El
amigo de DECDLT, José Quijada Rubira, comparte un nuevo artículo otro de sus
exhaustivos análisis. Espero que sea de vuestro agrado.
En
la II República, tras el fracaso del golpe de Estado de octubre de 1934
(conocido como la revolución de Asturias) perpetrado por las izquierdas y el
nacionalismo catalán, se fue germinando la unión de toda la izquierda,
incluidos los ácratas, para derribar a la derecha del poder, aislándola y
marginándola de todo derecho. En las elecciones de febrero de 1936, ese germen
dio sus frutos en el llamado Frente Popular (PSOE, PCE, PNV, Ezquerra, partidos republicanos jacobinos y el apoyo
del sindicato anarquista de la CNT), que obtuvo una amplia ventaja en las
Cortes hasta hacerla aplastante –hoy se sabe que las derechas obtuvieron más
votos-, quitando escaños a la derecha mediante una “revisión de actas” que
atendía arbitrariamente a denuncias de supuestos abusos electorales
derechistas. El objetivo estaba cumplido: impedir un nuevo triunfo de la
derecha, quedando reducida a elemento testimonial y justificador de un régimen,
el republicano, que en realidad dejaba de ser democrático. Estamos en 2013 y han
transcurrido 77 años, pero se están dando una serie de similitudes y
coincidencias hoy en día que parecen copiados de aquéllos terribles
aconteceres. Me limitaré a comparar
diferentes y variados hechos del pasado y el presente:
- Por
primera vez desde el comienzo de la democracia, el fraccionamiento de los
partidos políticos es cada vez más evidente, unido a la ausencia de un líder o
líderes carismáticos que consigan ilusionar y atraer, con nuevas propuestas, a
una mayoría silenciosa de la sociedad. Esta circunstancia es aprovechada por la
izquierda, que siempre se une y apoya cuando llega el momento decisivo (ahí
están los numerosísimos casos de alianza entre PSOE, IU, UPyD, nacionalistas y
etarras, como el Pacto del Tinell del 14 diciembre de 2003) para impedir a la
derecha que gobierne, dejándola al margen de toda decisión. El llamado “cordón
sanitario” contra la derecha, como ya sucedió en la II República con el Frente
Popular.
- Como
actualmente Artur Mas, CIU, Esquerra y su proceso secesionista, con desacato a
la Constitución incluido, la Esquerra del ahora glorificado Companys, rechazó
(junio de 1934) la decisión del Tribunal de Garantías Constitucionales creado
en tiempos de Azaña, sobre una abusiva ley de contratos agrarios, poniéndose en
rebeldía y afirmando: “El fallo del Tribunal es la culminación de una ofensiva
contra Cataluña… Los buenos catalanes deben defender su prestigio con la sangre
de sus venas”. ¿Verdad que les suena?
- Igual
que la inmensa mayoría de la izquierda de ahora apoya o, como mínimo, ve con
empatía las propuestas separatistas que conducen a la desmembración de España,
José Díaz (secretario general y máximo dirigente del PCE durante la II
República), exponía en un mitin de febrero de 1936, poco antes de las
elecciones “ganadas” por el Frente Popular: “Queremos que las nacionalidades de
nuestro país –Cataluña, Euskadi, Galicia- puedan disponer libremente de sus
destinos ¿por qué no? Si ellos quieren liberarse del yugo del imperialismo
español…tendrán nuestra ayuda”.
- Del
mismo modo que en la II República, aumentado al infinito con la llegada del
Frente Popular, se perseguía a la iglesia, a sus fieles y todo lo relacionado
con ella, imperando una cristofobia extrema como lo demuestra la disolución de
los jesuitas, la prohibición a las órdenes religiosas de cualquier actividad
económica y de la enseñanza; la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana
Díaz, prohíbe a los profesores de religión ejercer funciones de cuidado y
control en los recreos, aludiendo a una supuesta falta de mérito y capacidad de
unos profesores designados por la iglesia. PSOE e IU siguen con su trasnochado
y radical laicismo comecuras.
- Reaparición
de los anarquistas, con la colocación de artefactos explosivos en la catedral
de la Almudena de Madrid y en la Basílica de El Pilar de Zaragoza, bautizados
con el nombre del vil asesino ácrata Mateo Morral. Es la progresiva
radicalización de grupos antisistema y el deslizamiento del lenguaje de la
izquierda hacia una dialéctica de corte revolucionario. Es la vuelta a la
gimnasia revolucionaria del sanguinario y terrorista Juan García Oliver, líder
anarquista de la CNT, que participó en la preparación del atentado contra Dato
y apoyó al Frente Popular en las elecciones de 1936.
