Como
se ha podido leer durante estos días en la prensa, llegaron a España como
héroes, tras lograr la medalla de oro en baloncesto en los Juegos Paralímpicos
de Sidney 2000, aunque intentaron pasar desapercibidos parapetaros tras una
barba, una gorra o unas gafas de sol, evitando las típicas fotos que se hacen
los campeones al volver a su País. No fueron recibidos por sus familiares y
amigos en el aeropuerto de Barajas, como es habitual en estos casos. Había gato
encerrado.
¡Y
tanto que lo había! Pues porque 10 de los 12 jugadores de baloncesto del equipo
español en aquella Paralimpiada no contaban con ningún tipo de discapacidad.
Y
ayer se conoció el acuerdo al que se ha llegado entre las partes, por lo que el
único condenado por la Audiencia Provincial de Madrid ha sido el ex Presidente
de la Federación Española de Deportes para Discapacitados Intelectuales,
Fernando Martín Vicente, al que se le ha impuesto una multa de 5.400 euros.
Además, el Sr. Martín Vicente ha devuelto los 142.355 euros con la intención de
restituir el importe que defraudó al cobrar subvenciones concedidas por la
discapacidad que sufrían los deportistas.
Este
es uno de los casos de estafa que más me han llamado la atención. Engañar así
debería estar castigado de una forma más severa. En mi opinión los medios de
comunicación deberían haber dado a esta noticia un tratamiento prioritario,
toda España debería conocer al responsable de estos hechos, pues esta persona
se merece ser señalada por engañar de esta forma. Pero no, casi nadie se habrá
enterado, porque los medios de comunicación han pasado de puntillas sobre este
tema; salvo la revista Capital y Gigantes del Baloncesto, que fueron las que denunciaron
estos hechos.
Vivimos
en una sociedad que carece de ética y moral, ya lo hemos comentado en muchas ocasiones; y este hecho del que
hoy hablamos, (que es verdad que se podría considerar una anécdota al lado de
todos los casos de corrupción, enchufismo y demás que vivimos), pone de
manifiesto que la deriva de nuestra sociedad es preocupante, que en casi todos
los ámbitos de la sociedad se producen casos de corrupción, de engaño. Algo que
debemos erradicar, por el futuro de nuestra sociedad, para dejar de vivir en
una sociedad de mentira.
Se podría decir que 10 iban dopados
ResponderEliminarHola Enrique! Encantado de leerte por aquí. Dopados de caradura iban esos 10, ¡qué vergüenza!
EliminarUn saludo y espero que sigas participando.
Sabes que estaba esperando que metieras deportes jajajaja
EliminarUn abrazo
Pues cuando quieras escribe un artículo de deporte, que te lo publico. :-))
Eliminar:-O. Cada vez me sorprendo más con tus entradas. Es un gusto leerte. Un saludo
ResponderEliminarMuchas gracias Goretti, espero seguir sorprendiendo.
EliminarSinvergüenzas...
ResponderEliminarPues sí Temujin, creo que es el adjetivo más apropiado. Un saludo.
EliminarEs un síntoma de lo que uno suele encontrar en el resto de ámbitos en este país. Que rabia, que vergüenza y que pena lo que está pasando, y que esta sociedad siga con los brazos cruzados.
ResponderEliminarHola Silvia, estoy totalmente de acuerdo con lo que dices. Es una pena. Un saludo y gracias por tu comentario.
EliminarCreo que hay unanimidad en lo que pensamos sobre ellos.
ResponderEliminarAunque creo que se deben de sentir avergonzados es por haberle faltado el respeto con los que han competido.