El pasado miércoles hablaba de los desahucios, en el
artículo “De aquellos barros vienen estos desahucios”. Pero los acontecimientos
se precipitan y, sobre todo, he estado meditando sobre la cuestión y lo que me
ha llevado a escribir el artículo de hoy es un titular que leo en Libertad
Digital (Libre mercado): “El 'banco malo' comenzará a derribar viviendas en 2016”.
Según la citada noticia, “la sociedad de gestión de
activos procedentes de la reestructuración bancaria (Sareb), aglutina
cerca de 89.000 pisos de las entidades en manos del Estado, podrá alquilar
estas propiedades, al igual que podrá terminar promociones en curso o decidir
demolerlas”.
Sí, habéis leído bien, el “banco malo” derribará
viviendas; es decir, por un lado los bancos están lanzando de su casa a
familias, por otro se plantea la demolición de viviendas que no tienen salida
en el mercado inmobiliario.
Me he de mantener en lo que ya he expresado
anteriormente, hay casos y casos y se tendrán que analizar, pero lo que sí se
ha de hacer es tener un poco de sensibilidad social. Los bancos han de dar
soluciones, han de poner de su parte.
Aquí todo el mundo se ha lucrado del sector
inmobiliario y la pena es la gente normal, trabajadora, que se está bien
perjudicada por esta situación. ¿Explicaban bien en los bancos los contratos de
hipoteca? ¿los explicaba el Notario de turno? Si no es así, ¿deberían asumir
alguna responsabilidad?
Realmente es complicado, no estoy a favor de una
amnistía general, de que se perdone a todo el mundo el cumplimiento de sus
contratos, pero un país también se construye con solidaridad, con ayuda entre
los ciudadanos y seguro que, en la mayoría de los casos, las personas que
sufren los desahucios deberían tener un trato especial por parte de las
entidades financieras, de la misma forma que los españoles estamos teniendo un
trato especial con los bancos y cajas que lo precisan.
Me permito añadir, por su interés, las propuestas
que lanzaba Pablo González en su comentario al citado artículo del miércoles,
pues estoy totalmente de acuerdo con lo que dice:
1) Cambiar la legislación para aplicar la dación en
pago ya, y que las nuevas hipotecas a partir de ahora se puedan cancelar con
ese sistema. Con ello se conseguiría que los bancos seleccionasen mejor a quien
les dan una hipoteca (por la cuenta que les trae), y ayudaría mucho a controlar
los precios (actualmente sobre-valorados) de las viviendas.
2) Para las personas que NO puedan pagar (previa
justificación) y cuya hipoteca pertenezca a un banco rescatado aplicar la
dación en pago (sólo para esos casos).
3) El resto de los hipotecados con dificultades se
podrían beneficiar de alguna carencia o plazos más largos minorando el importe
a pagar o cambio de condiciones que les permitiesen pagar su crédito de la
mejor manera posible (todo legislado y controlado).
4) Con todo ello seguiría habiendo gente que NO pague,
en ese caso el desahucio (doloroso, pero por desgracia legal) es la única
solución.
Tal y como he expuesto, y con la ayuda de uno de los
lectores del Blog, creo que existen soluciones. Y sobre todo, que no se
derriben viviendas mientras se desahucia a familias.