Los emprendedores no crecen en los árboles…. O de cómo Bill Gates o Steve Jobs habrían pasado por la cárcel en España.
Recientemente he participado en un curso de automotivación (empieza a
estar claro que no va a venir nadie a motivarnos si no lo hacemos nosotros
mismos). Y en dicho curso se hablaba del Best seller FISH, y se proyectaba un
video del establecimiento y “método” de trabajo de la pescadería origen de esta
corriente de método de gestión de recursos humanos y empresarial, si queremos
verlo así. Pero al ver el video, yo pensaba, “a estos en España las clausuran
el chiringuito”.
Implicación del empleado, participación del cliente… hacer una
experiencia única. Pues venden pescado… y en las imágenes se ve a clientes a
los que les acercan el pescado para darle un beso, y como cuando compras algo,
lo lanza el trabajador que vende, al que pesa y cobra. Clientes tocando el
pescado sin guantes…. Uy uy uy, si esto se le ocurre a unos simpáticos
pescaderos de Cádiz duermen en el “penal” del Puerto I, II o III a elección del
consumidor.
No es el único caso, la historia empresarial, y su literatura, está
llena de ejemplos del espíritu de aventura, riesgo, negocio, que tienen los países
anglosajones, y que aquí serían tachados de fricada. ¿Un menor montando un
negocio en su garaje, o vendiendo apuntes en el colegio? Terminaría en un
reformatorio, o a sus padres les quitarían la custodia. Trabajo infantil o
cualquier excusa sería buena.
No hace falta ser un aficionado a la literatura de negocios,
simplemente con ver algunas películas como las dedicadas a Steve Jobs, o la más
genérica “Piratas de Syllicon Walley”. En ellas se ve las condiciones de
trabajo, en los garajes donde nacieron algunas de las mayores empresas del
mundo. Aquí no habría inspector de trabajo que no los clausurase, ya sabéis,
sillas ergonómicas, y todas esas cosas. Pero es aún peor, ¡trabajando sin
contrato!, ¡los amigos y familiares echando una mano!, sin horarios, sin pagas
extras… se me ocurren un trillón de normas europeas, estatales, autonómicas,
provinciales, de la mancomunidad, locales, y de la excelentísima comunidad de
vecinos que incumplían estos chicos.
Basta, por ejemplo, las fiestas de Apple con Steve Jobs a la cabeza,
donde se entregaban camisetas, y se homenajeaba, a los trabajadores que habían
echado más de 90 horas a la semana…
Lo dicho… estos aquí hubiesen acabado en la cárcel y no como los muchos
concejales/as de urbanismo que hemos tenido.
Apoyar al empresario es una cosa y tratar de explotar al trabajador es otra.
ResponderEliminarComo siempre he dicho aquí no se apoya al pequeño para que crezca, solo se ayuda al grande para que sigan engordando, ahora podemos ver como reforma fiscal ayuda a los que más tienen.