Los acontecimientos de las últimas semanas
-consecuencia evidente de lo ocurrido y no evitado durante meses, años y
décadas- dejan una gran incertidumbre en el futuro próximo de nuestra milenaria
Hispania y más que centenaria España.
La deriva nacionalista que se viene produciendo
desde la irresponsable promesa del lamentable ZParo a Maragall en 2003 -por no
alejarme demasiado en el tiempo, de lo que ya dejé constancia en anteriores
artículos-, alimentada por la siembra y “frutos” que el adoctrinamiento en que
se convirtió la educación -en mala hora cedida, por unos y otros, a la
“gestión” autonómica-, no podían dar otro resultado que el que desgraciadamente
vemos explotar estos días.
Lo que debió cortarse enérgicamente aquel 9-N de
2014, cuando el chulesco Arturo Mas remató
el primer “referéndum a la catalana”
de alguna forma consentido -sin censo, “colegios electorales” abiertos dos semanas
o más y permitiendo votar a menores de edad, entre otras irregularidades- alargó
la situación bajo un supuesto “diálogo sin fecha de caducidad” con quien nunca
se avendría a propuesta alguna que no fuera la aceptación de su delirio
separatista por parte del Estado. ¿Por qué la derecha -por situar de alguna
forma a este Gobierno- no se entera de que ceder ante el contrario sólo produce
un cabreo exponencial en el votante próximo antes que la conversión del
insaciable?
Y entre “diálogo” sin interlocutor real y monólogo
creciente de órganos e instituciones secesionistas, llegó el segundo
“referéndum a la catalana” del 1-O, celebrado de nuevo sin censo ni garantía
alguna y más irregular si cabe -urnas en la calle (muchas rellenas de papeletas
antes de llegar a las mesas), repetición del voto, una “policía” descafeinada,
engaños (previsibles) a FF y CC de Seguridad del Estado, adulteración de
resultados, etc.-. El Tribunal Constitucional confirmó por unanimidad en el
Pleno del martes la ‘inconstitucionalidad y nulidad de la Ley de
Referéndum’ que, supuestamente, daba soporte al mal llamado “proceso”
secesionista.
Tras semejante despropósito, ilegal e irregular,
pero celebrado, se vivieron duros episodios, en particular en lugares que debían
ser exponente de lo contrario, como algunos colegios, incluso en los a priori
menos sospechosos -uno de jesuitas en Barcelona- donde a niños menores de siete
años se les escenificó un cuento cuyo “final feliz” decía “Se mata al Rey y a los policías malos”. Hubo acosos, insultos y
amenazas -por alumnos y profesores- a hijos de Guardias Civiles, y hasta un minuto
de silencio que, al parecer, tutoras de 3º de Infantil y 2º de Primaria del
colegio Ramón Llul obligaron guardar a sus alumnos “por la carga
policial del día
anterior” cuando
-añadían- “la Guardia Civil pegó a la
gente, les tiró del pelo y los arrastró por las escaleras” porque -decían- “votar es bueno y los que no votan son
malos” o “estarás contento con
lo que ha hecho tu padre” que
parece le dijo un profesor del IES de San Andrés de la Barca al hijo de un
Guardia Civil. Todo ello pese al nuevo requerimiento del Ministerio
de Educación al Departamento de Enseñanza de
la Generalidad instándole a “exigir
responsabilidades por varios casos de adoctrinamiento, acoso
escolar e incitación al odio” recopilados
por la Alta Inspección de Cataluña. Pero claro, ¡qué se puede esperar si el
propio ministro, Íñigo Méndez de Vigo, decía en el Congreso que “Cualquier ministro depende de los
consejeros de Educación para hacer cumplir la ley. El Gobierno actúa, pero
tiene un límite”, que el
proceder autonómico era como la “doctrina
Sinatra”, con la ley “a su
manera” y planteando “reformar
la Constitución para incluir un principio de lealtad
constitucional que obligue a todos
a cumplir la normativa básica”. Pues no, Sr. Ministro, lo que hay que hacer, cuanto antes, es recuperar
para el Estado la competencia de Educación -con mayúsculas- y acabar con el adoctrinamiento que en mayor o
menor medida se realiza desde muchas taifas autonómicas. Completa el
despropósito escolar que se vive en Cataluña, la carta que una niña de 13 años leía a sus
compañeros de La Merced de Martorell: “Mi padre sólo hace su trabajo, como el resto de guardias civiles… Yo no tengo la
culpa de lo que está pasando. Es mi tierra también, como la de todos. Os pido, por favor, tratadme como siempre, porque
somos compañeros. Respeto, por
encima de todo”.
