una celebración de una parte de los catalanes, de los que quieren romper, de los que construyen trincheras y de los que destilan odio contra todos los que no opinen como ellos, contra todos los que no quieran la independencia.

Pero no os quiero hablar de la Cataluña oficial, de la Cataluña de los partidos políticos y las instituciones, hoy os quiero hablar de la Cataluña de la gente normal, de la gente que está en la calle. Los que ya me conocéis sabéis que soy catalán, que allí nací y allí viví hasta los 12 años, que hablo catalán, que nunca me he ocultado como catalán  y que estoy orgulloso de ello, pues allí pasé unos años muy felices. Y consecuencia de esto, gracias a las nuevas tecnologías, mantengo contacto con bastante gente, principalmente compañeros de colegio. Y es curioso lo que estoy observando estos días.

Resulta que en un grupo de whatsapp estamos unas 15 personas, éramos más, pero han ido abandonando con diversas excusas. En el grupo se habla normalmente de banalidades, bromas y demás, pero de vez en cuando los más radicales (dos o tres) aprovechan para mandar algún meme separata, a lo que la mayoría calla (y me consta que a algunos les molesta) y los únicos que participan es para aplaudirlo. Y los que llevan la voz cantante no son de los de 8 apellidos catalanes, sino hijos de recién llegados, de los que tienen que hacer méritos para sentirse “buenos catalanes”. Ya os lo podéis imaginar…

Y eso es lo que está ocurriendo en Cataluña, que la gran mayoría calla o mira para otro lado, porque no quieren problemas, porque no quieren verse señalados por los radicales. Y es algo que comprendo, pero esta gente debe saber que han de despertar, que han de plantar cara. Desde el resto de España estamos con ellos, pero son ellos los que han de dar el primer paso, solo así se conseguirá que los chulos que se quieren apoderar de las calles y de la sociedad civil se den cuenta de que son una minoría.