- Acoso
a políticos de la derecha y sólo de la derecha, con los famosos escraches
(siempre la terminología de la izquierda disfrazando la realidad con eufemismos
delirantes), y a jueces que investigan sus corrupciones, como la juez Alaya,
insultada, perseguida y acosada de manera brutal por la izquierda (partidos y
sindicatos), por sacar a relucir los desmanes gigantescos de un régimen cuasi
bolchevique. Como José Calvo Sotelo en la época del Frente Popular, ésta
heroína tiene que llevar escolta para protegerse de los desalmados izquierdistas.
Miguel de Unamuno, tras las elecciones del Frente Popular, decía: “Una Sala de
Audiencia cercada por una turba de energúmenos dementes que querían linchar a
los magistrados, jueces y abogados”.
- Impunidad
de las izquierdas ante la Justicia, como demuestra el gratis total de las
bandas delictivas y delictuosas de Ada Colau y su PAH; Sánchez Gordillo,
Cañamero y su SAT; y las barricadas salvajes en los campus, alentadas y
apoyadas por rectores, contra la Ley
Wert, saltándose el Estado de Derecho en multitud de ocasiones. Son los nuevos
“brazos” de la izquierda que, como en la época de la II República, los utiliza
y los maneja para atemorizar a la derecha. Azaña, sólo un mes después de las
elecciones de febrero del 36, exponía: “Hoy nos han quemado Yecla: 7 iglesias,
6 casas, todos los centros políticos de derecha…Incendios en Albacete, Almansa.
Ayer, motín y asesinatos en Jumilla. El sábado, Logroño, el viernes, Madrid:
tres iglesias…Han apaleado a un comandante vestido de uniforme que no hacía
nada…Creo que van más de 200 muertos y heridos desde que se formó el Gobierno,
y he perdido la cuenta de las poblaciones en que han quemado iglesias”.
- Toda
la izquierda y los partidos separatistas,
alegrándose de la anulación de la Doctrina Parot y pactando con los
partidos terroristas, como ya sucedió en la II República; posicionándose a
favor de Gibraltar; alabando e inclinándose ante los regímenes comunistas de
Cuba, Venezuela y Corea del Norte. Igual que el secretario general del PCE,
José Díaz, sobre la URSS, en 1936: “Se ha convertido en el primer país del
mundo en cuanto cultura…Allí los hombres de ciencia, los sabios, los
intelectuales, no tienen trabas para desarrollar sus investigaciones
científicas…La atalaya luminosa que nos alumbra el camino; allí hay un pueblo
orgulloso, un pueblo libre, que no sufre ni explotación ni hambre, que se ha
liberado por completo…” Tremendo.
- La
depravación del discurso de la izquierda y su sectario exclusivismo ha llegado
a límites surrealistas, y no oculta sus planes porque sus posibilidades pasan
por consolidar ante el electorado la idea de una alternativa frentista. Creen
que el pueblo sólo se equivoca cuando no la vota y que el pluralismo es un
defecto de la sociedad o un error del ciudadano. Gil-Robles, el líder de CEDA,
advirtió en las Cortes, el día 15 de febrero de 1936, tras las elecciones del
Frente Popular: “Una masa considerable de opinión española, que por lo menos es
la mitad de la nación, no se resigna implacablemente a morir: yo os lo aseguro.
Si no puede defenderse por un camino, se defenderá por otro…La guerra civil la
impulsa, por una parte, la violencia de aquellos que quieren ir a la conquista
del Poder por el camino de la revolución; por otra, la están mimando,
sosteniendo y cuidando la apatía de un Gobierno que no se atreve…” El dictamen
del dirigente derechista de la II República, es un calco de la actual
situación, Gobierno apático incluido. ¿Acabaremos por repetir la historia?
Ya sabemos que hasta que no llego Franco no estabais los fascistas como ustedes tranquilos. Sabemos que las elecciones eran tan malas que por eso decidieron quitarlas.
ResponderEliminarApoyar al franquismo y criticar la democracia, nos llevara a los más grandes de los horrores.
Y las derechas tan unidas, los liberales con los descendientes del régimen de Franco, quien les ha visto y quien les ve, menuda panda.
ResponderEliminarSoy afiliado a UPYD y si, se me podía tachar como republicano jacobino. A mi esto de separar derechas e izquierdas me parece demagogia pura, habrá cosas que la derecha sepa hacer bien y cosas que la izquierda también, ¿porque en vez de separar, crear barreras y dividir a la sociedad, porque no trabajar juntos?.
Y la respuesta es fácil, no hay categoría personal en las personas que viven de la política y la política es para vivir POR ella, no de ella.
Lameculos, pelotas y apesebrados, es lo que hay en nuestra casta política.
Y por cierto ya que habla de acoso a políticos de derecha, expliqueme que la parece este acoso de miembros del PP http://www.elmundo.es/andalucia/2013/10/26/526bb1e863fd3d30538b456a.html
ResponderEliminar¡Magnífico artículo! Lo re-envío a mis amistades.
ResponderEliminar¡Enhorabuena!