Todo el que tenga dos dedos de frente sabe que la prohibición de los toros en Cataluña carece de un componente animalista, pues aunque se hayan vestido de defensores de los animales en realidad su único objetivo es erradicar de esa Comunidad Autónoma todo lo que huela a español. Y es que como bien dicen los animalistas de verdad, si tan preocupados estuvieran por esos animales tan bellos que son los toros a también habrían prohibido las fiestas populares que se celebran en Cataluña y que utilizan al toro. Pero no, esas fiestas no las han tocado porque en realidad lo que atacaban era la Fiesta de los Toros, la denominada Fiesta Nacional de España.
Y como el tiempo pone a cada uno en su sitio estos días se ha conocido que la propia Generalidad de Cataluña quiere acabar con los toros que habitan en la conocida “Illa dels Bous” (Isla de los Toros), al menos con la mitad de estos, basándose en garantizar la calidad de vida del resto de animales que viven en la isla.
Se trata de una isla existente en el curso del río Ebro, frente a la localidad de Vinallop, de unas 20 hectáreas de extensión que en 1940 fue ocupada por una ganadería para la cría del toro bravo. Isla que en 1995 fue declarada de protección natural, obligando al propietario a desalojar los animales, siendo la Generalidad la que decidió dejar algunos ejemplares para que mantuvieran el sotobosque. En la actualidad son 17 ejemplares los que habitan en la Isla y la administración catalana quiere dejarlos en la mitad.
Así las cosas, con la excusa de “acabar con los más débiles y enfermos, para que dejen de sufrir y evitar que puedan contagiar a otros y controlar a los que queden” van a sacrificar a 8 ó 9, ya que en la isla hay una falta de comida.
Sí, la Generalidad de Cataluña, tan defensora de los animales que es, antes de dar de comer a 8 ó 9 toros prefiere acabar con sus vidas. Queda claro a lo que juega el separatismo catalán, los animales les importan bledo. Ellos no protegen a los toros, ellos, como hemos dicho en otras ocasiones, lo único que buscan es romper con España. Es la hipocresía del separatismo.
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