viernes, 3 de junio de 2016

TRADICIÓN Y SENTIDO DE PATRIA PARA SALVAR A ESPAÑA, por @PepeWilliamMunn

Contamos con una nueva colaboración de nuestro amigo José Quijada que nos trae una nueva lección de la historia de nuestra Nación. Hoy nos habla de tradición  sentido de patria para salvar España, algo muy necesario en estos días...





Quevedo, en 1645, dieciocho días antes de su muerte, desahogaba en carta a don Francisco de Oviedo: “Muy malas nuevas escriben de todas partes y muy rematadas, y lo peor es que todos las esperaban así. Esto, señor don Francisco, no sé si se va acabando, ni si se acabó. Dios lo sabe; que hay muchas cosas que pareciendo que existen y tienen ser, ya no son nada sino un vocablo y una figura…”. Esto es exactamente lo que le pasa a la España de hoy o a lo que queda de ella, que parece que existe y sólo es una palabra sin más, un nombre que no tiene un significado especial ni produce un sentimiento elevado, profundo, espiritual. Se ha puesto de moda un odio histórico destinado a abominar de todo lo que ha sido y representa España.

¿Por qué se ha llegado a esta trágica situación en que los mismos españoles son los primeros en denigrar a España con una visión masoquista, torva, falsa, demagógica y condenatoria de toda su historia? Porque cuatro décadas de educación y cultura entregadas y financiadas a menoscabar y menospreciar sistemáticamente todo lo español, sus hazañas no igualadas y su huella histórica indeleble y gloriosa lo han conseguido. Y esa inversión de la historia de España ha germinado y el huevo de la serpiente cobra vida, sale de su cascarón. Así, la Reconquista nunca debió lograrse porque los moros tenían razón; el descubrimiento de América, una salvajada y un genocidio del que debemos arrepentirnos; el Imperio, una calamidad y un cúmulo de errores; la lucha por el catolicismo y la Contrarreforma, el mal absoluto; incluso la Guerra de la Independencia debieron ganarla los franceses, según un mal nacido y degenerado escritor (Goytisolo) al que, además, se le premia por infamar a España. Todo es un concurso por ver quién anatematiza más a España, quién vomita más bilis sobre la propia patria.

Para luchar contra toda esta impostura, contra todo este Himalaya de falsedades inoculado por esta sociedad enferma y carente de dignidad y valores, ignorante y pusilánime hasta la náusea, carente de nervio y de toda capacidad de reacción, es imprescindible y necesario recordar las gestas de España, su envidiable y extraordinaria historia, su verdadera Historia. Hay que volver a la tradición, a la identidad de España, a su sustancia; hay que reencontrar el camino perdido e iniciar una especie de reconquista de lo que la propia sociedad española le ha quitado a España y a sus héroes.

La literatura ibérica está esmaltada de frases antológicas sobre la tradición: Manuel Machado: “Lección de las edades y memoria de los pueblos”; Eugenio D´Ors: “Lo que no es tradición, es plagio”; Menéndez Pidal: “La tradicionalidad es la única manera de vivir con personalidad fuerte”. También Unamuno había escrito: “La tradición vive en el fondo del presente: en su sustancia. La tradición es la sustancia de la historia. La historia es la forma de la Tradición como el tiempo lo es de la eternidad”. Ortega y Gasset reconoció que la tradición no es plagio o remedo, confesando que “romper la continuidad con el pasado es querer comenzar de nuevo, es descender y plagiar al orangután”. De aquí que quien desecha la tradición, continuidad del progreso social, pierde la capacidad creadora y adquiere la facilidad del plagio de los simios. Como escribió Benavente: “¡Qué monótono es el hombre-mono!”. Luchemos para que el hombre-mono podemita y sus alimañas acompañantes no consigan sus objetivos. Luchemos contra la reinterpretación perversa de nuestra historia. Luchemos contra la pornografía antiespañola de mal nacidos disfrazados de justicieros tardíos.  Nos jugamos la supervivencia de España, nada menos.

1 comentario:

  1. Lógico que España este en estas condiciones. Hay muchos que siguen empeñados en seguir con un sistema que no es bueno para el país.
    Esto tampoco es nuevo. Hace un siglo con una monarquía parlamentaria, con el bipartidismo muy parecido a lo que tenemos en la actualidad el país lo arruinaron.

    Mira por donde no estaba Podemos ¿A quien culpamos?

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