El
“ambientao”…, según D. Perfecto la figura nació en la mili pero ¡el mundo está
lleno de ellos! Y, aunque se desarrollan de muchas formas, al final la
evolución es la misma y consiguen lo que quieren: destacar (y no siempre en
sentido positivo).
El
clásico ejemplo de “ambientao” es aquel que llega a un sitio en el que no
conoce prácticamente a nadie y, a la media hora, es el alma de la fiesta. O
peor, el compañero de trabajo que es el último en incorporarse y, a los dos
meses, ¡la empresa no puede funcionar sin él!
Y
qué puedo decir de esos con los que te pones a charlar y, ya se hable de la
expansión del imperio otomano, de la reacción de la fusión alcalina o de la
pesca de la urta en Cádiz, ¡ellos lo saben todo!
Para
mí el peor es el camarero “ambientao” del restaurante caro que no te conoce de
nada y le falta sentarse en la mesa.
En
los medios de comunicación también salen muchos “ambientaos”, no hay nada más
que ver las intervenciones del pleno del Congreso de los Diputados y lo que
dicen en los pasillos ante las cámaras los políticos que no han hecho
intervenciones. ¿Y quién se lleva el protagonismo? El del pasillo que va de
“sobrao” y se le calienta la boca “ambientándose”.
Pero
a mí los que más gracia me hacen son los “ambientaos” de internet. Me puede
alguien explicar cómo consigue un tío, que solo lo conocen en su casa a la hora
de comer, tener en Twitter a 5.379 seguidores y solo seguir a 25. Y no hablemos
ya de Facebook, donde hay quien solicita amistad hasta al compañero de párvulos
que lleva 30 años sin verlo o, ironías de la vida, a la prima de la amiga que
ni se saludan por la calle. En fin, no lo comprendo (¿”pa” qué?) pero la
realidad es que tienen muchos “amigos”.
¡Y estan extratégicamente extendidos para que todos conozcamos al menos uno! Enhorabuena, excelente artículo.
ResponderEliminarYo no tengo "caralibro", ni "pajaritos", ¿seré raro?...
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