miércoles, 4 de mayo de 2016

QUE EL CALOR DEL VERANO NOS ABRA LA MENTE


Ayer fue uno de esos días marcados en rojo en el calendario, un día del que se venía hablando desde el 21 de diciembre pasado, tras comprobar lo que nos ha traído la ‘nueva política’, el fraccionamiento del panorama político y la imposibilidad de que el Congreso de los Diputados pueda investir un nuevo jefe del ejecutivo.

Y en consecuencia ayer el Jefe del Estado firmó el Decreto de disolución de las Cortes Generales y procedió a la convocatoria electoral para el próximo 26 de junio. Votaremos en verano y en algunas comunidades autónomas lo harán de puente, tras la festividad de San Juan, lo que según algunos llevará, unido al desencanto político, a que se eleve la abstención.

El caso es que esta situación es la primera vez que la vivimos en democracia y demuestra, como ya he indicado, el fraccionamiento de la política española. ¿Y ahora los votantes qué deberíamos hacer? Complicado contestar a esta pregunta, porque hay razones para hacer de todo, aunque lo que tengo claro es que al menos tenemos la opción de decidir y de votar a quien prefiramos, o de no hacerlo. Algo de lo que por sí mismo ya deberíamos sentirnos orgullosos.

Pero analizando los comportamientos desde el 20 de diciembre considero que las opciones de voto se pueden haber clarificado algo más, pues desde esa fecha, aunque parezca lo contrario, han ocurrido muchas cosas.

Por ejemplo, habrá habido votantes de Ciudadanos a los que no les haya gustado la actitud de la formación de Rivera, pactando con el PSOE aún en contra de sus propias declaraciones, en las que decían que apoyarían a la lista más votada; además de ese giro a la izquierda de los naranjitos, muy acorde y coherente con su propio Ideario político. Y es posible que tras esto se produzca un trasvase de votos hacia el Partido Popular e, incluso, hacia el PSOE, de votantes decepcionados con esa decisión.

Y algo parecido le puede ocurrir a los votantes de Pedro Sánchez y que el PSOE pierda votos a favor de Podemos, en sus votantes más radicales y a favor de Ciudadanos o del Partido Popular en el caso de los más centrados.

Los que considero tienen más opciones de ganar votos en las elecciones de junio son PP y Podemos; los populares por haber mantenido su postura inicial de la gran coalición, opción que ni PSOE ni Ciudadanos ni siquiera han valorado; y Podemos precisamente por lo que comentábamos antes, por aglutinar al voto más radical del PSOE, más todavía si se unen con Izquierda Unida.

Aunque también es posible que se vuelva a producir un resultado muy similar al anterior, con lo que a lo mejor nos veremos en otras elecciones en diciembre… El caso es que el 26J tenemos una nueva opción de elegir a nuestros representantes, espero que el calor del verano nos abra la mente y estemos más acertados esta vez.

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