Ayer se vivía en el Congreso de los Diputados un
momento cuanto menos curioso, que no recuerdo haber presenciado con
anterioridad, y es que el diputado Joan Tardà, de Izquierda Republicana de
Cataluña, fue expulsado del hemiciclo por hablar en catalán.
Según informaba Libertad Digital, Tardà decidió
utilizar el catalán asegurando que, si en la escuela se debe enseñar en
castellano si el padre de un alumno lo solicita, también podrá hacerse en
el Congreso. El Presidente del Congreso, Jesús Posada, le pidió al diputado
separatista que no creara un conflicto innecesario y que si se obstinaba en esa
actitud se vería obligado a quitarle la palabra.
Lógicamente el Sr. Tardà vio el cielo abierto y
prosiguió provocando a la presidencia del Congreso de los Diputados, buscando
la retirada del uso de la palabra, lo que consiguió tras tres llamadas al orden
del Presidente. He de señalar que la actitud del Sr. Posada me ha parecido
ejemplar, aunque, en mi opinión, podría haber estado menos condescendiente.
De igual manera actuó el portavoz de ERC en el
Congreso. El diputado Alfred Bosch imitó a su compañero Tardà y siguió la misma
estrategia, siéndole retirado el uso de la palabra tras otras tres llamadas al
orden.
Ya lo habían logrado, de esta forma se aseguraban presencia
en las redes sociales. El tema fue trending topic (tendencia) en Twitter y, los
telediarios les dedicaron unos minutos y el video correspondiente puede verse
en toda la prensa digital. Al fin y al cabo era lo que buscaban.
Como esta gente tiene poco que decir, salvo su monotema separatista, solo pueden lograr presencia en los medios de comunicación y
en las redes sociales dando la nota, como hicieron ayer, utilizando la
demagogia y manipulando una sentencia judicial que da derecho a ser
escolarizado en castellano en cualquier zona de España.
Imagino que los votantes de ERC y demás separatistas
estarán muy orgullosos de esa actitud; imagino que les importa poco que no se defiendan
sus intereses de una forma seria y responsable. Seguramente prefieren que sus
representantes monten el circo a que se preocupen por los problemas reales de
la gente y se hagan entender, porque ¿hablando se entiende la gente?