jueves, 16 de junio de 2016

¡POBRE CÓRDOBA!


Ya se cumple un año desde la llegada del bipartito, formado por PSOE e Izquierda Unida, a Córdoba; con el necesario apoyo de Ganemos - Podemos, que se quedó en la oposición, aunque ahora parece que se están pensando lo de entrar en la Junta de Gobierno Local; será para hacerse valer  y dejar claro quiénes son los que mandan en el nuevo chiringuito del Unidos Podemos… Pero hoy no quiero hablar de eso, sino del año de Isabel Ambrosio y Pedro García el frente de Capitulares. Porque si el mes de mayo fue un mayo horrible, el balance de este primer año se ha de calificar de catastrófico.

Un año en blanco para Córdoba en el que muchas cosas se han hecho mal, o simplemente no se han hecho, o se han paralizado. Por mucho que la alcaldesa diga que en estos doce meses han puesto las bases de lo que serán los próximos tres años, destacando un titular más que populista “se han puesto a las personas por encima de las cuentas”, algo que entenderá ella, porque yo no lo comprendo. Añade Ambrosio que durante este año se ha impulsado el avance de los derechos de la ciudadanía, ¡qué me lo explique! En esto, básicamente, resume su primer año al frente del Ayuntamiento.

Pues nada. Y la primera de los cordobeses no hace referencia a todos los charcos en los que se ha metido y ha metido a Córdoba (un buen momento para pedir disculpas), y tampoco se ha referido a la suspensión de proyectos y a la falta de iniciativas para mejorar la situación de la Ciudad.  Y es que en el balance de este año no ha hablado de futuro, porque carece de ideas para Córdoba.

Es normal, Isabel Ambrosio llegó a la alcaldía sin esperárselo y está actuando como si fuera una alcaldesa interina, como si esto no fuera con ella y tuviera que cumplir el papel. Y lo mismo le ocurre a su socio Pedro García, aunque este es feliz con su móvil nuevo y su carguito, tampoco aspira a mucho más…

El caso es que es muy triste leer las declaraciones de Isabel Ambrosio haciendo balance de su primer año al frente del Ayuntamiento, pues de sus propias palabras queda acreditado que ha hecho muy poco. Y es que uno se echa a temblar cuando lee que “hemos fijado las bases de una cuarta parte del trabajo que nos queda por desarrollar”. Pues si las tres cuartas partes restantes son parecidas apañados vamos. ¡Pobre Córdoba!

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