Seguro que el servicio de limpieza del Partido Popular en
Cataluña ayer tuvo que echar algunas horas de más en el adecentamiento de su
sede en Barcelona. No solo quitando pegatinas y demás panfletos tirados sino
sobre todo por el mal olor que se habría impregnado en la sede popular. Y es
que la gente de la CUP y de su sección juvenil, Arran, tienen que oler muy mal…
Pero fuera de la anécdota sobre el aseo de los cuperos, ayer se vivió en Barcelona un hecho muy grave que atenta contra los principios democráticos más elementales, algo que esta gente desconoce, pues una organización política de la extrema izquierda, que hace uso de símbolos comunistas no puede ser considerada democrática. Y además, visto lo visto, solo hay que recordar eso de “por sus hechos los conoceréis…”.
Pero este no es un hecho aislado, en Cataluña, desde hace
años se viene viviendo una situación insostenible para aquellos que luchan y
hacen visible su españolidad y defienden la Constitución. Y esta gentuza de la
CUP ha hecho suyas las formas de sus hermanos los batasunos de vascongadas o de
los podemitas, porque todos estos son lo mismo.
Y además de no ser un hecho aislado tampoco es un acto
organizado por los más jóvenes del partido, pues entre los escrachadores ocupas
estaba presente la tal Anna Gabriel, diputada en el Parlamento de Cataluña y el
exdiputado David Fernàndez. Es decir, este era un acto de la CUP en el que han
utilizado a sus cachorros. A los que, a lo mejor, en otro momento mandan a
hacer otras cosas más “atrevidas”…
Y lo peor de todo es que no pasará nada, que los asaltos a
sedes, las amenazas en las universidades, en la calle o los insultos a los que
no piensan como ellos continuarán, porque este es el comunismo que impera en
Cataluña, un comunismo maloliente y violento.
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