jueves, 30 de noviembre de 2017

ENCUESTAS VENDO… Y EL QUE LAS ENCARGA -Y PAGA- TAN CONTENTO. CONVERSOS Y ARREPENTIDOS, por @AntoniodlTL


Entre encuestas y encuestas sigue el desvarío del fugado Puchemón, del que ya se conocen detalles de su huída y del apoyo de un mozo para consumarla y al que el think tank checo, European Values, ha premiado con el título de "campeón de Putin" y calificado de “otro tonto útil ruso”, que goza de impunidad de actuación en Bélgica. En su deriva esquizofrénica, tan pronto es europeísta como rompe con Europa-uniéndose al euroescepticismo de los partidos de ultra derecha-, a la que llama “Club de Estados decadentes”,  cuando Europa dijo NO en claro apoyo al Gobierno de España y a Mariano Rajoy o habla de “CATEXIT”, al más puro estilo británico, apareciendo desafiante y culpando al CNI del atentado en Las Ramblas o anuncia su presencia en Barcelona el 21-D, buscando sin duda un golpe de efecto con su más que probable detención y puesta a disposición ante el Tribunal Supremo, o sea, lo normal con cualquier fugado sobre el que pesa una orden de busca y captura, que sólo el incomprensible amparo de otro “país europeo”, sede de la UE para más inri, evita que no se haya atendido ya.

 

Dice ahora en una entrevista “No soy expresidente, soy presidente”, y los medios -todos-, en vez de limitarse a contarla -es cierto que, desgraciadamente, es noticia y no se puede obviar-, la ofrecen completa para mayor gloria del golpista. Sigue la supuesta derecha que ahora gobierna, sin enterarse de que la comunicación hay que controlarla -ojo, no digo censurarla-, por muy liberal y democrático que se pretenda ser o aparentar, porque los medios -hoy, todos en contra- condicionan al final la opinión -que se traduce en votos-, sobre todo en una población cada día más inculta, menos lectora, saturada de información que no es capaz de digerir, con muy poca capacidad de análisis -supone esfuerzo y eso no se lleva- y aborregada en su mayor parte, que se deja llevar por lo que dice la ya no tan pequeña pantalla -crecieron las pulgadas al mismo ritmo que la ignorancia del telespectador-.

Y como siempre -más aún en víspera electoral-, cada semana aparecen encuestas para casi todos los gustos -no se cansan de errar estos sociólogos y periolíticos-, todas con un denominador común, infraponderar al Partido Popular -por lo civil o por lo “militar” si fuera preciso-, de forma más o menos evidente en función del medio que las encargue, pague y publique, variando sus mayorías hacia los nacionalistas -con apoyo de los “comunes”, que son de todo menos eso- o hacia el comodín Ciudadanos, que vale lo mismo para un roto que para un descosido, siempre dispuesto a pescar en río revuelto y a decir una cosa o la contraria, según convenga. Ya lo hizo en 2015, cuando no iba “a apoyar ni al PP ni al PSOE” pero apoyó a los dos, y ahora, que de ser contrario a la aplicación del artículo 155 pasó a defensor acérrimo cuando vio en el ambiente el clamor popular. Sólo le faltó atribuirse la iniciativa de sacarlo del trastero constitucional. Así son: Begoña Villacís, portavoz en el Ayuntamiento de Madrid decía en Septiembre: “aplicar el 155 para evitar el referéndum no es la alternativa” y el “kantiano” Rivera, un mes después, corregía: “la aplicación del 155 servirá para restablecer la convivencia y dar seguridad jurídica a la economía catalana”. En su réplica al rechazo del cupo vasco fue Cristóbal Montoro el que lo puso en su sitio: “la diferencia entre usted y yo es que yo llevo toda la vida en esto”, ¿Ignora Rivera que para eliminar el cupo hay que cambiar la Constitución? ¡Ah, no!, es que eso no vende y, como el cupo no gusta, oponerse se convierte en otra oportunidad de pesca. Quizás puso el dedo en la llaga el líder popular vasco, Alfonso Alonso -que no despierta precisamente mis simpatías-, asegurando que Ciudadanos “está en contra del cupo porque tiene un 2% de apoyo en la región y ha optado por agitar un sentimiento de agravio en busca de votos en el resto del país”.

De nuevo, Ciudadanos encuentra apoyo en los que hace un par de meses criticaban la inconsistencia y bisoñez de su líder y equipo, hasta que vieron la nueva oportunidad de sacudir con fiereza a sus “intimos” Mariano, Soraya y ministros varios. Me refiero a los tertulíticos de la alcachofa granate que deberían cambiar el color,  que retoman su inquina hacia el charrán popular y “naranjean” de nuevo, demostrando no conocer bien al -en mi opinión- inconsistente líder catalán o, peor aún, llevados por su odio visceral al gallego, infravaloran su capacidad de encaje y de corredor de fondo. Craso error.

Uno que sí los conoce bien, y los teme porque se disputan el mismo espacio político, el Secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, intenta desviar la atención para que no le reste votos de esa izquierda moderada -espacio natural de Ciudadanos- colocándolo a “su” derecha: "Ciudadanos es un partido ‘populista’ de derechas que juega al oportunismo", añadiendo que la formación de Albert Rivera "quiere ser -parecer debió decir- más de derechas que el PP" tratando deliberadamente de ignorar la tendencia real Ciudadanos, como ellos mismos reconocen en sus estatutos y entrevistas varias. Invito a poner en Google “Rivera, Youtube, centro izquierda” y, entre las 143.000 entradas que se ofrecen, verán algunos vídeos ilustrativos de lo que el propio Rivera repetía hasta que en 2016 “abandonó” ese espacio que “venían a cubrir” desde que Francesc de Carreras -fundador del partido con Antonio Robles, que no Rivera- lo incorporó al Ideario y Alberto defendió contra los que lo querían suprimir: "El ideario básico de Ciudadanos se nutre del liberalismo progresista y del socialismo democrático" se decía entonces, para definirse ahora como “liberales, socialdemócratas y progresistas”, o sea, casi lo mismo. Les faltó añadir tradicionalistas y de las JONS.  

Lógicamente, nadie pensaría otra inclinación que “centroderecha” en un equipo liderado por Rivera, que reconoció estar o haber estado afiliado a la UGT; Juan Carlos Girauta, procedente del PSC; Luis Salvador, exsenador del PSOE; Toni Cantó, diputado por UPyD hasta que Rosa Díez cayó en desgracia y un reparto menor como los Sres. Villegas, Gutiérrez, de Páramo y otros oportunistas descolgados de sus partidos, por citar sólo a algunos, con líderes regionales como Juan Marín -arcoíris de colores políticos-, Inés Arrimadas o Ignacio Aguado. Todos de la “derecha” más centrada, evidentemente. Reitero mi invitación a buscar en “san Google” sus currículums y comprobar sus “trayectorias en la derecha” y “amplia” experiencia profesional o de gestión -algunos ni académica-. Como para tentarse la ropa antes de decidir por esta opción. Incluso no faltan casos de corrupción en algunos miembros de Ciudadanos casi sin haber tocado poder todavía -datos hay también en el buscador-.

Ya he dicho muchas veces que puedo entender que haya votantes clásicos del PP -incluso yo me lo pienso cada vez- que puedan llegar a no votarlo decepcionados por la inacción ante muchas cosas en las que esperábamos un cambio radical en la primera legislatura de Rajoy -Memoria histórica, Ley de Educación, aborto, matrimonio homosexual, eliminación de gasto superfluo, retrocesión de competencias autonómicas, respuesta al nacionalismo…-, como hicieron más de 3’5 millones en 2015 (no todos clásicos, por cierto, sino muchos hastiados tras la etapa ZParo), aunque casi 700.000 mil volvieron a votarlo en 2016, sólo seis meses después, viendo las demás alternativas; pero de ahí a votar tendencias claramente contrarias a la teórica ideología de la mayoría de esos votantes es “dispararse en un pie” y sólo la tendenciosidad o ignorancia de algunos podría recomendar o votar a Ciudadanos. Uno de esos máximos valedores del naranja, se permitía decir -en su característica línea despectiva- que “Mariano no ha tenido ni una idea en su vida”, vendiendo esa infravaloración de Rajoy a su fanatizada clientela, y yo le diría que dé gracias a Dios de que no los tiene muy en cuenta, porque si le viniera la idea de acabar con sus pequeños medios, tenían los días contados, como pasaría, sin duda, si llegara la única alternativa posible al PP hoy, una ingobernable coalición de izquierda y nacionalistas formada por PSOE, Podemos, BILDU, ERC, Compromís, NC, PDeCat, PNV, CC, incluso -no me sorprendería mucho- con el apoyo de Ciudadanos o el trasvase inverso de algunos de sus cargos actuales si ven poder en sus partidos de origen.

Y mientras el Tribunal Supremo actúa tras asumir la parte sustancial del procedimiento iniciado por la Audiencia Nacional contra el golpe de Estado secesionista -ya citó para el viernes a los encarcelados- y todo apunta, según el recurso de sus defensas, a que habrá más altas de “arrepentidos” en la cofradía de “santa Carmencita del parlament ni un paso atrás”, parece que algo está cambiando en España y Cataluña, le invalidan un gol al Farça -recordemos que las dos últimas temporadas  le regalaron los puntos en ese mismo estadio- y el gobierno autonómico en funciones decide que las obras de arte de Sijena sean devueltas a su origen, por algo empieza la “aplicación ejecutiva” del 155.

Descanse en Paz José Mª Romero de Tejada, Fiscal General de Cataluña.


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