Fue portavoz de Izquierda
Unida en el Congreso de los Diputados, también alcaldesa de Córdoba
perteneciendo a esta formación y diputada en el Parlamento andaluz en
representación de esa misma coalición. Y siendo alcaldesa de Córdoba dejó el
cargo para ocupar el de Consejera de Obras Públicas y Vivienda, pasándose al
Partido Socialista Obrero Español, luego volvió al Congreso de los Diputados,
ya en las listas del PSOE, para ser nombrada Ministra de Medio Ambiente y en la
actualidad Consejera de Cultura, bajo el mando de Susana Díaz. Esta ha sido,
hasta hoy, la carrera política de Rosa Aguilar.
Una persona que no ha
tenido inconveniente en cambiar de partido político para seguir en el machito,
como si esto de la política fuera como la carrera de un futbolista que va
fichando de equipo en equipo para lograr títulos y, sobre todo, una mejor
ficha.
Y la chaquetera de Rosa Aguilar,
o la traidora, como la tacharon en los carteles de la campaña electoral del
2011, ayer se dedicaba a criticar a su antigua formación por su acuerdo con
Podemos, lamentándose de que IU se haya “entregado a precio de saldo” y “a
cambio de puestos”. Imagino que ella misma se sentirá identificada, aunque no
en lo de entregarse a precio de saldo, porque a ella le salió muy bien la
jugada…
La verdad es que llama la
atención las declaraciones de Aguilar, pues que esta señora critique la actitud
de Izquierda Unida cuando ella hizo lo que hizo clama al cielo. Pero lo más
triste es que no sorprenden, pues tras su “fichaje” por el PSOE demostró que la
tiene como el cemento armado y que lo único que siempre ha buscado ha sido su supervivencia
personal. Y claro, como imagino que tendrá la intención de continuar ocupando
puestos de titular en el PSOE, pues ha de hacer méritos, aunque para eso tenga que
demostrar que no tiene escrúpulos.
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