La poderosa familia Medici
adorando al niño Jesús como hicieron los Reyes Magos y rodeados de amigos
ilustres de Florencia. El pintor Botticelli (figura en la derecha
que nos mira). El poder de las grandes familias del Renacimiento era como el
del Padrino, de Coppola. El poder dependía de favores, y los Medici
procuraban conseguirles los favores.
<<Nos gusta un
mundo predecible: saber que el autobús parte a la misma hora del mismo sitio
para ir al trabajo cada mañana y que por el camino te puedes tomar un café con
leche y comprar el periódico. Nos gusta que nuestro pequeño universo siga
milimétricamente las leyes
de la física newtonianas y no queremos sobresaltos. Si pudiésemos,
seríamos un país fabricantes de relojes de cucú. Pocas veces pensamos que ese
universo tan predecible deja de funcionar con las mismas leyes físicas cuando
nos acercamos, por ejemplo, a velocidades cercanas a las de la luz. Tal como
señala Carl Sagan en Cosmos nuestra lógica estaría seriamente alterada si
siendo niños nos hubiésemos subido a una bicicleta y nos hubiéramos podido dar
un paseo por el pueblo a velocidades cercanas a la de la luz. Para nosotros
habrían pasado sólo unos minutos de plácido paseo, pero al finalizar hubiésemos
encontrado a nuestros amigos convertidos en ancianos. Esa es una de las
paradojas que se dan al viajar a velocidades cercanas a las de la luz; y hasta
ahora, nada ha demostrado que la teoría de la relatividad de Einstein no sea
cierta>>.
¿Quiso decir Einstein que Newton no tenía razón? En absoluto, las leyes newtonianas se dan en todas partes del universo, pero si te acercas a la velocidad de la luz, el espacio y el tiempo empiezan a funcionar de una forma que retan dramáticamente nuestro sentido común, nuestros pensamientos, experiencia y nuestra más intima lógica. De la misma forma, el agua tiene propiedades sólidas para temperaturas por debajo de 0 ºC y a 22 ºC es líquida y te puedes dar un plácido baño en ella. Todo depende de en qué cotas nos situemos.
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