Ayer fue uno de esos días
marcados en rojo en el calendario, un día del que se venía hablando desde el 21
de diciembre pasado, tras comprobar lo que nos ha traído la ‘nueva política’,
el fraccionamiento del panorama político y la imposibilidad de que el Congreso
de los Diputados pueda investir un nuevo jefe del ejecutivo.
Y en consecuencia ayer el
Jefe del Estado firmó el Decreto de disolución de las Cortes Generales y procedió
a la convocatoria electoral para el próximo 26 de junio. Votaremos en verano y
en algunas comunidades autónomas lo harán de puente, tras la festividad de San
Juan, lo que según algunos llevará, unido al desencanto político, a que se
eleve la abstención.
El caso es que esta
situación es la primera vez que la vivimos en democracia y demuestra, como ya
he indicado, el fraccionamiento de la política española. ¿Y ahora los votantes qué
deberíamos hacer? Complicado contestar a esta pregunta, porque hay razones para
hacer de todo, aunque lo que tengo claro es que al menos tenemos la opción de
decidir y de votar a quien prefiramos, o de no hacerlo. Algo de lo que por sí
mismo ya deberíamos sentirnos orgullosos.
Pero analizando los
comportamientos desde el 20 de diciembre considero que las opciones de voto se
pueden haber clarificado algo más, pues desde esa fecha, aunque parezca lo
contrario, han ocurrido muchas cosas.
Por ejemplo, habrá habido
votantes de Ciudadanos a los que no les haya gustado la actitud de la formación
de Rivera, pactando con el PSOE aún en contra de sus propias declaraciones, en
las que decían que apoyarían a la lista más votada; además de ese giro a la
izquierda de los naranjitos, muy acorde y coherente con su propio Ideario
político. Y es posible que tras esto se produzca un trasvase de votos hacia el
Partido Popular e, incluso, hacia el PSOE, de votantes decepcionados con esa
decisión.
Y algo parecido le puede
ocurrir a los votantes de Pedro Sánchez y que el PSOE pierda votos a favor de
Podemos, en sus votantes más radicales y a favor de Ciudadanos o del Partido
Popular en el caso de los más centrados.
Los que considero tienen
más opciones de ganar votos en las elecciones de junio son PP y Podemos; los
populares por haber mantenido su postura inicial de la gran coalición, opción
que ni PSOE ni Ciudadanos ni siquiera han valorado; y Podemos precisamente por
lo que comentábamos antes, por aglutinar al voto más radical del PSOE, más
todavía si se unen con Izquierda Unida.
Aunque también es posible
que se vuelva a producir un resultado muy similar al anterior, con lo que a lo
mejor nos veremos en otras elecciones en diciembre… El caso es que el 26J
tenemos una nueva opción de elegir a nuestros representantes, espero que el
calor del verano nos abra la mente y estemos más acertados esta vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario