REGALOS A LA BASURA

Ayer publicábamos en el nuevo blog “Pensamientos a vuela pluma”, un comentario sobre los dispendios de la Junta de Andalucía. Como decíamos, el pasado domingo en la Carrera Popular Los Califas, celebrada en Córdoba, se hizo entrega a todos los participantes de un pequeño obsequio por parte de la Junta de Andalucía.

El obsequio, como muestra la fotografía que ilustra este artículo consistía en una cinta para el pelo y unas tiritas para la nariz con el logotipo de la Junta de Andalucía incluido, eso que no falte, que para eso pagan.

Como nos preguntábamos ayer,  ¿estamos para estas cosas? ¿son necesarios estos detalles? y la última pregunta ¿cuántos de estos regalos serán realmente utilizados?

En mi modesta opinión estos regalos son perfectamente prescindibles, no son necesarios. Posiblemente la partida presupuestaria destinada a la compra de estos obsequios no es muy elevada, pero vuelvo a preguntar ¿estamos para eso? Creo que no. Que ese dinero podría ser destinado a otros menesteres, más cuando a nuestros gobernantes se les llena la boca hablando de pobreza, de necesidades sociales y de desnutrición infantil, entre otras cosas.

No he podido conocer el número total de carreras populares que se celebran anualmente en Andalucía, pero puedo asegurar que son muchas y cada vez cuentan con más participantes. Si en cada una de estas citas deportivas la Junta de Andalucía regala una cinta para el pelo y tiritas para la nariz a cada uno de los corredores, ¿cuántas se entregan al cabo del año?, vuelvo a preguntar ¿estamos para eso?

Los socialistas siempre han sido unos grandes maestros de la publicidad, de vender humo y, sobre todo, de gastar el dinero de todos para el auto bombo. ¿Realmente son útiles estos regalos? Creo que no, que la gran mayoría de estos regalos acabarán molestando en un cajón o lo más probable, tirados en una de las papeleras más cercanas a la línea de meta.

¡LA MALA EDUCACIÓN CREA EMPLEO!

Hace unos meses me quedé alucinado al ver como un ciudadano de un país nórdico se agachaba en la calle a recoger un papel y tirarlo a la papelera. Esa escena me dio que pensar, ¿sería posible esa situación en España?

Y es que, en mi opinión, a nivel colectivo la educación de los españoles deja que desear.

No hay más que ver nuestra actitud en ascensores públicos, en los que llega el listo de turno para colarse,  no se deja pasar primero a las personas de mayor edad o se impide el acceso a personas con carritos de bebés. Si tenéis ocasión, fijaros al coger un ascensor del Mercadona, por ejemplo, al salir del mismo habrá dos o tres personas con su carrito en medio impidiendo vuestra salida y casi tendréis que suplicar que os dejen pasar.

Otro tema es el de los papeles en el suelo. Muchas personas no saben que existen las papeleras. Y no es una cuestión social, hace unos días me sorprendió ver a un directivo de entidad financiera tirar el plástico del paquete de tabaco al suelo, sin percatarse que a su lado había una papelera, imagino que el hombre estaría en una conversación muy importante, arreglando el País.

También podemos hablar de la actitud de no ceder el paso interior en las aceras a personas mayores o niños. Me asombra cuando alguna persona mayor te da las gracias por dejarles el paso, como si fuera la excepción.

Una mención aparte es la de las heces de los perros. Es cierto que de un tiempo a esta parte se ve a los dueños de estos animales con su bolsita para recogerlos, pero todavía queda mucho mal educado por ahí, como al que increpé porque no recogió el excremento de su perro y me dijo que así había alguno que trabajaba recogiéndolo. Si es que al final, ¡la mala educación hasta crea empleo!