lunes, 23 de octubre de 2017

CUARENTA AÑOS LUCHANDO CONTRA ESPAÑA


Los conozco bien, he convivido con ellos y mantengo relación con alguno. Por eso puedo opinar, porque los he sufrido como colectivo y sé cómo actúan. Y todo esto no es flor de un día, todo esto está perfectamente organizado desde hace varias décadas y es consecuencia de un presupuesto público muy importante dedicado en una gran parte, año tras año, a generar el sentimiento de pertenencia a un colectivo.  Y eso es lo que ha venido ocurriendo en Cataluña.

 

Y tengo muchos ejemplos personales para poner. Uno de ellos es un viaje que hice a Italia, concretamente a Turín, acompañando al club de fútbol de mi pueblo, fue allá por el año 1986, pues bien, en el acto de inauguración (era un campeonato internacional), sonaron los himnos nacionales de todos los países que participaban y, como es lógico, sonó el himno de España, obligando los responsables de mi club a parar el himno de España y a que se hiciera sonar el himno catalán. Otro ejemplo es la constante referencia a la señera y al término país, relacionado con Cataluña, en todos los actos oficiales, escolares o sociales. La señera lo impregna todo, está presente en el más mínimo detalle. Y como último ejemplo, dejándome muchos otros en el tintero, el de la imposición del uso del catalán en todos los actos (tanto oficiales como sociales), hasta el punto de prohibir el español en concursos literarios, como puede ser el de la ‘Mostra Literaria del Maresme’, que solo lo permitió en su primera edición, ciñéndose a obras en catalán tras enmendar el error de esa primera…

Y claro, si todo esto se “mama” desde pequeño, unido a libros de texto nacionalistas en el colegio, referencias en programas infantiles y juveniles de la televisión pública y demás, pues os podéis imaginar. Y es que si un niño no escucha la palabra España y solo se le habla de su País, Cataluña, de la cultura catalana y de lo magníficos que son los catalanes, es normal que desarrolle ese sentimiento de catalanidad y de odio a España, que al fin y al cabo es lo que ha venido buscando la Generalidad y demás partidos separatistas desde hace 40 años.

Y ahora todo esto le ha estallado a Mariano Rajoy en las manos. Y Rajoy, lógicamente, tiene parte de responsabilidad, pero muchos menos que la que tienen los anteriores presidentes del Gobierno, en especial González, Aznar y Zapatero, que han sido los que más concesiones y más han permitido a este nacionalismo radical en su lucha contra España.



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