Días después, con más de una hora de retraso
sobre la anunciada comparecencia y en un “pleno” del circo nacionalista, en el
que cada uno dio su discurso, sin réplicas ni votación, se hizo la declaración
de independencia -la más corta de las tres intentonas separatistas catalanas-
que se suspendió a los ocho segundos de declararla para, una hora después, en un
segundo acto del show, firmar un papel ocultado al pleno, en un aquelarre
separatista protagonizado sólo por Junts p’el Sí y las CUP.
No se hizo esperar -escasas 12 horas- el
requerimiento del Gobierno que, con una larga exposición de motivos, se resumía
en responder “Sí o No, se había declarado la independencia, al margen de que se
encuentre o no en vigor”, dando un primer
plazo -lunes, 16- para hacerlo sin más indefiniciones y, en caso afirmativo
-como se entendería cualquier otra cosa diferente a un NO rotundo-, un segundo plazo, para comunicar “de forma fehaciente al Gobierno
de la Nación, el cumplimiento íntegro del requerimiento tanto del gobierno de
la Generalidad como del parlamento de Cataluña, antes de las 10:00 horas del
próximo 19 de Octubre”, apercibiendo con proponer al Senado “la
adopción de las medidas necesarias, al amparo de lo dispuesto en el Art. 155 de
la Constitución…”. En eso estamos.
Probablemente, cuando se lea este artículo ya
se sabrá la segunda ‘no respuesta’ del “muy miserable Pico del Monte” - en
Español se dirá así- y se iniciará la propuesta al Senado para la intervención
de la autonomía catalana, la suspensión, destitución y -en su caso- detención de los responsables políticos secesionistas y
el restablecimiento de una situación que la acción u omisión de los que hasta
ahora gobernaron España, desde 1978, propiciaron en mayor o menor medida.
Y termino con algo que me llegó por WhatsApp hace
pocos días -desconozco su autor-, que puede que resuma bien y hasta que acabe
demostrando lo que decía al final de mi último artículo respecto a que “Rajoy
sigue ganando” -otra cosa será el precio-. Decía que “Rajoy sigue dando lecciones de estrategia. Si hubiera hecho caso a
Rivera o a Arrimadas y hace semanas hubiera aplicado el artículo 155, los
bancos y las empresas seguirían en Cataluña, el PSOE estaría en contra, los
catalanes no independentistas seguirían callados, las CUP estarían quemando las
calles -eso no está descartado, añado yo-, los periódicos internacionales estarían hablando de represión, y Puigdemont
no hubiera quedado en evidencia y sería el mártir de los separatistas. Rajoy ha
conseguido que los empresas salgan de Cataluña, que los catalanes hablen con
libertad, que toda España esté orgullosa de su Rey y su bandera, que las CUP
critiquen a Puigdemont y la fuerza que tenían ayer en la calle se desinfle, que
PP, PSOE y CIUDADANOS, estén de acuerdo, y ahora hará lo que tenga que hacer. Y
en las próximas semanas los responsables de todo este embrollo empezarán a
desfilar ante los jueces”.
Esto último empezó a verse el lunes cuando los
presidentes de ANC y Ómnium Cultural -no le cuadra mucho al personaje lo de
‘cultural’-, dos de los principales refuerzos en la calle del que llegó de
rebote desde “Girona”, tras pisotear
un coche de la Guardia Civil “gozaron” de la comodidad interior de uno de ellos
y ya pasan sus primeras noches en “chirona”,
que suena parecido al nombre de la preciosa ciudad catalana. Un “gozo” del que,
”por los pelos” se salvó por ahora el ‘menor’
Trapero -o tramposo, que le pega más-,
al que el martes recibió como un ‘héroe’ esa turbamulta que se agrupa, mayoritariamente, en el cuerpo que llaman “mozos
de escuadra” -no merecen las mayúsculas-, del que empiezan a huir hacia Policía
Nacional o Guardia Civil los que no son bien vistos entre los que apoyan el
golpe. Pero las pruebas en poder de PN y GC parece que revertirán esta libertad
con cargos con la que salió ayer y acompañará a los ‘Jordis’.
Así pues de PLAZOS a RETAZOS, sólo media una decisión acertada, o no.
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