lunes, 7 de agosto de 2017

UNA IZQUIERDA CONTRA EL TURISMO DE LA GENTE NORMAL


Atacar al turismo, ahora es lo que está de moda. Estar en contra de la primera industria de este País, la que más empleo ha creado y está ayudando a que la crisis pase a la historia. Y la izquierda ya se ha hecho con la bandera de eso del anti turismo, y si los más radicales mueven el árbol los moderados son los que recogen las nueces y proponen el cambio de modelo. 



Sí, es la izquierda la que quiere vetar el turismo, los que se supone ayudan y piensan en los más necesitados son los que quieren poner coto a los que nos visitan y, lógicamente, los más perjudicados serán los que menos medios tienen.

Y es que gracias al turismo “low cost” muchos son los que pueden (podemos) viajar  y precisamente es ese turismo más económico el que la izquierda quiere limitar, impidiendo que las personas con menos recursos viajen y hagan turismo. Sí, ¡la izquierda!

Es decir, las personas con más capacidad económica, que viajan en líneas regulares y que se hospedan en hoteles caros no están en el punto de mira de la izquierda, la izquierda está en contra y acosa a las clases populares, las que ahorran durante todo el año para darse una escapada, las que tienen que hacer turismo en grupos organizados y acudir a establecimientos económicos. Y quieren acabar con este tipo de turismo, y de paso con el futuro de de tantas personas humildes y normales que trabajan en este sector .

Esta es la deriva de la izquierda, una izquierda que ha perdido su sentimiento de clase y su vocación internacionalista para acabar mirándose el ombligo y que no duda en atacar y perseguir a las personas de su misma “clase social” que se limitan a hacer turismo y pretenden conocer sus ciudades.



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