Van de progres, de
simpáticos y con ese rollo de superioridad se permiten el lujo de ir dando
lecciones de moralidad por la vida. Me refiero a los personajes, algunos
incluso se hacen llamar periodistas, que inundan La Sexta. Una cadena sectaria
donde las haya y que el pasado domingo daba voz a un terrorista.
La entrevista no la vi,
de hecho hace ya mucho tiempo que he dejado de ver esa cadena. No me apetece
que me insulten, que me falten el respeto. Pero si me he informado y he tomado
nota de las empresas que se publicitaron en el espacio de Jordi Évole, porque
aunque no puedo impedir que La Sexta emita esos programas, sí puedo dejar de
consumir los productos de sus anunciantes. Además, eso les hace más daño.
Y es que esta gente va de
insulto en insulto, y siguiendo su costumbre hace unas semanas ‘la Cristina
Pedroche’ mi insultaba como votante del Partido Popular, motivo por el que no
veré esta edición de Pekin Express ni ningún otro programa en el que participe
esta señora. Ya lo comentamos en estas mismas páginas…
Pero volviendo a la
entrevista (yo la llamaría espacio publicitario) del domingo he de decir que La
Sexta se ha cubierto de gloria entrevistando a una persona que no pide perdón,
que es un terrorista aunque él no se considere así y que conciba natural que en
muchas familias en Vascongadas tengan entre sus miembros a un militante de ETA.
Es el claro ejemplo de una persona enferma, de una persona llena de odio, de un
terrorista que no debería haber sido entrevistado por una cadena de televisión. Y encima Jordi Évole de colegueo con el terrorista.
Y como eso no lo concibo,
y aunque esté siendo repetitivo, me reitero en mi decisión de no ver La Sexta y
además, a partir de ahora, tendré en
cuenta las marcas que se anuncian en estos programas en los que se entrevista a
terroristas. Es la opción que me queda, es la opción que tengo como protesta. A
mi negativa a ver como algo normal que se entreviste a un terrorista en
televisión. Eso no puede pasar por alto.
No hay comentarios :
Publicar un comentario